April, 2020
Hola, Hong Joong:
Estamos robandole al tiempo momentos que aun no nos pertenencia.
No quiero crecer deprisa y perder mi tiempo contigo.
No quiero que nos perdamos nuestra vida por estar esperando con demasiada ansia a nuestros 'yo' del futuro. es precioso, no quiero dejar de hacerlo porque me da una perspectiva, me da una esperanza, pero no quiero estar tan ocupada oteando el mañana que me pierda a tu 'yo' de hoy. No quiero perderte por estar esperándote.
Ese tiempo llegará. Pero todavía no es para nosotros. Debemos esperar.
La paciencia es la virtud mas molesta, porque es la que mas me hace rogar. Es la que nos curte, la que nos proporciona el tiempo para reflexionar las decisiones mas importantes, las que nos hace cerciorarnos de que con las prisas no metemos la pata. Es la vela por que no queramos correr mas que el tiempo que se nos ha ido. La paciencia es, en definitiva, la que nos deja ir de listillos y saltarnos los pasos necesarios.
Ese tiempo todavía no es nuestro.
Ahora nos toca vivir lo que tenemos justo en frente de nuestras narices.
Todavía no es nuestro momento en que lleguemos del trabajo y nos contemos el día cara a cara en vez del teléfono.
Todavía no es nuestro ese despertarnos junto al otro. Ni ese beso robado por la mañana. Ni el comentar en el baño de nuestra casa mientras nos lavamos los dientes como hemos visto a nuestros amigos tras una cena con ellos.
Tampoco es nuestro el tiempo de decidir ser más de dos.
Todavía no es nuestro ese baile descalzos en casa para celebrar nuestras bodas de plata.
Nada de esto nos pertenece aun. Y lo mejor de todo es que no nos quedamos vacíos por ello, porque si hay muchos momentos que nos corresponden ahora, que nos completan en este instante, que llaman a nuestra puerta y nos reclaman ser disfrutados en nuestro presente de indicativo.
Por eso yo quiero quererte ahora con todo lo que eres ahora. [Voy a dejar ya de decir ahora]. Me encanta planear nuestro futuro juntos, pero no quiero desperdiciar lo que tenemos en este instante cegada por lo que podría ser.
Cada ahora que vivamos bien juntos es una piedra que cimienta nuestro mañana.
Me despido.
— S.
───── •✧✧• ─────
—Solo estaba durmiendo, no intentando matarme—repite por vigésima vez. Los miembros y su manager lo miran con tristeza.
HongJoong vuelve a suspirar y retiene las nuevas lágrimas que se forman en sus ojos.
Poco a poco, los miembros abandonan la habitación en fila bajo un silencio hiriente, tanto que cualquier comentario despectivo podría dañarlo. Su manager se acerca despacio como si temiera que con esa acción se desencadenara algo malo, y deja sus pertenencias sobre la mesa de noche al lado de la camilla.
—Hablé con el CEO y acordamos en que será mejor mandarte de regreso a con tu familia durante un tiempo, para que sanes correctamente—comenta lo más tranquilo que puede estar. HongJoong lo mira sin pestañear y está listo para negarse cuando su mayor lo interrumpe—, es lo mejor para todos Joong-ssi. Nos has asustado de muerte a todos, y SeongHwa casi sufre un ataque de nervios cuando tuvimos que ingresarte en emergencias.
El corazón se le apachurra en su pecho. Asiente sintiendo la persona más horrible existente en el planeta, y desea poder levantarse para pedirle disculpa a SeongHwa y a sus miembros por haber sido tan egoísta con sus acciones.
—Lo siento.
Es en lo único que pensaba. Lo único que su boca formuló, le dolía horriblemente el pecho de pensar como sus actos egoístas dañaban a las personas a su alrededor. ¿Dónde estaba su mente cuando hizo lo que hizo? ¿En qué pensaba cuando se sumergió en aquella tina, tan solo ahogándose en mis propias dolencias sin saber lo que eso desencadenaría en los demás?
Mi mánager me observa con esos dulces ojos, como la primera vez que nos presentamos. Me mira con la dulzura de un padre, mismos que me encargué de apagar con esa terrible acción que cometí.
Él asiente y se marcha.
Me siento decepcionado de mí mismo. Muy, muy decepcionado.
Sin darme cuenta estoy quieto viendo un punto fijo entre el sillón y la cerámica, que no noto cuando SeongHwa entra sigilosamente y se acerca a la camilla para tomarme una mano. Me asusto ante el contacto repentino y aparto la mano bruscamente, nuevas lagrimas se forman en las comisuras de mis ojos cuando veo su cara ponerse aún más triste.
¿Es que acaso esto no acabará nunca?
—Ey, Joong—. HongJoong no lo ve, pero SeongHwa le sonríe, como siempre lo hace las veces que su compañero está mal.
Ese tono dulzón termina de destrozarle el corazón a HongJoong.
Con la sensación de opresión en el pecho, se digna a mirar a su compañero de años a los ojos y se siente más miserable al ver que nada ha cambiado en esos orbes marrones, siguen rebosando del más infinito y puro amor, la admiración y la paciencia los hace ver más claros de lo normal. Una lágrima recorre la mejilla izquierda de HongJoong y extiende su mano adornada por una intravenosa en ella.
SeongHwa no duda. Nunca duda cuando se trata de HongJoong.
El alivio le recorre el cuerpo cuando siente la piel ajena entre la suya. Se sienta con cuidado de no aplastar nada y una lagrima de emociones contenidas baja por su mejilla.
—De verdad lo siento—murmura, respira profundamente y las nuevas lagrimas bajan por sus mejillas, de pronto se siente tan abrumado por la culpa de sus actos cometidos— yo... no se en que estaba pensando cuando...cuando me metí al baño yo-
—Está bien Joong. No fue tu culpa...
El rechinido de la puerta abriéndose los interrumpe de aclarar las cosas para rebajar la tensión que se había formado en la habitación. Varios pares de ojos se asoman con cuidado por la abertura, y cuando el mayor asiente uno a uno van entrando con globos, cajas decoradas y bolsas de comidas que se atascan por entrar apresurados.
Sus niños le sonríen.
El primero en acercarse es WooYoung. Con gruesas lagrimas que bajan de sus mofletes se aproxima casi corriendo y lo abraza sin importar que le haya doblado uno de los tubos conectados a su antebrazo, HongJoong siente el pinchazo y algo frio colarse por debajo de su piel y con cuidado, aparta al pelinegro y coloca bien el objeto. WooYoung lo vuelve a abrazar y entre sollozos, y tartamudeos le jura y perjura que lo cuidara siempre, y que no se apartara nunca de su lado.
El siguiente es YunHo. Quien se esfuerza en disimular que estuvo llorando a todo pulmón, y sube a la camilla aplastando a todos, llena la cara de HongJoong y el cabello de WooYoung con su saliva, pero no importa. Siento miedo cuando su manager los despertó para llevarlos al hospital, mucho más que cuando su hyung le gastó una broma diciendo que se iría al extranjero.
San los empuja a todos y abraza directamente a su hyung. Moja la bata con sus lágrimas y entre murmureos le pide disculpa por no haberlo cuidado como debería.
El doctor entra y la escena lo conmueve. Con delicadez les pide que se bajen de la camilla que no resistiría a una persona más. Avergonzados, se bajan y hacen una reverencia.
Ese día vuelven los ocho a casa sin despegarse de su líder, llenándolo de besos y abrazos, así como también de dulces y comidas picantes que a él le gustan. Cantan sus canciones sin importar si desafinan o no, y JongHo los vuelve a impresionar con sus increíbles notas altas y como parte frutas para los demás.
HongJoong promete no volver a defraudarlos.
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𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐓𝐎 𝐇𝐎𝐍𝐆 𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆 || 𝐊. 𝐇𝐎𝐍𝐆𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆
Fanfiction[REESCRIBIENDO] Él recibía cartas. Escribía canciones para el mundo, sin saber que Él era el mundo de ella. Ella las enviaba. Escribía canciones solo para Él. Él quería conocerla. Ella no quería ser descubierta. "A veces, una persona puede salvar a...