Acto 3

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"Podemos remediar la situación apoyándonos mutuamente. No soy aquella mala persona que todos conocían, que tú conocías. Eso ha quedado en el pasado y, con seguridad te digo, he cambiado para mejor. Si no crees en mi palabrería escrita, permíteme hablar contigo. Es una cordial invitación. Ven a casa y hablemos como gente decente. Arreglemos lo que tengamos que arreglar"

Estrujó el papel entre sus manos y lo lanzó tan lejos como pudo al notar la firma del remitente. Se echó las manos a la frente, ahogando un gruñido molesto.

Un mes y medio de su confinamiento. Ya no tenía comida y el sol no le ayudaba cuando su visión dejó de soportar tan intensa luz. Negando con la cabeza se escondió entre sus piernas y se quedó ahí, recargado en una esquina de su habitación. Con hambre y sucio pues el ánimo no le daba para más que dormir y sentirse melancólico.

El lugar se sentía frío. Bastante.

Carraspeó cuando escuchó una llamada a la puerta principal de la casa. Tosió y aclaró su garganta, colocándose una sudadera oscura, subiendo el gorro para que no se notara su aspecto desalineado. No quería ni merecía lastima ajena.

Manolo junto a la puerta se quedó cuando su amigo detuvo su caminar para por el ojillo de la madera ver. Un trabajador del ayuntamiento, vaya sorpresa. De seguro sería para empezar a cobrar la basura de impuestos de la cual su rosado amigo le hizo conocer en una carta. Al menos eso creyó hasta que un saludo y una solicitud le fueron dadas.

-Hola, Señor Luzu. Me envía el señor Alcalde para agradecer el que pueda ayudarnos con la remodelación del ayuntamiento. –El más alto dudó por un segundo de aquello que oyó pero no le tomó la suficiente importancia en ese momento- También me dijo que le diera esto.

"Un presente por haber sido un buen candidato. Un apoyo y gran héroe para el pueblo de Karmaland. Espero vuelvas pronto, todos en el pueblo te extrañan" leyó el chico con entusiasmo.

Por su parte, el mayor no sabía cómo sentirse con lo escuchado. Dudó cuando el mismo le extendió una caja decorada y se marchó. Por unos instantes su confusión de evaporó cuando, dentro del obsequio se pudo encontrar ropa limpia y algo de comida.

No supo cómo pero una sonrisa de esperanza se alojó en sus labios. Aquellos maltratados y heridos por salvajes mordidas propiciadas a modo de castigo propio. Vaya por favor.

Cerró la puerta y por accidente pateó la hoja que hacía un rato le sentía desprecio. Con cuidado de no caer, la tomó y alisó con la mano libre.

"Te espero 7:30. Frente a casa."

Sería la primera vez que saldría y hasta esa distancia. Confiaría en alguien que ya le falló una vez, y muy dentro de su ser, cualquier alma merecía el perdón. Le daría esa oportunidad y esperaba que todo cambiase.

Se atrevió a ducharse, peinarse y arreglarse. Su viejo yo volvía a reinar en casa. Los bellos encantos del chico resaltaban con una ropa limpia y nueva. Estaba listo para el segundo round.

Bajó las escaleras de su casa y, oh no. Esa otra, la de... Sacudió su cabeza y caminó. Enterrando y evitando recaer, continuó con la frente en alto rumbo a su destino.



"El único cierto"

Triple Betrayal - Luzulitoplay K4Where stories live. Discover now