CAPÍTULO 38: "Bajo las estrellas"

112 36 10
                                    

"Bajo las estrellas escribí tu nombre y en la mañana se me olvidó, quise recordarlo pero el Sol no me dejaba. Decía que la vieja luna a mí me detestaba. Entonces me quedé pensando y cuando la noche volvió a caer, lo dibujé en tu cuerpo desnudo para siempre volverlo a ver."

Aylena Rodríguez.

.

.

Capítulo 38:

.

.

El sonido de la puerta abrirse y cerrarse destruyó el silencio y la oscuridad del departamento donde vivía la castaña, gracias a las risas de Angélica y Kevin. Habían llegado apenas a las ocho de la noche y ella no dudó en lanzarse sobre el sofá.

—Joder, ese Sebastián sí me hizo reír hoy.

—¿Sabes qué es que lo pique un cangrejo en la nariz solo por querer besarlo? A eso le llamo Karma. —Kevin la miró riendo, hasta que se dio cuenta de que Angélica se había quedado pensativa—. Estás en las nubes.

—Sí, es que me puse a pensar que cuando ya no sea un ángel no voy a recordar mi vida como tal y tampoco a mis amigos, ni a mi hermano. —Sonrió triste y Kevin fue con ella.

—Tu aún estás a tiempo de elegir dónde y con quién te quieres quedar, y lo voy a entender. Tal vez no sea tan feliz como ahora que estás a mi lado, pero solo necesito verte sonreír para yo ser feliz también. ¿Vale?

Ella asintió levemente y él besó su frente, dándole mimos y abrazos.

—Te amo, Kevin —dijo y él sonrió, mirándola.

—Yo también te amo. —La besó levemente y ella correspondió, cerrando sus ojos en un beso suave y lento, que fue cortado por Kevin al separase.

Angélica hizo un leve puchero cuando él se levantó y depositó otro beso en su frente. Entonces se quitó la playera, revelando aquel abdomen con manchas de tintas y dibujos tatuados.

—Voy a ducharme —dijo y la miró—. Ya vuelvo. —Se fue al baño, dejándola sola en la sala.

Sus ojos recorrieron cada rincón, sus pies tocaron el suelo frío por el aire acondicionado puesto en el departamento y entonces, empezó a caminar poco a poco, quitándose el vestido que llevaba puesto y luego el brasier, se cubrió con sus manos y entró al baño. Kevin estaba de espaldas a ella, acabando de abrir la ducha para empezar a bañarse.

Angélica caminó algo nerviosa y quitándose la tela sobrante que quedaba en su cuerpo, ya quedando tan desnuda como Kevin. Entró a la ducha con su mejillas sonrojadas; no sabía si estaba haciendo lo correcto, pero se estaba dejando llevar por su corazón, y eso la hacía sentir segura.

Cuando la delicada y suave mano de Angélica tocó la humeda piel de Kevin, este se volteó de manera rápida, asombrándose por lo que sus ojos reflejaron en ese momento. Tenía a Angélica desnuda frente a él y se había quedado paralizado, como cuando un niño veía un dulce detrás de una vidriera. La deseaba tanto que en el momento de verla sin telas en el cuerpo no sabía qué hacer.

—Angélica...

—Solo bésame, ¿si?  Me da vergüenza si me miras mucho.

Él sonrió y asintió acercándola a su cuerpo, posando sus manos tan gruesas en su pequeña cintura. El tamaño de Kevin parecía agrandarse estando al lado de la inofensiva  Angélica, quien por más que amaba ser un ángel, estaba entregándose en cuerpo y alma al chico delante de ella.

Él la besó de forma lenta y ella correspondió, posando sus manos en el pecho de Kevin, quien la apegó completamente a él, quedando pecho con pecho, sin que una gota de aire se colara entre ellos.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora