Buenas, llevamos retraso con Atlanta así que primero nos ponemos al día y después volvemos a la tienda donde nuestro bombero preferido acaba de conocer a su luna. ¿Va bene?Empecemos retornando, por tanto, a Miriam unas horas después de la gran batalla, justo en el mismo momento en el que Raoul se abraza al cuerpo inconsciente y febril de Agoney antes de que Andrés llegue a lo vendaval para explicarle cómo se transforman los vampiros.
Aviso que hay varios saltos en el tiempo en la primera escena. Le he dado vueltas y vueltas sin terminar de arreglarlo. Significa que vamos del presente a un pasado inmediato en varias ocasiones.
— ¡Santo Espíritu, Miriam! ¿Podrías dejar de gruñir? Tenemos un montón de heridos en el poblado que necesitan tranquilidad.— No te atrevas a darme lecciones, Ricky.
— Vale. Haz lo que quieras, amiga, pero gruñe más flojito, anda.
¿Qué quiere decir con qué gruña más flojito?
No se puede gruñir bajito. Gruñir bajito es más bien como ronronear, es de gatitos domésticos o de cachorros desvalidos y no de lobos adultos y maduros que acaban de librar una batalla. Aunque ahora mismo la madurez y la cordura brillen en ausencia porque se está volviendo loca.
Y debe ser que no la conocen o que son unos insensatos, porque ella loca es muy peligrosa. ¿Pero qué esperaban, que la última loba blanca fuera una linda gatita en lugar de todo agallas?
¡Pues lo llevan claro!
Y si no que se lo pregunten a ese brujo malnacido que sólo consiguió escapar después de renunciar a uno de sus brazos. Así que... ¿puede alguien explicarle por qué diablos la casa de Vicky se ha convertido en un jodido fuerte en el que sólo ella es considerada el enemigo? Que ella quiere mucho a la pelirroja, pero que tuerta va a seguir queriéndola igual, y como afile las garritas se deja el esmalte a zarpazos y se queda tan reina.
Pero parece que el pequeño de los Merino no percibe el peligro ya que habla confiado desde la puerta recién abierta de la casa de Vicky. Si bien transmite seriedad, con los brazos en jarra y la mirada en blanco, la sonrisa pugna por imponerse a su tono de beta autoritario. Sobre todo cuando ve a su futura cuñada olisquear el ambiente y volver a gruñir mientras sigue su incesante caminar en círculos. Ha estado espiándola toda la noche y su siguiente mañana, parapetado tras las cortinas de la planta superior, encerrado en la habitación en la que su hermano se debate entre la vida y la muerte, y calcula que debe llevar unos 10 kilómetros de las vueltas que ha dado al perímetro del jardín de la entrada. En realidad el beta también gruñiría de no estar imbuido en su papel habitual, porque cuando la angustia se lo come por dentro su reacción natural es fingir una tranquilidad exasperante. También reacciona a menudo follándose a Kibo. Sí, eso definitivamente relaja sus tensiones y relativiza sus problemas aunque con su Alfa moribundo no lo cree del todo adecuado.
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Waya
FanfictionImaginad un mundo regido en una ligera e inestable armonía por 4 tipos de criaturas: humanos, vampiros, druidas y hombres lobos. Imaginad que ese mundo no solo existiera, sino que además fuera el que habitáis, ese que os rodea y os engulle a diario...