𝟎𝟎𝟐.

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 Febrero, 2020

Hola, HongJoong:

Es la primera vez que hago esto, sobre todo para alguien que creo conocer. Pero al pensar en esta incógnita, siento que te conozco de hace tiempo, no sé si tu sientes lo mismo. Ah, ni siquiera sé cómo hacer como muy pocos, por no decir nadie, hacen. Tendré que dejarme llevar.

Se tu nombre, pero tú no el mío, se cómo es tu cara, y quisiera que eso cambiara, quisiera que me conocieras. Supongo que si imagino como sería el día en el que estés enfrente de mí, me avergüenzo demasiado, hasta ya me puse nerviosa.

Sé que eso cambiara en algún futuro cercano, te imagino... de maneras potencialmente peligrosas, por el hecho de seguir cayendo en el fondo de tu amor. Muchos dicen que es algo realmente loco, enamorarse tan así de alguien que crees conocer, o tal vez que no conoces nada en absoluto. Ninguna de estas personas sabe, o creen saber, lo que pasa por mi cabeza y que se mantiene constante en mis pensamientos, no es tan difícil adivinar, aquellos que lean esto: sabrán con exactitud de quien me refiero.

¿Sabes? Es curioso que hayan pasado solo unas cuantas líneas desde que empecé a escribirte y ya siento que te conozco, al menos lo suficiente como para atreverme a preguntar ¿cómo es que vamos a reconocernos el uno al otro cuando la vida nos cruce? Supongo que tú también te hacías la misma pregunta, a la cual podría responder que lo haremos porque seguramente te llamará la atención mi flamante auto, mi sonrisa coqueta o mi gran estilo para vestir. Podría decirte que de igual forma, me llamará la atención tu sweater caro, tu bronceado perfecto o tu espalda ancha y grande bíceps, pero no. No puedo decir que te reconoceré y me reconocerás por eso, porque para ese entonces, todas esas cosas habrán dejado de tener importancia para mí y seguro para ti también. Y aunque las tengamos, pasarán a segundo término. La vida nos habrá dado la oportunidad de entender que un cuerpo perfecto, un auto flamante o una posición económica, no dan el verdadero amor.

Primera incógnita: anoche soñé que estábamos en un pequeño parque, cerca de tu agencia, sentados con la mirada hacia arriba, fija en las estrellas, en aquella noche de verano. Estabas muy bello, sé que lo eres. Esos ojos chocolate, aquel cabello azul que tanto me fascina, y esos suaves labios imposibles de olvidar.

Me traes tan loca.

Personalmente, le tengo miedo al amor, tanto así que no puedo decir esa frase tan típica, tan gastada, pero con un significado tan especial. Mi mayor aflicción es amar y cuando lo haga, eso por lo que tanto me esmere en mantenerlo vivo se acabe.

Como mencioné anteriormente, he dejado de creer un poco en el amor, o mejor dicho, en las personas. Porque pienso que es la gente la que se realiza a través del amor, de tal manera que no puedes dejar de creer en el amor; él ahí está, siempre presente, solo hay que saber darle entrada. Es por eso que hoy, el estar aquí sentado con un café, la pluma y el papel, me ha hecho creen de nuevo, aunque sea un poco... o tal vez bastante, pues es muy osado de mi parte escribirte a ti, que eres un completo extraño, pero no tengo miedo.

De tal manera, que esto me hace recordar nuestra pregunta anterior; y digo nuestra porque sin querer ya nos he involucrado a los dos. Podemos tomar esta carta como nuestra primera cita a ciegas. Es más, esta carta es nuestra primera cita. No nos conocemos pero ya estás involucrado conmigo aunque no lo sepas.

No me cansaría de adularte, o decirte cientos de cumplidos. O sea ¡eres extremadamente perfecto! Eres muy lindo, tierno, inteligente, hermoso, tan indescriptible, muy etéreo, sublime, irreal. Cualquier palabra o calificativo que use con respecto al tema eres tú.

Anhelo que seas mi todo, y yo ser tu mundo lleno de sueños, donde esta chica pueda hacerte sonreír, incluso en momentos más complicados y tristes.

No quiero que te vayas, incluso si te pido que lo hagas, suplicare para que no lo hagas.

Me despido.

S.

— ¿Hong Joong Hyung? — levanto la mirada de la pequeña libreta de tapas oscuras en donde anotaba todas las frases que cruzaban por mi mente en cualquier momento del día, un tanto frustrado por la interrupción de mi momento de creatividad, observe ...

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¿Hong Joong Hyung? — levanto la mirada de la pequeña libreta de tapas oscuras en donde anotaba todas las frases que cruzaban por mi mente en cualquier momento del día, un tanto frustrado por la interrupción de mi momento de creatividad, observe al menor en el umbral de la puerta.

— ¿Si? ¿Qué sucede WooYoung?—pregunte, jugueteando con la punta de la lapicera. Acto seguido, lleve la misma a mi boca en donde comencé a morderle toda la parte plástica hasta dejarla sin forma en concreto y llena de baba.

—Llegó correspondencia para usted, Hyung. —fruncí mi ceño. Trate de hacer memoria de quien podría enviarme correspondencia, pero no funciono. Mi madre o hermano mayor serían los únicos quien podrían enviarme algo así, pero dudo de que...

—No recuerdo haber pedido o enviado algo. —su cara con una mueca de confusión me sorprendió. Debe ser una broma de algunos de los miembros.

—Son cartas. —suspiro. — Todas están a su nombre, Hyung.

No sé si habrá sido mi imaginación o la sorpresa del momento, muy probable es que haya sido la ternura del gesto hacia mi persona pero sentí que todo daba vueltas y en mi campo de visión aparecían de la nada millones de estrellas que danzaban juntas al compás del pitido instalado en mis oídos.

Se sentía todo muy diferente, como si me hubieran puesto en otro lado y no en donde estaba, ahí sentado viendo con sorpresa al tercer menor del grupo quien se balanceaba en la puerta por mero aburrimiento.

— ¿Puedes traérmelas hasta aquí?—pregunte con voz temblorosa, ¿qué es lo que me pasaba? No tenía ni idea, ¿era algo bueno? Aun menos, pero tenía la certeza de que si, lo seria.

Eran cartas, pequeños gestos de amor transformados en letras, papeles y sobres perfumados y coloridos que los fans siempre hacían para mí y los miembros. No eran una bomba o algo por el estilo, puf que absurdo.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐓𝐎 𝐇𝐎𝐍𝐆 𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆 || 𝐊. 𝐇𝐎𝐍𝐆𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora