6- Nuevo invitado

208 33 7
                                    


La mansión Nekola era espaciosa y sencilla, más con todas las decoraciones y arreglos que habían preparado para aquella fiesta, Victor había tenido la sensación de que era un lugar nuevo.

Eventos de tal magnitud eran difíciles de ver entre los vampiros, por lo general eran criaturas que apreciaban la soledad salvó por su familia y amantes, considerando los arts en aquel grupo, claro; más los grupos familiares también eran extraños, Victor conocía a muy pocos de primera generación, convertidos directamente por un pura sangre... Aquellos considerados "hijos" de Katsuki, eran nueve, mientras que los de Itsuome eran solo tres, cuya sangre ya había mermado y diluido tras los siglos y las guerras, de los hijos de Yuuri solo quedaban dos... Emil Nekola y Alisa Newman, mientras que de Itsuome, únicamente Alessandro Crispino. De los otros hijos de Drácula, únicamente los vampiros de la rama Gitz quedaban vivos, quienes habían declarado lealtad a Yuuri. Victor se había sorprendido un poco de ello al estudiar la rama familiar de los pura sangre; durante la guerra con el padre de los vampiros, Vladimir Tepes, alias Drácula, de sus doce hijos legítimos, solo tres habían logrado quedar en pie al terminar su enfrentamiento, acabando con Namitsuki Itsuome cayendo en la locura al perder su único hijo legítimo, un niño inmortal traído al mundo con la sangre de él y su amor, terminando asesinado por su propio amante, Katsuki Yuuri ¿Dónde estaba entonces el tercero de los descendientes de Tepes? Su mención era un misterio incluso para los vampiros de primera generación. Aquella fiesta era para presentar en sociedad a un niño inmortal que ya había alcanzado su adolescencia.

Los niños inmortales son niños que nacen de vampiros... No son convertidos con un paso de sangre como el común de los vampiros "hijos" de pura sangres... Son poderosos y temidos, la sed de los niños es tan grande que para mantener paz entre los vampiros y resguardar la sociedad humana aún existente, se exige que sean criados encerrados en las mansiones hasta que aquella sed quedé controlada con los años y pueda presentarse, puesto que un niño inmortal es símbolo de caos y destrucción para la vida mortal de la que dependían los vampiros. Un solo niño inmortal podría acabar con millones de humanos en un día de sed, sin tener control.

Aunque la fiesta era en la mansión Nekola, quienes habían llamado a tal evento, era el clan Crispino.  Alexandro Crispino era fiel a lo que representaba Katsuki, pero no sus hijos, quienes consideraban que no debían lealtad con quien no compartían sangre. 

Katsuki asistía como Yuumiko, bajo la guardia del clan Altin, Otabek vestía con elegancia y en concordancia a los cortes del vestido que llevaba el pura sangre... Yuuri no se había equivocado, Viktor estaba embelesado por la belleza de Yuumiko, más lo único en lo que el peliplata podía pensar ahora que veía aquella muchacha, una de las tantas encarnaciones de Yuuri, era en aquellos delgados labios rosados, las tupidas pestañas negras de sus ojos carmesí, aquellas finas cejas, que al volver al ser Yuuri permanecían allí, y le recordaban exactamente con quién estaba...

Viktor no asistía como un cazador, de hecho todos los asociados que estaban presentes ocultaban sus identidades, la misión era proteger a Yuuri en caso que las cosas se descontrolaran y por algún motivo se viese expuesto, principalmente, porque si el pura sangre entraba en un estado de alerta, y respondía el ataque, muy probablemente después no habrían vampiros con quienes lidiar y la masacre se tomaría como el inicio de una guerra en lo que era la sociedad de aquellas criaturas inmortales.

La única razón por la que Yuuri lo había podido pasar por alto aquel evento, fue por la premisa de un nuevo niño inmortal... Uno que pasó desapercibido para él a pesar de su poder y sabiduría, a pesar de la sangre.

Cuando los Crespino llegaron a la fiesta, Emil, como buen anfitrión se acercó a recibirlos, notando inmediatamente a la pequeña compañía que Sara traía a un lado, oculta por una capa púrpura que cubría, incluso, el rostro. Aquel nuevo vampiro debía de ser bastante joven, a penas entrando a lo adolescencia.

Esos ojos, MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora