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Buenas. Sigo rebelde sin causa hasta el punto de alterar el orden previsto de las escenas. Espero no arrepentirme de ello después porque no haya manera de encajarlas.

El caso es que siento una necesidad imperiosa de terminar lo que dejé a medias en el cap anterior.

Así que ya me parezco al "que viene el lobo, que viene el lobo", cuando de verdad aparezcan los malos vais a pasar de mi cara mucho, lo estoy viendo.

Y aún así, yo me empeño en merecerme con creces a este público tan majo que ya debe intuir por donde van los tiros de hoy.

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Junio y verano

Todo cambió con aquella pregunta entre divertida, curiosa, sorprendida y esperanzada.

- Le has gruñido, lobito?

Y con su respuesta.

Porque Agoney podría haberla liado parda con alguna frase desafortunada, propia del pasado, que aludiera a lo inopropiado que resultaba que un dependiente de 20 años se fijara en un menor, volviendo así a socavar la autoestima de su joven profecía.

Pero como tirar la primera piedra cuando acababa de quedarse sin respiración al descubrir que, bajo todas esas capas de ropa de abrigo holgada, su nvda caminaba hacia la edad adulta de un semiDios? Y lo jodido era que el verano, a la vuelta de la esquina, se acercaba acechando asesino el final de su promesa más orgullosa y repetida.

La única excusa que tenia es que cuando se le salieron los ojos detrás de esas dos... esculturas? obras maestras?... no sabía realmente a quien estaba mirando.

- Si la gente se limitara a hacer su trabajo yo no tendría que gruñirle a nadie - aceptó en voz alta con un claro deje de arrepentimiento inmediato

- Tú hermanito mayor es un poquiiiito demasiado protector, no te parece? - esa fue la nueva provocación que sonó a sus espaldas

No le dio tiempo a decidir si le arrancaba la cabeza o escondía la suya en un agujero lleno de lava. Raoul avanzó felino en su traje de gala y se encaró al ofensor. Esa actitud no era propia de él pero sí del ansia de protección que un frágil Agoney despertó en su lobezno interior.

- Es más que evidente que no es mi hermano, y, además, resulta que no tengo que darte explicaciones y que el bajo me lo coge Dutsi Chus, gracias, así que mejor metes tus narices en otra parte - el dependiente estaba claramente sorprendido por el porte valiente del joven, pero a su vez entrecerró los ojos tratando de identificar qué trasfondo escondían sus palabras - Ah! Y para ligar conmigo te aconsejo no volver a llamarme bajito aunque tampoco vaya a servirte de nada

No le dio tregua para rechistar, inspiró un par de veces en dirección a su ángel, que permanecía petrificado y ausente, decidiendo en décimas de segundo cómo afrontar el siguiente paso y, cuando estuvo seguro de ello, se acercó a un Agoney que no se atrevía ni a respirar.

Había sido obvio, muy obvio y no era eso lo que más le dolía, más allá del propio sonrojo que le acompañaría las próximas horas. No. El problema es que los probadores de una tienda de ropa de moda barata no eran su escenario soñado.

Pulsera y colgante tampoco latían, parecían querer fundirse en la nada, dejando tan solo la estela de ese calor perpetuo que emanaban en la cercanía.

- Gracias por traerme de compras, Ago - susurró acariciando su hombro pero evitando el contacto directo de sus miradas - Creo que el traje es perfecto así que, si quieres, puedes salir y esperarme fuera de la tienda, yo ahora salgo

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