Esos ojos, MATAN

3- Itsuome

Los días parecían una tortura en lo que Victor aprendía a pelear como un Filo Negro. A pesar de que Yuuri ingresaba a la residencia Nekola cómo Yuumiko, una vez estando dentro de los salones interiores, volvía a tener aquella figura masculina que llamaba la atención del peliplata sin entender porqué. La peor parte estaba en que Minami parecía estar hipnotizado por el purasangre, siguiéndolo de un lado a otro, preguntando por él y quedándose junto al azabache cuando este decidía simplemente retirarse a leer, dejando a un agotado Víctor en medio de la sala donde entrenaba con el menor.

Minami Kenjiro era prácticamente un adolescente, poco mayor que Guang Hong Ji, pero a casi diez años menor que Victor, eso ponía al peliplata en ridículo cada vez que quedaba con una daga al cuello, empuñada por el pequeño de cabello bicolor. El mechón rojo que tenia el adolescente era iconico de su clan, lo pintaban una vez mataban a su primer vampiro; a pesar de ser generaciones de cazadores, nadie en el clan Minami fue alguna vez un Nido Azul.

- Das pena- Le dijo con una sonrisa en el rostro y la daga en su cuello, teniéndolo nuevamente en el suelo y completamente inmovilizado- ¿Lo quieres intentar de nuevo?

- Van 47/2, perdiendo Nikiforov- Se escucho a hablar a Emil desde una de las esquinas del cuarto de entrenamiento.

- Oh, casi cincuenta ¿Te gustaría un todo o nada?- Propuso Kenjiro.

- Eso es infantil...- Alego el peliplata.

- Bueno, Minami solo tiene diecisiete después de todo- Escucho la voz de Yuuri entrando al cuarto, el menor inmediatamente se levanto liberándolo del peso y buscando al vampiro con la urgencia en que un cachorro va por su dueño.

- ¡Señor Katsuki!

- Te dije que puedes llamarme Yuuri- Los ojos del rubio brillaron en llamas, a Víctor le costaba seguir su energía- ¿Como le ha ido a Víctor?

- Terrible- Le delato Nekola, Víctor bufo antes de levantarse del suelo de una vez- Aunque quizá nunca ha estado al nivel de un pura sangre.

- Nadie puede estar al nivel de uno...- Alego el peliplata.

- Minami lo está- Aseguro Yuuri con rostro estoico y voz calmada, Kenjiro parecía estar esperando una caricia en la cabeza tras oír las palabras del azabache- Ha podido apuñalarme al menos dos o tres veces...

- Eres tan amable- Dijo casi en un chillido el joven Filo Negro- Pero solo fueron dos y un corte en la cara- Rectifico él menor.

- Y solo lo logro tras 238 encuentros- Aporto Nekola.

Víctor le quedó mirando en blanco, sin oír lo que decían luego de aquello... tras más de doscientos encuentros, poder dañar a un pura sangre solo tres veces (Y sin ser ninguna herida mortal) era irrisorio... en ese momento Nikiforov no pudo hacer otra cosa más que pensar en lo afortunada que era la humanidad de que los vampiros les necesitarán.

- Vamos, Nikiforov arriba- Escucho Víctor- Iremos a casa más temprano hoy- Indicó el azabache.

Estaba evidentemente derrotado dentro del auto, el chofer era el mismo sujeto que por la mañana los iba a buscar... un tipo de fina barba blanca y afilados ojos verde claro, un vampiro zero... lo sabía por el sello que tenía en su cuello, un extraño juego de cruces y la forma de una rosa, ultimamente se habia percatado que Yuuri tenia a algunos bajo su cuidado... porque literalmente eso es lo que hacia, les daba un poco de su propia sangre para mantenerlos a raya; un trato inteligente considerando que aquellos que muerden o beben de los sangre pura quedan bajo su control, no de una forma literal, pero en el caso de los vampiros zero, su mente se mantenía cuerda gracias a la sangre pura e incluso podían desarrollar algunas destrezas que serían propias de un noble en caso de extenderse el consumo... muy por el contrario, si su abstinencia llegaba a prolongarse mucho es más fácil que enloquezcan, sin embargo entonces los pura sangre pueden hacerles desaparecer con un chasquido, aún a la distancia, aquellas células de ellos que quedan en los cuerpos de los zero alertan que algo va mal, entonces inmediatamente destruyen al huésped... un poco sádico pero necesario.