7- Traición

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Víctor despertó con la curiosa imagen de Plisetsky asomado en la puerta de su habitación, a penas el rubio noto que había abierto los ojos y comenzaba a levantarse, el vampiro salió corriendo fuera de su vista. Yuko llego al poco rato con la ropa de lavandería y quedo un poco curiosa de notar la puerta abierta. 

- ¿Fue el pequeño Yuri quien te despertó? - Víctor no pudo evitar reírse un poco mientras terminaba de anudar la bata y abría su armario.

- ¿Sabes que tiene incluso siglos de años más que tú, verdad?- Yuko bufo un poco, haciéndole mala cara, más con un leve sonrojo en sus mejillas. 

- Pero es un niño, es más joven que el amo, así que es pequeño Yuri para mi- Dijo de forma autoritaria mientras terminaba de dejar la ropa del peliplata en la orilla de la cama.

- Que sus nombres suenen iguales será un problema- La voz de Mila justo en el dintel de la puerta llamo la atención de los otros dos- Yo le llamaré Yurio... 

- Aaaw, es tierno- Opino Yuko. 

- ¿Me pueden dejar ir a bañar? 

- ¿Qué? ¿Tienes algo que no hayamos visto antes?- Ambas rieron, haciendo a Víctor exasperarse un poco, su expresión logro hacer que Yuko saliera, llevándose a Mila consigo- ¡Yuuri pidió que vayas al jardín luego!

Ya vestido y luego de desayunar, Víctor fue al jardín tal y como Mila le había avisado. El pelinegro lucia un conjunto sencillo y estaba descalzo, en su mano una granada era poco a poco desmenuzada por él, dejando caer las semillas en un pequeño cuenco de vidrio... Victor ya estaba ligeramente acostumbrado a aquel meticuloso ritual qué hacia el pelinegro para comer la granada, separando todos los granos antes de llevarse siquiera uno solo a la boca, las puntas de sus dedos quedaban rosas, y sus labios centelleaban al terminar de comer. El peliplata tomo una rosa blanca de entre los arbustos y limpio los pétalos en la fuente al centro del enorme jardín, dónde Yuuri le esperaba sentado.

— Pareces bastante hambriento— Se atrevió a decir. Yuuri levanto la mirada dejandole ver aquel brillante rojo escarlata.

— Lo estoy— Admitió el vampiro, dejando que Victor dejase unos cuantos pétalos de rosa en su boca, luego de verlo extender aquel aperitivo sin miedo hacia él; sus colmillos rozaron suavemente los dedos de Víctor, más al cerrar la boca Yuuri dejo un beso justo en las yemas de sus dedos.

— ¿No estás necesitando sangre cada vez más seguido?— Pregunto Victor, haciendo que el pura sangre frunciera el ceño, más su molestia no le hizo apartarse de su tarea de desarmar las semillas de granada.

— Estoy ansioso— Reconoció el azabache—He usado mucha magia en poder visualizar mis lazos de sangre y los de Itsuome, se a medias que es lo que está pasando afuera entre los otros vampiros, así que me vi en la obligación de enviar a otros a investigar...

— ¿Las cosas van muy mal? — Pregunto Víctor, sentándose a su lado. 

— Moveré mi posición, esta mansión esta demasiado expuesta— Víctor no pudo disimular su asombro— Celestino ya fue avisado, así que serás enviado de vuelta a la central de cazadores, de esa forma... 

— ¿Vas a enviarme a la asociación? ¿Ya no me quieres aquí?

— Víctor... es mejor dejar las cosas hasta aquí, terminemos con esto...

— Yuuri es cruel...— Se quejo el peliplata, sorprendiendo al purasangre al verlo llorar. Yuuri se removió para apartar un poco el flequillo del cazador... en serio lo había hecho llorar— No puedes ser  tan egoísta, yo no quiero irme... déjame quedarme a tu lado...

Esos ojos, MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora