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Capítulo 34:
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Angélica se encontraba sentada en estos momentos en uno de los muebles de la sala, vestida con un pijama de gatos y tomando una taza de leche…
—¿Cómo te sientes? —Kevin estaba agachado frente a ella, acariciando sus piernas mientras la miraba.
Habían pasado ya unas horas desde que había despertado por primera vez. Kevin estaba más tranquilo y Ángel no dejaba de mirar a su hermana desde el mostrador de la cocina.
Ambos habían estado las veinticuatro horas del día con toda su atención en ella, preocupados y sin saber qué clase de conjuro le había disparado Víbora. Las horas contaban mucho, pues aún no había otro efecto que el desmayo; y por eso la tenían vigilada.
Ella solo estaba muy confundida. Sabía que había estado inconsciente por varios días, pero sus recuerdos permanecían algo borrosos.
—¿Angélica? —Su hermano la llamó por su nombre al ver que estaba hundida en su mente.
—Hey, Angélica. —Kevin acarició su mejilla y ella lo volteó a ver de forma lenta—. ¿Segura que estás bien?
Ella asintió levemente y bebió de su leche. Kevin desvió la mirada de aquellos ojos angelicales para posarla en Ángel, quien suspiró y se volteó para agarrar alguna bebida en el refrigerador.
Un ruido interrumpió el cómodo silencio en la sala y prácticamente todos voltearon a ver a la puerta. Kevin miró a Angélica con rapidez.
—Yo abro, espera. —Se levantó y caminó a la puerta.
Al darle la vuelta al pestillo, la puerta se abrió, mostrando como primero, un ramo de flores que Álex sostenía. Toda la banda estaba ahí parada, con ansias de saber de Angélica.
Porque sí.
Ellos se pegaron el mayor susto con el grito de terror que Kevin emitió aquel día, y luego, al verlo salir corriendo con Angélica en sus brazos de la cámara de los espejos, los dos hombres del grupo se alertaron mucho. Querían llevarla al hospital, pero tú y yo sabemos que eso no sería la mejor opción cuando ella aún no dejaba de ser un ángel.
Kevin miró a Álex y se quitó del camino, haciéndose hacia un lado y abriendo aún más la puerta.
—Pasen.
—¿Cómo está ella? —Alex preguntó al entrar.
Cuando sus ojos cayeron sobre donde estaba la castaña, rápido se aproximó a ella, junto a toda la banda, la cual la cubrió con preguntas.
—¿Cómo estás? —Alex fue el primero en preguntar.
—¿Te sientes bien? —Luna le siguió.
—¿Por qué estás pálida? —Jessica no se quedó atrás.
—¿Necesitas algo? —Alejandro se agachó frente a ella, en donde antes estaba Kevin.
Ella sonrió levemente mientras los miraba, pero no emitió palabra alguna.
—Aún se siente algo mal. No la llenen de preguntas, por favor. No queremos que se altere. —Ángel salió de la cocina para ir a donde ellos.
Las chicas lo miraron y se sonrojaron. Cualquiera lo haría si viera a ese chico sin camisa. Incluso los hombres dudarían de su heterosexualidad.
Él se acercó y recogió el vaso vacío de las manos de Angélica, se acercó a su oído y le susurró algo. Angélica asintió levemente y el chico se fue.
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COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅
Romance(Concluida y Editada) Si pudiera describir un ángel en una palabra diría: irritante. Así era como la consideraba en un principio: una chica irritante que no dejaba de perseguirme a donde quiera que fuera, y no sabía cómo se las arreglaba, pero siemp...