"Hasta las rosas más bellas tienen espinas punzantes y alejan a las personas de tocarlas. Unas las cortan y se las llevan para luego dejar que se marchiten en un florero, otros cortan solo un tallo para llenar su jardín de color. Entonces ¿Que es más malo, abrirle una herida que solo la matara o abrirle una que la dejara florecer y extender sus colores?"
Aylena Rodríguez
Capitulo 3
Se conectaron en una mirada que no quería apartarse de la otra. Como un niño mirando un dulce que tanto había deseado. Una persona sin nada de alegría y otra con mucha para dar. Como el invierno y el verano, la primavera y el otoño.
Así se miraban ellos y, sin darse cuenta, solo en esa mirada ocurrió algo de otro universo.
Y se hubieran quedado así de no ser por el profesor que al verlos no prestando atención alzó la voz.
-La chica nueva -Dijo este caminando a su lado y ella rápido lo captó.
-Disculpe profesor, me distraje un poco.
-¿Te resulta aburrida mi clase como para distraerte tan fácil?
-No señor, su clase es interesante. Puede preguntarme algo si quiere saber si presto atención o no.
El profesor los miró y Kevin bajó la cabeza apuntando cualquier cosa en su cuaderno.
-No es necesario -El profe la miró nuevamente y esta asintió levemente -Los dos después de clase se quedan aquí.
-¿Qué? -Kevin lo miro algo sorprendido -¿Pero por qué?
-Averígualo tu -Fue lo último que dijo el profesor y la campaña volvió a sonar indicando el fin de la clase.
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--¡Ash! -Kevin salía furioso del salón con su mochila luego de unos minutos del profesor haber mandado una prueba para verificar que si prestaban atención a la clase. Solo que uno de los dos no logró pasarla y ese fue él
-¡Oye espera! -Angélica corrió detrás de él.
-¡Déjame en paz! -Kevin se volteó hacia ella de muy mala manera. -Por tu culpa ahora tengo que hacer un maldito proyecto de 100 hojas.
-Yo puedo ayudarte -Se ofreció Angélica intentando acercársele pero él la empujó.
-No necesito tu ayuda. No quiero que nadie me ayude -Kevin se le acercó con furia -¡Déjame en paz!
Angélica cerró los ojos del miedo y Kevin al darse cuenta se relajo un poco y respiró profundo. Puso sus manos en la pared terminando de acorralarla y abrió los ojos.
-Solo no te me acerques. Sé como los demás y has como si yo no existiera.
La castaña abrió sus ojos levemente y vio como este ya se iba, rápido las chicas se acercaron a ella.
-¿Estás bien? -Dayana la miró preocupada pero Angélica solo asintió.
-Si... Solo me asusté un poco -Lame sus labios y sus propios brazos la cubren en un abrazo.
-Venga, vamos a la cafetería -Las tres chicas miraron a Kevin que estaba lejos en un casillero, cerrando este con furia para luego ir a otra clase.
Angélica asintió a su propuesta y las cuatro se fueron de ahí.
Cuando las horas de clases terminaron y todos volvieron a sus casas, fue como un momento de absoluto silencio en el departamento y la casa del ángel caído.
Ambas mochilas fueron puestas en un mueble cercano al llegar y mientras uno subió a a encerrarse a la habitación, la otra se tiró en uno de los sofás rosados de la casa.
-Es mucho rosa para mis ojos -Dijo Angélica mirado hacia en hecho -Esto lo tengo que acabar ya.
Tomó su móvil y buscó en su GPS tiendas donde vendieran pinturas serca de casa.
-¡Bingo! -Exclamó Angélica con gran alegría y se fue a cambiar de ropa y a buscar algo de dinero para luego poder salir de la casa.
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-Los días pasaron haciendo un desfile de dos semanas que sin tocar el día viernes al atardecer las paredes de una habitación ya eran azules con rasgos plateados, que representaban el dulce cielo y hogar de una cierta ángel que mira orgullosa su trabajo.
-Listo, no más rosa para mi vista -Angélica se rumbó en el sofá y miró la hora - si me baño ahora y voy a un restaurante creo que me da tiempo de cenar antes de que anochezca
Hablando consigo misma se levantó y fue al baño.
Era un día calmado cuando después de unos minutos ella salía del departamento, siempre vestida sencillamente con un vestido de flores que casi tocaba sus rodillas, pero sin embargo le hacía lucir muy linda con sus labios cereza y su cabello suelto.
Muchos hombres volteaban a verla, algunos apreciando su belleza y ternura que provocaba y otros con no tan limpios pensamientos.
Ella caminaba tranquila hasta que alguien la agarró del brazo y la jaló a un callejón a la fuerza.
-¡Ahaa... -iba a gritar cuando una mano muy gruesa le tapó la boca con fuerza haciendo que su labio se rompiera y sangrara.
-Uy ¿Pero qué tenemos por aquí? -Un hombre alto se acercó a ella mientras otro la sujetaba con firmeza, ella no dejaba de forcejear.
-¡Mmm!
El hombre tomó un mechón de cabello de ella acariciándolo y lo llevó a su nariz oliéndolo. Angélica mordió con fuerza la mano que la sujetaba.
-¡Imbécil! -Gritó el hombre.
-¡No me toquen! -Gritó de forma rápida pero algo la paralizó El hombre que estaba frente a ella la golpeó tirándola al suelo. Ella atónita cayó sobre sus manos. Sus piernas empezaron a temblar del miedo.
-Aquí quien manda soy yo, y más te vale obedecerme sino quieres terminar peor -Este la agarró del cabello y la levantó haciendo que ella lo mirara, tenía sangre en la nariz -Mírala qué bonita y obediente.
-No me toques... -Repitió Angélica algo débil pero este no le prestó atención.
-Vamos a ver si te ves igual de bonita sin tanta ropa -El hombre empezó a meter su mano entre las piernas de la castaña que solo podía llorar y temblar del miedo.
-¡No por favor, no!
-¡Cállate!
-¡La chica dijo que no la toques! -Una cuarta voz hizo eco en el callejón y todos miraron hacia donde provenía.
Aunque lo único que pudieron ver en la oscuridad fue la sobra de un chico con los puños apretados.
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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA
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COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅
Romance(Concluida y Editada) Si pudiera describir un ángel en una palabra diría: irritante. Así era como la consideraba en un principio: una chica irritante que no dejaba de perseguirme a donde quiera que fuera, y no sabía cómo se las arreglaba, pero siemp...