CAPÍTULO 20: "Camino hacia la melodía

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"Cuando el tiempo pasa, la hoja más marchita puede recuperar su hermoso color esmeralda. Pero si no la cuidas, volverá solo ser una hoja muerta sin nada de esperanza."

Aylena Rodríguez.

...

Capítulo 20:

El joven Demon estaba que hervía de celos.

—Perdón, no era mi intención asustarla —dijo Álex para luego tragar fuerte.

«Este chico da miedo» Pensó Alex mirando a Kevin fijamente, mientras este solo le daba miradas a la castaña que agarraba de la cintura.

—Tranquilo, no me asustaste, solo me sorprendí un poco —habló Angélica con una cálida sonrisa en su labios.

Álex quedó completamente embobado mirándola. ¿Por qué un ángel tenía el poder de atraer tanto a los hombres? ¿Acaso era normal que tanta pereza quisiera ser arrebatada de un cuerpo?

—A propósito, ¿aún necesitan una cantante? Yo me lo he estado pensando —La castaña dijo, sorprendiendo a Kevin quien la miró desde su perfil. El mulato asintió varias veces, sorprendido.

A Kevin no le gustaba mucho la idea, pero se mantuvo callado, serio y revirando los ojos; pero callado.

—Claro, bonita. ¿Vas a ir? —preguntó el mulato mirando emocionado a aquella ángel que nunca borraba su dulce sonrisa.

—Sip —respondió Angélica, separándose de Kevin con una gran sonrisa. Colocó sus manos atrás de su espalda y se balanceó de un lado a otro, de forma alegre—. Quiero ir a conocer el lugar, y si me gusta cómo trabajan, me quedo; y bueno, si a ustedes también les interesa trabajar conmigo.

Álex de la emoción dejó los miedos atrás y la abrazó, cargándola para darle muchas vueltas y luego bajarla al suelo. Kevin se va, volviendo alguien con sed de sangre.

—Claro, Angélica. Además, si te gusta no tenemos nada que pensar, el trabajo es tuyo. —Sonrió de oreja a oreja y se separó posando sus manos en los hombros de ella.

—Gracias —agradeció la castaña mientras tomaba la mano de Kevin, el cual se había alejado un poco, conteniendo las ganas de golpear a Álex.

—No, no, gracias a ti, bonita —diciendo esto, el mulato sintió vibrar su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón y lo sacó para mirar el mensaje entrante—. Bueno, creo que me llaman en otro lado. —Agarra la mano de Angélica con delicadeza y deja un beso en esta—. Nos vemos luego —fueron sus últimas palabras antes de salir corriendo.

Ella lo miró hasta desaparecer de su vista detrás de un edificio.

—¿En serio entrarás a la banda? —preguntó el joven Kevin parándose delante de la castaña.

—Sí. ¿Acaso es algo malo? —respondió esta, mientas seguía con sus manos detrás de su espalda, y rodeó al azabache para luego empezar a caminar, dejando las huellas de las botas altas en la blanca nieve de invierno.

—No, no tiene nada malo, pero no quiero que entres —respondió el más alto dando la media vuelta y dándose cuenta de que la pequeña Angélica ya estaba muy lejos como para escucharlo—. ¡Angélica, te estoy hablando! ¡Vuelve aquí! —la llamó poniendo sus manos a los lados de sus labios en forma de megáfono para que se escuchara más alto.

—¡No te escucho! —Angélica lo volteó a ver y Sebastián venía con unas bebidas calientes—. ¡Tengo oreja de pescado!

—¡Si te atrapo no te salvas, enana!

Angélica soltó una risa y corrió a donde Sebastián, quien traía las bebidas calientes.

—¡Si es que me atrapas!

Kevin la miró con una sonrisa, estaba empezando a enamorarse de Angélica si no es que ya lo estaba. Él corrió detrás de la castaña.

—¡Sebas, ayuda! —Ella reía.

—¡Cuidado con los chocolates! —gritó al ver que ambos venían hacia él.

—¡Ahhh! —Exclamó la castaña antes de chocarse con Sebastián, haciendo un ruido estruendoso sonar.

—Mi chocolate —gimió Sebas con un suspiro al ver el líquido derramado en la nieve.

—Mi frente —dijo Angélica viéndose tirada en el suelo.

Kevin empezó a reír a carcajadas al verlos tirados a los dos en la blanca nieve de invierno.

Y desde lejos, donde nadie los veía, Adriel estaba mirándolos y a la vez sonriendo ladino, con algo de maldad y picardía.

—Disfruta, Kevin —dijo mirándolo reír y como Angélica empezó a reír con él—. Lo que tienes ahora volverá a mí y te llevará justo a donde te quiero.

Su sonrisa se eliminó y se les quedó mirando.

—Al infierno.

La silueta de la oscuridad lo miraba desde atrás, parándose junto a Camila y a Dania.

—¿Cuándo comenzamos con todo? —preguntó Dania, mirándolo.

—Aún no —dijo la silueta—. En el momento correcto vamos a tener una señal que nos avisará, y Angélica misma nos dará la señal.

—¿Angélica? —Camila los miró confusos—. Ella no sería capaz de hacerle daño a Kevin.

—No, pero yo sí —respondió la desconocida, cambiado su forma a la de Angélica.

—¿Qué?

—¿No es increíble nuestro cambia-formas? —Sonrió Adriel y puso la mano en la cintura de la chica apegándola a él.

—Adriel, tu obsesión por Angélica no es sana. Vamos a parar con esto, por favor —Camila dijo desesperada, sin embargo lo que recibió fue un apretón de cuello de la copia de Angélica.

—¿Quieres irte? —La silueta la miraba con odio—. Vale, vete; pero entonces no irás al cielo y te quemarás en el infierno conmigo.

—N-no p-puedo respirar… —Camila intentaba zafarse, Adriel se paró detrás de la Angélica falsa.

—Déjala. —Ella no la soltó—. Está muy enamorada de mí como para dejarnos.

Camila lo miró con miedo. Él sabía de los sentimientos que ella tenía por él y los utilizó a su antojo, la engañó y la amenazó.

—M-me das a-asco —dijo, mirándolo a los ojos y la silueta la soltó, haciendo que cayera al suelo.

—Tú me repugnas, odio a los ángeles tan fastidiosos como tú. —El rubio la dejó tirada en el suelo y tomó a la silueta por la cintura—. Toma aire fresco, tal vez eso te haga recordar que no eres nada sin mí.

Ellos dos se fueron dejando a la pelirroja tosiendo, a quien Dania ayudó a levantarte.

—Tranquila.

—¿Lo dices tú? —Camila se soltó—. Vete a la mierda.

Y de ahí se fue llorando.

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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora