25; Rimel Corrido.

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Cuando desperté, la camioneta estaba estacionada en un lugar cerrado, estábamos todos ahí a excepción de Valentina y Rubén.

-Hey, hey.-Dije al mismo tiempo en el que chasqueaba.

-¿Qué?.-El primero en despertar fue Henry.

-No sé a dónde estamos.

-No sé, hay que salir tía.

Se talló los ojos y salió con cuidado.

Abrí la puerta de la camioneta y salí cuidadosamente.

-No deben de estar lejos.-Dijo mientras bostezaba.

Caminamos hasta afuera del edificio y nos dimos cuenta que era un estacionamiento público.

-¿A qué hora regresaron anoche?.-Soltó otro bostezo.

-Ay, no sé, pero todos estaban durmiendo y Rubén condució.

-¿Cómo?, ¿Ya estamos en Orlando?.

-No sé, te digo que me quedé dormida.-Sonreí.

-Aaaah, me duele la espalda...

-Creo que aún no estamos en Orlando.

-¿Por?.

-Bueno... pues... mira a tu izquierda.

Había un anuncio.

" Orlando, at 15K "

-Pensé que el bueno para nada había conducido hasta Orlando.

-¿Bueno para nada?.

-Rubén.

-Si, oye...

-¿Qué?.

-Tienes su...

-¿Su qué?.

Me señaló con su dedo, y sólo pude notar una cosa: traía su chamarra.

-Ah... esto... sí, él me lo dio.

Esbozó media sonrisa.

-Ajaaa...

-Te lo juro...

-Seguro.-Sonrió.

Era de mañana, aproximadamente las 7:00 am.

Se sentía un poco de frío, y las banquetas estaban mojadas por la lluvia en la madrugada.

-Hablando del Rey de Roma...

-¿Qué?.-Sonreí.

-Ahí están esos tíos.

Señaló con su cabeza.

Rubén y Valentina estaban sentados en una banqueta.

-¿Vamos?, Yo ya quiero irme de aquí.

-Si, y yo le debo de dar esto.-Dije al mismo tiempo en el que me quité la chamarra.

Caminamos hasta dónde ellos.

-Rubius.-Henry le tocó la espalda.

-Mande.-Se volteó instantáneamente.

Pero Valentina siguió mirando a la banqueta.

-¿Ya nos vamos?.

-Si, me estacioné hace 30 minutos para estirarme un poco, Ya voy para allá.

-Tu chamarra, Rubén.-Le entregué su chamarra.

-Gracias, Ya voy.

-Pero rápido.

Me regresé con Henry a la camioneta, prendí la radio, había un poco de música relajante.

Todos estaban más dormidos que nunca.

5 minutos después Rubén llegó al lado de Valentina.

Rubén se subió del lado del copiloto, él volvería a conducir.

Valentina subió en la parte de atrás.

No alzó la cara en ningún momento, y cuando lo hizo, pude ver por el espejo retrovisor que su maquillaje estaba corrido.

No dije nada y Rubén comenzó a manejar.

790 días después (elrubiusomg).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora