Capítulo 1.

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Bienvenidos a Pills, sé que este capítulo es bastante corto pero es simplemente para ver qué pasa. Dadme vuestra opinión y votad si os ha gustado. Muchos abrazos, NightBirds00.  ♡♥

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MDMA, o éxtasis, llámalo como quieras. Del mejor de la ciudad. Te produce un efecto vigorizante, eufórico, de calidez emocional y distorsión en la percepción del tiempo y de las experiencias táctiles. En otras palabras, te hacía alucinar y que las cosas no pareciesen tan malas como eran en realidad.

Un par de rayas servirían para los dos. Los efectos eran inmediatos, así que según Parker, mis pupilas dilataron a los escasos minutos. Me sentía feliz y tranquila. Entonces apareció ella,  esta vez llevaba un vestido negro, calcetas grises hasta las rodillas y zapatos militares junto con una pamela que ocultaba parte de su cara. Era muy pálida, y en aquella, su tercera aparición, con la cabeza agachada, me mostró sus brazos. Una cicatriz vertical bastante gruesa en cada uno. La sangre empezó a brotar, a pesar de que aquellas heridas ya estuviesen cerradas.

Sabía que ella no era real. Nunca lo ha sido. Le di la espalda cerrando los ojos.

Sentí un contacto cálido en ambas mejillas, nos besabamos. Como tantas veces lo habíamos hecho. Ambos estabamos tan rotos que daba igual, no aspirabamos a nada mejor. Abrí los ojos y me miraba, sin expresión alguna, no sabíamos qué era aquello, demasiado complicado. Pero nos consolábamos en los días negros.

Entonces, cerró los ojos, y en silencio, se acercó lentamente a mi oído y seco, me susurró: 'No la mires. Yo soy real.'

Se apartó unos escasos centímetros, y cometiendo un error, me giré lentamente. La tenía casi rozando mi nariz.

Me observaba, con aquellos ojos grises que me ponían los pelos de punta, perfectamente maquillada, sonrió tristemente con los ojos cerrados, haciendo contrastar sus blancos dientes con su pintalabios negro. Elevó los párpados de nuevo y una gota de sangre vertía de ambos lagrimales. Lloraba sangre.

Tardó 7 segundos en darse la vuelta y marcharse, hasta que, a lo lejos, la perdí.

Entonces tomé una bocanada de aire de golpe y Parker me abrazó, porque alguien me tiraba del brazo. Me volteé para ver a Pauline arrastrándome. Me hablaba, pero no escuchaba su voz, siempre a lo lejos.

Me hacía daño en el brazo, me agarraba con demasiada fuerza, clavando sus uñas rosas en mi piel, pálida como de costumbre. Me subió al coche, con poco cuidado y pegó un portazo que me hizo dar un respingo.

Habían pasado varias horas, seguíamos conduciendo. No sabía dónde me estaba llevando, pero el efecto de Wonderland se iba extinguiendo. Había intentado hablar en el camino, responder a las preguntas que ella había dejado de hacer porque no obtenía respuestas.

Abrí la boca, y por primera vez en el trayecto, susurrando con un fino hilo de voz capaz de ser cortado con unas tijeras, hablé.

-Ella ha vuelto.

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