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Bueno, como prometido, aquí va la escena que faltaba. Pronto me pondré con el siguiente cap aunque quizás el OS de Halloween me roba algo de tiempo 🥺 En cualquier caso seguiremos a full, siempre más y mejor, buscando que paséis un buen rato con mis locuras 😘

 Pronto me pondré con el siguiente cap aunque quizás el OS de Halloween me roba algo de tiempo 🥺 En cualquier caso seguiremos a full, siempre más y mejor, buscando que paséis un buen rato con mis locuras 😘

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— ¿Qué haces tú aquí?

Esa es la pregunta con la que Pablo recibe a Miriam.

No ha podido evitarlo aunque justo a continuación sienta el remordimiento de estar pagando una injusticia con otra. Y es que no dudó ni un instante en arriesgar su vida por salvar la de su pueblo y, sin embargo, hoy no está invitado a compartir brindis y risas con aquellos que sí pueden hacerlo gracias a su valentía. Es por ello que le han habilitado una tienda, discreta y alejada del bullicio, para que pueda cenar "dignamente" mientras el resto de la manada celebra el banquete tras la unadeti (fiesta en honor de los héroes).

Así que se ha dirigido hacia allí a regañadientes. Se pregunta qué hubiese ocurrido de no conseguir superarlo, si hubiese recibido sepultura con honores, como el resto de los caídos, o si también hubiese sido ignorado. De hecho, estuvo muy cerca de comprobarlo. Deambuló durante días entre la muerte, perdido y sin fuerzas, acumulando con cada hora un dolor extremo y cientos de motivos para dejar de seguir luchando. Solo la idea de estar obrando de la forma incorrecta le retuvo al borde del precipicio que separa la vida de la muerte.

Fue entonces cuando escuchó su voz colarse entre la fiebre, esa que había sido creada especialmente para sus oídos. Risueña, serena y fuerte. Miriam fue sumamente inteligente en sus peticiones, sabía que pedir amor eterno u oportunidades de un futuro compartido solo servirían para inquietarle. Sabía que no sabía nada de ese chico y que era por voluntad propia. En todo ese tiempo no había conseguido que ninguno de sus amigos le contaran la famosa historia que convirtió a Pablo en un proscrito.

Así que se limitó a pedir algo que no podía negarle.

— No voy a pedirte que te despiertes, me beses y me quieras ni que dejes de ser un alma en pena y sonrías como un bobo al verme. A ver, qué si lo haces yo encantada, pero no vas a hacerlo. Así que solo voy a pedirte que no me hagas vivir en un mundo en el que tú no existes, sabes lo que soy y sabes lo que eso haría sentir a mi loba. Solo eso, Pablo, nada más. Solo vive.

Y un chico que hace 11 años cometió un error imperdonable hizo exactamente lo que se había prometido: sobrevivir y obrar de la forma correcta el resto de su maldita vida, por mucho que careciera de sentido.

Aunque, en su mente confusa por el aislamiento de los años, lo correcto incluyera mentirse a sí mismo. Por eso tampoco trabajó en exceso las excusas por las que sentía mucho frío cuando mejoró y Miriam abandonó la cabecera de su cama. Ni cuando un pinchazo se clavó en su pecho al pensar que le habría gustado ver los rizos de la chica al despertar. Ni el hecho de que le ardieran las yemas de los dedos cuando esa misma mañana había aparecido vestida de indígena, tal como mandaba la tradición de la unadeti. Ni el porqué acaba de invadirle un sentimiento de alivio que reprime con malas palabras.

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