Hasta que Vuelvas...

Me niego a estar Solo

Teatro repleto....aplausos..aplausos y más aplausos...parado aquí, en éste escenario, puedo ver como vuelan por los aires cientos de flores cada vez que hago una reverencia para agradercer al público....sabe tan bien.....ésto, ésto es capáz de distraerme de cualquier cosa, no soy más el delincuente influyente que mantenían encerrado en el Real Colegio San Pablo. No soy más el pequeño duquecito como me decían en muchas otras partes, no soy más el hijo del Duque de Granchester y por lo que veo y siento...no es la sombra de mi madre y su grandeza opacándome, éste soy yo. Terrence Grandchester Baker, triunfando como jamás imaginó en su primer estelar. Ya había recibido un sin fín de aplausos haciendo papeles secundarios. Me importaba una verdadera mierda si mis papeles eran solo de unos segundo, yo daba el 200% en cada una de mis actuaciones y así me fuí ganando la atención del público. 

Susana hacía intentos por alcanzar mi mano a la hora de las reverencias, yo me hacía el desentendido concentrándome en "mi" momento de gloria y levantando las flores que caían a mis pies, y ahí....justo frente a mí...mi inspiración, mi estrella más brillante, mi belleza Americana, tan bella, tan soberbia, tan mía, sé muy bien que jamás habría llegado hasta aquí si ella no hubiera tocado mi alma como lo hizo desde el día uno. Albert y Elisa....Stear y Paty....Archie y Annie..Candy...Mamá y Papá...Olivier y Jen...Maggie y Gastón con su pequeño...Terry, no Terrence, Terry fué como decidió llamarlo, ella dice que en su mente y en su corazón siempre seré el niño Terry del que siempre se sentirá orgullosa. No necesito más....todos los míos, todos mis cómplices están aquí. Ya me ocuparé del tema de Susana, mañana o pasado, no lo sé, las representaciones tomarán su curso normal los fines de semana, no dejaré que nada ni nadie arruine ésta noche. Logré recomponerme por amor a mi gran Pasión que es el teatro y porque mi Candy no merece menos que lo mejor de mí.

La prensa está totalmente extasiada, nunca me muestro tan abierto, tan afable y complaciente, desde el momento en que desfilé con mi familia por la alfombra roja les dí la historia de sus vidas. Sin que mi esposa pronunciara una sola palabra logró deslumbrarlos a todos, con su simple sonrisa y el tímido rubor en sus mejillas que tanto amo, con su hermosura y somos tan malditamente perfectos juntos que nada me enorgullece más que lucirla mostrarle al mundo quien es mas no compartirla con la opinión pública y los fanáticos que es distinto, pero ésta noche...les doy a ver solo un poco de mi mundo, esta noche estoy celebrando tan solo el primer peldaño importante que he logrado subir en mi carrera.

-Terry, con ésto se acaban los rumores que te rondaban con respecto a tu compañera de reparto Susana Marlowe....-dice una reportera y yo sonrío, franca y abiertamente.

-Bueno ese rumor es todo suyo compañeros de los medios así que...sean ustedes mismos quienes terminarán lo que iniciaron no creen?- algunas risas se escuchan, Candy cubre su rostro divertida, en ésta mesa de conferencias me acompañan Robert y Susana, hago de cuenta que no está aquí.

-Se trata de alguna estrategia publicitaria hacer público tu enlace justo en el estreno de tu primer protagónico?-

Sonrío y resulta que todas éstas personas me encuentran encantador, me parece cómico, soy famoso por ser un auténtico hijo de perra con éstos periodistas.

-No, y deben aprovechar ésta oportunidad porque será la primer y última vez que les hablaré sobre mi vida personal, no compartiré fotos de la boda ni venderé la nota en exclusiva a absolutamente ninguna publicación, no es algo que nos interese, ni a mi esposa ni a mí...ella y yo estamos juntos desde que ambos estudiábamos la Preparatoria aquí en Londres.-

Sí, sí....éste es el tipo de historias románticas que atraen a la gente como abejas a la miel, es una pena que no pueda evitarlo pero me siento tan felíz, además de que mientras mejor negocíe el tema de mi vida privada y todo lo que concierne a Candy, mejor será la fiesta para todos. Escucho suspiros y algunos aplausos, Candy y mi madre permanecen tomadas de las manos, si algo me enseño Eleanor, es a lidiar con éstas personas a mi conveniencia pero...con prudencia.