5- Bals

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Entrar en Scarletto fue todo un evento. A penas Yuuri bajo del auto siendo el mismo los vampiros que vigilaban y atendían la recepción le abrieron paso. Nadie se atrevió si quiera a mirar a Víctor que iba vestido como un art, con un collar al cuello con el sello de Katsuki.

- Necesito que busques a una mujer- Le había indicado Yuuri aquella noche en su habitación mientras él recomponía sus fuerzas- Una vampira de segunda generación, su piel es morena y sus ojos violeta, tiene el cabello largo y castaño oscuro, quiero que intentes ver a quien lleva consigo- Victor a penas asintió, estaba por cerrar los ojos cuando al fin sintió a Yuuri soltar las correas que afirmaban sus piernas, sus manos las había desatado hace mucho, pero Victor no había tenido la fuerza de desatar el resto por si mismo- Las elegí de cuero porque es más fácil impregnarlas en feromonas- Indicó Yuuri- Nadie debería tocarte sintiéndome sobre ti, pero en caso de que llegara a pasar algo, te colocaré un collar con un sello...

- ¿Una cadena como la otra noche?

- No, más sofisticado- Le sonrió el azabache.

No hablaron sobre el que Víctor apareciera en su habitación como un art, el mismo Yuuri parecía aún estarlo procesando. Su trato tras haberlo mordido reiteradas veces esa noche fue dulce y atento, entendía perfectamente lo que le había dicho Otabek al respecto.

- Duele...-Se quejó cuando Yuuri mordió en la parte interna de su pierna, tentadoramente cerca de su ingle.

- Lo siento, esta zona es muy sensible, pero me encanta como hueles, Fuyu- Indicó dejando un beso un poco más arriba de donde mordió- Morder varias veces y beber de a poco me da mayor sensación de saciedad, perdón por causarte dolor- Victor se sonrojó antes de sentir otra mordida en la otra pierna y en el mismo sector- Prometo que me encargaré que sanes bien- Victor intentó incorporarse y mirar al vampiro entre sus piernas, pero al sentir la fría lengua del azabache justo sobre la mordida no pudo evitar hacerce hacia atrás y gemir.

- Crei... que la sangre era mejor tras el sexo- El vampiro se detuvo en seco y le quedó mirando, el peliplata intentó esconder su rostro y juntar sus piernas, pero Yuuri se lo impidió apretando sus rodillas.

- ¿Quieres tener sexo?- Cubrió su rostro con sus manos, tragando pesado, sintiendo como Yuuri poco a poco subía para colocársele encima- Yuumiko te gusta tanto, que asumí que no estarías con un hombre ¿Quieres tener sexo conmigo, Fuyunoji? Debes pedirlo... tu amo aún no te conoce- Lo dijo en su oído, tan suave que parecía el ronroneo de un felino... uno que estaba a punto de devorarlo.

- Quiero...- Dijo a penas, tomando el rostro del vampiro para así besarlo, el azabache aceptó su beso breves segundos antes de apartarlo, Víctor se sintió extraño de sentir su propio sabor a sangre y el roce de los colmillos de Yuuri en su lengua.

El resto de la noche había sido un delirio entre el dolor y el placer, su cuerpo entibiando el frío cuerpo del pura sangre... o al menos, eso parecía. Las heladas manos del azabache recorrían su piel con gentileza, calmaban sus heridas y le provocaban llamas en su interior.

Que por la mañana Yuuri le designara una tarea dentro del Scarletto hacía que aquella fina línea entre su labor como cazador y su papel temporal como art, se desdibujara.

Las paredes de aquel bar eran de un gris mate que no dejaba reflejar ninguna luz, la suave iluminación de algunas velas y el intenso y dulce aroma de algún incienso para cubrir el olor de la sangre hacia parecer que entrabas en un sueño. Víctor actuó como si no le sorprendiera al ingresar a la zona de nobles y primera generación, escuchó a muchos de aquellos vampiros llamar "padre" al pura sangre. No sabía si llamarlo suerte, pero al no haber tratado nunca con alguno aquellos vampiros aristócratas u otros art, no tenia que esconder su rostro, pudiendo observar todo, saciando su curiosidad.

Esos ojos, MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora