2- Yuuri

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Desde que vio aquellas agujas rojas extenderse desde el cuerpo de Katsuki, no volvió a tenerlo en frente nunca más. Víctor se había metido en un problema, y es que la familia de aquel muchacho muerto había alegado con su superior debido a su descuido con Katsuki, sin embargo, para la sorpresa de Víctor, Celestino ya sabía de la protección de sangre con que contaba el pura sangre.

- Leroy ya se encargó de modificar sus memorias, así que no habrá mayor problema. Tú solo encárgate de ver quien esta infiltrando a la gente a aquella casa, por lo general Altin siempre hace un riguroso filtro junto a Suzuihara para que no entre ni salga información de la mansión, nadie debería saber del ritual de conversión salvo el general Feltsman, sus tres oficiales- Dijo refiriéndose a Giorgi Popovich, Leo de la Iglesia y él- Y algunos cazadores de clase Blanco- Allí entraban tan solo Víctor y cuatro cazadores más... Christopher Giacometti, un suizo tan sólo tres años menor que Víctor, con buenísimas técnicas de persuasión; Seung Gil Lee, coreano... un joven tan sigiloso que los vampiros no se percatan de él cuando su cabeza ya rueda en el suelo; Guang Hong Ji, un muchacho apenas adolescente de bajo perfil de origen chino, Víctor siempre lo veía como alguien muy gentil... le costaba creer que fuese un diestro con los cuchillos, y por último, Minami Kenjiro, a penas un adolescente que utilizaba un hilo de plata y una katana para liquidar a sus objetivos- Según lo que me informó Minami, Emil Nekola piensa celebrar una fiesta dentro de un mes, consigue infiltrarte Víctor, aunque sería mucho más fácil si es Katsuki quien te lleva...

- Haré mi mayor esfuerzo, señor- Dijo dando una reverencia antes de retirarse. Víctor era el más aclamado cazador de la asociación... no podía defraudar, su imagen vestido de blanco y el cabello gris le habían otorgado el título de Caballero de Hielo, y pasando aquel apodo entre los cazadores nuevos como si se tratara de una leyenda.

Saberse confinado a la mansión de Katsuki podía con sus nervios, por eso mismo pasaba gran parte de sus días practicando lanzamiento de cuchillos y disfrutando de ir a cazar con los encargados de la cocina, tales como Takeshi o Chuuya.

En la mansión de Katsuki todo se veía relativamente normal, de no ser que noto la ausencia de Otabek y Mila durante dos días seguidos, por lo cual solo le quedo pasear por la casa. El temporal de invierno estaba iniciando débilmente, pero el frío y el viento hicieron que el platinado declinara de pasear por los jardines esta vez o se acompañar a Takeshi en su rutina de caza, las sirvientas renegaban cualquier contacto con él y Yuko no aparecía más que por las tardes para consultar que prefería de cenar. Si Katsuki era difícil de encontrar cuando iba mirando su forma física, ahora que dos de sus más leales vampiros también habían desaparecido Víctor no sabía dónde buscar. Confiaba en que si el paradero de Katsuki había cambiado, sus superiores le informarían de alguna manera para él llegase hasta él pura sangre, así que al menos eso lo ayudaba a no comenzar a sentirse ansioso con el pasar de los días.

Camino hacia el invernadero, para su sorpresa, la ligera puerta de vidrio que ofrecía la entrada a aquella cúpula de cristal estaba abierta, entre las ramas de bugambilias y belladonas, una extraña señorita se encontraba sentada comiendo los pétalos violetas y fucsias entre sus manos, algunos cayendo sobre el vestido gris perla que llevaba puesto. Tenia el cabello negro y lacio, un flequillo des prolijo cubría sus ojos, sus manos parecían lastimadas... como si estuvieran quemadas.

- ¿Sabes que son venenosas, verdad?- Pregunto con el fin de llamar la atención de la muchacha, pero no consiguió que le mirara, simplemente un ruido que daba a entender que si lo sabia- No sé mucho al respecto... ¿No te hacen mal?

- Estan bien- Contesto con tono calmo... era una voz dulce.

- ¿Y saben bien?

- Sabe a veneno- La voz de la muchacha no se inmuto, Víctor decidió acercarse para así poder tener una mejor apreciación, nunca había visto a esa chica de todas formas, más al poder encontrarse con su mirada, encontró aquellos vibrantes ojos rojos del pura sangre.

Esos ojos, MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora