Capítulo 13

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— ¿¡Donde rayos están!?

— Te juro que la deje aquí Sebastian.

— Nicky ella debió decirte algo, la reunión esta apunto de comenzar y los protagonistas no están.

— Ya intenté llamarle pero no me contesta.

— ¡Demonios!

— ¿Pudiste contactar con Ángel, Susana?

— Lo siento no contesta.

— Eres su representante debes saber algo.

— Si lo supiera ya te lo hubiera dicho.

— ¿Sebastian que sucede?

— Director, es sólo que Valentina y Ángel se fueron de la agencia.

— Cálmate son jóvenes, debieron salir en una cita, después de todo sus representantes están aquí para la reunión.

— Por supuesto.

— Pero si vuelve a suceder, que se consideren sin trabajo, que comience la reunión.

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(Parque de diversiones)

— Nicky nos matará

— Me preocupa más Susana y Sebastian pero estoy seguro que no nos matarán . . . Toma.

— ¿Lentes de sol?

— Estoy seguro que habrán personas que nos reconozcan.

Este lugar es hermoso pero nostálgico, la primera vez que vine a un parque de diversiones fue con mi hermana.

Mis padres como era costumbre discutían cada vez que se veían y mi hermana ya cansada de todo eso me tomo de la mano y nos dirigimos a un parque de diversiones. El lugar no era tan grande como este pero si tenía una enorme rueda de la fortuna con algunas otras atracciones mecánicas.

— ¿A qué juego te quieres subir?

— A la rueda de la fortuna.

— Bien pero después iremos a la montaña rusa ¿De acuerdo?

— De acuerdo.

— Bien vamos.

Estas pequeñas cabinas me traen muchos recuerdos los mejores recuerdos que tengo con Diana.

— Te veo distraída.

— Lo siento pensaba en mi hermana.

— ¿Le sucedió algo?

— Nada, sólo recordaba viejos momentos con ella — El recorrido por la rueda de la fortuna fue divertida, las demás atracciones también pero las horas pasaron muy rápido y tengo que volver a casa para preparar las maletas de Diana.

— Ya me tengo que ir.

— Es muy pronto, pero de acuerdo, vamos por el coche al estacionamiento.

— Fue divertido volver a un lugar así — Gracias por traerme aquí.

— Te veía muy cansada y preocupada supuse que necesitabas un descanso.

— Pues acertaste.

— Eso me alegra.

Quiero responderle pero una vibración en mi pierna me lo impide.

Llamada

— Hola

— Valentina mi vuelo sale a las dos, estaré en casa dentro de una hora.

— Bien te espero.

Fin de la llamada

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(Mansión de Valentina Rose)

No sabía que tenía tanta ropa, al final termine llenando siete maletas.

— ¿Están listas mis maletas?

— Sí

— Gracias hermana.

— Hoy fui a un parque de diversiones.

— Estoy segura que recordaste la primera vez que fuimos.

— Me conoces mejor que todos.

— Esa fue la única conversación sería que tuve con tigo.

— Fue un golpe a la realidad, entiendo que me dijiste todo eso para que madure.

— Tampoco fui tan cruel.

— Recuerdo tus palabras  "Siempre estarás sola, el amor de una familia no existe en nuestras vidas, nuestros padres nos odian y por eso tenemos que saber como cuidarnos por nuestra cuenta"  luego me dejaste y te fuiste por un mes.

— Pero gracias a eso ahora no sufres por nuestros padres.

— Tienes razón . . . Sacaré el auto para llevarte, baja tus maletas.

El camino hacia el aeropuerto fue calmado platicamos un par de cosas y llegamos rápidamente a nuestro destino.

Después de pasar sus maletas por verificación ya estaba lista para tomar su vuelo pero decidimos comprar un par de cafés y charlar mientras espera su vuelo.

— ¿Cuántos meses te piensas quedar?

— Quizá tres o cuatro

— ¿Tienes el suficiente dinero?

— Lo tengo

— ¿Mamá sabe sobre esto?

— Esa señora no importa y tampoco él.

— A los pasajeros del vuelo 3060 con destino a París se les informa que deben abordar el avión. . . A los pasajeros del vuelo 3060 con destino a París se les informa que . . .

— Ese es mi vuelo, ya tengo que irme.

— Claro — Veo como toma su pequeña maleta y se aleja de mi vista —¡Espera!  — Sujeto su chaqueta.

— ¿Qué sucede?

— ¿Qué me sucede?, eso me pregunto yo — No sé.

—  Valentina ya tengo que irme.

— L-lo siento

— Hermana estaré bien . . .  No te preocupes.

— Lo sé.

— Te quiero.

Siento como su chaqueta se desliza por mis dedos y veo como desaparece entre la multitud del aeropuerto.

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Gracias por leer.



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