Aquella tarde, James y Sirius estaban planeando una nueva broma, algo normal en ellos, mientras Remus daba vueltas en su cama y Peter intentaba robarle chocolate a este último.
—Voy a la enfermería—dijo finalmente su amigo, harto de no poder aplacar su dolor.
—Vale—dijeron todos con preocupación. Remus tenía cada vez más ojeras y, como ya era habitual, sus cicatrices parecían resaltar más en su rostro que el resto del tiempo.
—Deberías de ir a San Mungo, Remus, esto no puede ser algo bueno.
—Ya fui de pequeño, Sirius. Es una enfermedad crónica, no pueden hacer nada.
Y salió por la puerta.
—Ni se te ocurra aprovechar que no está, Peter—dijo James, conociendo la glotonería de uno de sus amigos.
Y siguieron así, en silencio, un rato. James y Sirius o, lo que es lo mismo, Sirius y James, seguían planificando aquel gran debut en el mundo de las bromas a sus compañeros. Severus Snape, el Slytherin del tren y mejor amigo de Evans se estaba juntando demasiado con Regulus Black, quien ahora le dirigía una mirada de superioridad a su hermano mayor. Peter pronto se les unió y juntos planearon la "broma del siglo" que mantendría ese título hasta que hiciesen una mejor.
Remus no volvió en todo el día, y sólo veinticuatro horas después volvería, lleno de cicatrices, a descansar un poco más en la comodidad de su habitación.
—Buenas tardes, Remus.
—Buenas tardes, señora Pomfrey.
No era la primera vez que Remus tenía que pasar la noche en la enfermería, es más, tenía que pasar una noche de cada mes porque, como ya todos sabemos, él era un hombre lobo. La enfermera del colegio abrió una puerta lateral oculta tras una estantería de medicinas para que su paciente pasase. Allí estaban, como siempre, sus calmantes para el dolor y desinfectantes para las cicatrices, además de un calendario lunar. Remus sabía que tendría que volver allí a la mañana siguiente, después de otra noche en la casa de los gritos.
—Señora Pomfrey, ¿podría darme un calmante, por favooooAAAAAAAAHHHHHH?—gritó de dolor. La enfermera cerró la puerta, insonorizó la instancia y tumbó al alumno en la cama.
—Remus, mira a mi dedo—dijo—, síguelo con la mirada—empezó a moverlo.
—Duele—se quejó él, agonizante, mientras se retorcía.
—Lo sé, lo sé... Ahora te pongo el calmante. Dime, ¿qué has hecho hoy?
—Intentar dormir—respondió, con lágrimas en los ojos.
—¿Por qué intentaste dormir?—preguntó la enfermera, mientras preparaba la jeringuilla con el calmante.
—Porque pensé que así dejaría de doler—sollozó—. Señora Pomfrey, por favor...—suplicó.
—Sé que duele, Remus, un momento... estoy preparando el desinfectante...
Pero ella no lo sabía, no sabía qué era el dolor, qué eran las miradas, qué era la mentira, qué eran las cicatrices... Ella sólo sabía qué era la Luna, y Remus quería saberlo también.
Finalmente, la enfermera le inyectó el calmante y el dolor fue desapareciendo, aunque no momentáneamente ni del todo, pero se fue disipando, como la niebla en un día de viento.
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Jily, Años de Conquista
FanficTodos sabemos que Lily empezó a salir con James en 7º, que Frank y Alice estaban muy acaramelados, que Remus siempre temió al amor y que Sirius era un alma libre. Pero no sabemos qué mil locuras hizo James por amor, ni qué pasó antes de que Alice y...