Cambiando Mi Destino.

Capítulo 8

Entraron a la tienda de varitas Ollivander, ahí se la pasaron la mayor parte del tiempo, ya que las varitas que le sabe el señor Ollivander no querían a Harry hasta que le dio la varita gemela de 'Voldemort', eso le pareció al señor Ollivander muy curioso.

Harry no preguntó por que ya sabía la respuesta. Su varita era de Acebo, 28 cm y flexible, pagó por ella 7 galeones de oro, el señor Ollivander los acompañó hasta la puerta de su tienda.

Al atardecer, con el sol muy bajo en el cielo, emprendieron su camino hacia el Caldero Chorreante. Fueron hasta donde estaban los Fenwick al otro lado de la calle. Hagrid los ayudó a meter las cosas en el auto y luego le entregó otro sobre a Harry.

-"Tu billete para Hogwarts, el 1 de septiembre, en King Cross. Está todo en el billete... Te veré luego, Harry"-

-"Hasta luego, Hagrid"- se despidió Harry desde el interior del auto, parpadeo un poco y Hagrid ya no estaba a la vista.

Llegando a la casa de los Fenwick, Harry decidió mandar la carta con la respuesta para ir ese año a Hogwarts. Durante el tiempo restante que le quedaba con los Fenwick se la pasaban de lo mejor. El día de su cumpleaños le regalaron varias cosas como una cámara mágica, ropa de invierno y una nimbus 2000, todo lo compraron sin que Harry se diera cuenta.

El 1 de septiembre se levantaron temprano a preparar lo que faltaba para el viaje a Hogwarts por parte de Harry y a Londres por los Fenwick. Harry metió a Hedwig en su jaula, el baúl lo encogió y Darsy estaba a un lado suyo.

Llegaron a King Cross a las 10:30 am, se detuvieron en una pared que estaba en medio de los andenes 9 y 10.

-"Bueno aquí estamos. ¿entramos?"- dijo tía Christine agarrando las manos de Coldwell y Harry, tio Delta tenía a Hedwig e iba detrás de ellos.

Se dirigieron hacia la pared, si que parecía sólida y dura, pero mejor sabían que era por protección al mundo mágico.

Apareció ante ellos una locomotora de vapor, color escarlata, miraron hacia el rótulo que decía "Expreso de Hogwarts, 11:00 horas".

Los Fenwick se despidieron de Harry, que cada vez que pueda mande una carta. Entró en la locomotora y se fue hasta el fondo a un compartimiento vacío, se sentó a lado de la ventanilla.

Durante el tiempo que estuvo viendo hacía afuera vio varias caras conocidas, unas que le alegraban verlas, otras que le dio nauseas de tan solo recordarlas.

Media hora después el tren comenzó a moverse, el paisaje circundante pasaba a toda velocidad.

La puerta del compartimiento se abrió y entro un pelirrojo con pecas.

-"¿Hay alguien sentado ahí?"- pregunto señalando el asiento opuesto a Harry -"Todos los demás están llenos"-

Muy buena pregunta, diferente lugar de la locomotora, todo bien planeado y él ni se había dado cuenta al principio.

Harry negó con la cabeza, el chico se sentó. Lanzó una mirada a Harry y luego la desvío rápidamente hacia la ventanilla.

El tren había pasado campos de vacas y ovejas, el bosque y varias casas.

Como a las 12:30 se produjo un alboroto en el pasillo y la vendedora de dulces se asomó y les dijo:

-"¿Quieren algo del carrito, guapos?"- a lo que los dos chicos negaron.

El chico había sacado un arrugado paquete con 4 bocadillos y se dispuso a comer.

Harry estuvo sentado acariciando a Darsy que estaba en sus muslos. Veían como desaparecían los campos de cultivo y aparecían bosques, ríos serpenteantes y colinas de color verde oscuro.