(Concluida y Editada)
Si pudiera describir un ángel en una palabra diría: irritante.
Así era como la consideraba en un principio: una chica irritante que no dejaba de perseguirme a donde quiera que fuera, y no sabía cómo se las arreglaba, pero siemp...
La luz colándose a través de una ventana fue el iluminar que cayó sobre los ojos de un ángel, quien se encontraba rendida en su sofá de felpa. Todo era tranquilidad, hasta que el ruido de la puerta siendo tocada una y otra vez hizo que abriera sus hermosos ojos cafés, que cuando ese rayo de luz entró en ellos, se volvieron de un color miel casi dorado.
La castaña bostezó, estirándose y acarició el pelaje de la bola negra de pelos que se encontraba durmiendo en sus piernas.
—Buenos días, dormilón. Es hora de despertar —acarició al pequeño Ángel quien empezó a despertar.
La puerta volvió a sonar y Angélica entrecerró sus ojos y se levantó, acomodando a Ángel de una en el sofá.
—¿Quién será a esta hora? —A pasos lentos caminó a la puerta, restregando sus ojitos y bostezando nuevamente.
Kevin.
Él fue la persona que menos ella esperó encontrarse cuando la puerta se abrió.
—Angélica —A Kevin se le iluminaron los ojos y rápido la abrazó.
—Kevin —Ella se sonrojó a más no poder y el siguió abrazándola.
El pelinegro la abraza con tanta fuerza que al pijama blanco que ella tenía puesto se le formaron varias arrugas.
—Pensé que te había pasado algo. No sabes cuánto me asustaste, niña tonta. No te vuelvas a escapar así.
Sus manos acariciaban su cabello en un toque suave. Se separa segundos después y baja sus manos a la cintura de Angélica.
—Perdón por salir corriendo, en serio no sé qué me pasó —Angélica miró las manos de Kevin y se echó para atrás evitandolas.
—No debías estar aquí —Angelica lo miró —¿Cómo sabes en dónde vivo?
—Es una larga historia.
Un pequeño minino celoso caminó hacia Angélica y acarició sus pies. Kevin bajó la mirada sorprendiéndose.
—¿Este bonito es...? —se agachó y acarició la cabeza del azabache mientras este emitía pequeños ronroneos.
—Su nombre es Ángel —dijo Angélica haciendo una pausa —Ayer lo encontré cuando caminaba serca del mar. Estaba solo y hambriento.
—Pobre, tuvo que tener mucho miedo él solo —acarició por último detrás de una de sus orejas y luego miró a la pequeña ángel —Oye... en verdad quiero explicar lo que pasó, ella y yo no somos nada. Lo juro.
El gatico se fue de ahí volviendo a recostarse en el sofá. Demon se levantó y la miró.
—No necesitas explicar nada.
—Si, sí lo necesito, porque no quiero que esto dé para malos entendidos conmigo ni una mala impresión de mí.
—¿Entonces no son novios? —El de cabellos negros negó —Pero ella estaba muy cariñosa contigo, yo los vi con mis propios ojos.—dijo señalando sus ojos con dos dedos de su mano.
Ambos tomaron asiento.
—Ella sí fue mi novia pero ya no somos nada. Ayer cuando saliste corriendo, tuve mucho miedo que te pasara lo mismo de aquella tarde en el callejón.
Angélica bajó su mirada algo apenada, no quería recordar eso. Ella aún no sabía dónde se habían ido sus fuerzas cuando ese momento llegó a su vida. Aún tenía pesadillas con eso.
Ángel acarició sus piernas y se subió sobre ella. La castaña solo se quedó mirándolo y Kevin se levantó y fue hacia una ventana tomando aire. Lo necesitaba antes de contarle Angélica quién era Dania y sobre todo para recordar aquella trágica noche de abril.
—Dania fue mi novia durante 5 años desde la preparatoria —Resonó su voz y Angélica lo volteó a ver.
—¿Por qué terminaron si llevaban tanto tiempo?
—Digamos que la verdadera cara de las personas se demuestra cuando el infierno arde —Kevin sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo y un mechero.
—¿A qué te refieres con eso? —Angélica se levantó y caminó hacia donde él estaba prendiendo el cigarrillo.
—El día del accidente de mis padres... Yo estaba planeando pedirle matrimonio para cuando termináramos la Universidad juntos. Pero todo cambió.
Narra Kevin:
Luego del accidente cuando llegamos al hospital me tuvieron que operar de urgencias, estaba teniendo una hemorragia por tantos vidrios encajados en mis piernas y algunos llegaron a cortarme tendones.
—¿Sientes esto? —El doctor pinchaba mi pie con una aguja pero no sentía nada, en ese momento me dio pánico, sentía mucho miedo.
Yo negué temblando, Dania se encontraba a mi lado tomando mi mano y Sebas del otro llorando conmigo. Esa noche no puede dormir bien.
Semanas después me dieron de alta médica y me llevaron a la casa, me dijeron que no iba a volver a caminar más nunca.
Pero lo lograste.
Sí, y gracias a Sebastián.
Ese día, Dania rompió conmigo, dijo que lo había pensado y no podía estar conmigo.
—Me das asco, Kevin —Decía sin corazón —Mírate. ¿Crees que voy a estar con alguien que ni siquiera puede moverse?
—Dania, por favor —La miraba llorando y desesperado. —¡Yo te amo!
—Yo no puedo amarte, lo siento. —Tomó su maleta y caminó a la puerta.
—¡Dania, espera! —hice rodar mi silla de ruedas lo más rápido que pude, pero solo logré caerme y verla irse...
NARRADOR OMITIDO:
Angélica lo miraba mientras el terminaba de darle su última calada al cigarrillo antes de apagarlo.
—Ella no te merecía —Angélica lo abrazó y él correspondió.
—Tampoco te merezco a ti y mírate aquí a mi lado.
—Tú te mereces todo lo bueno que pueda pasarte, no tienes un mal corazón, solo lo tienes bajo llave. Y eso no es malo, pero deberías empezar a confiar más en las personas que te rodean.
Kevin la miraba atento, sin dejar de abrazarla.
—Las personas no todas son malas, la vida no es un juego para rendirse, es una meta para ganar. La vida sigue y no se acaba. Tú pasaste por un momento muy duro y ahora es tu momento de sonreír.
Esas palabras sacaron la mejor sonrisa de Kevin haciéndolo ver menos frío y tenebroso.
—Te quiero, Angélica.
—Y yo a ti, Kevin. —Sonrió ella y besó su mejilla viéndolo sonreír aún más.
*
Ahora tengo una duda: ¿Qué pasó luego de que Angélica saliera corriendo?
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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA
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