𝟎𝟎𝟏.𝟐.

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—No lo dijo enserio mocosa, solo está asustada...—murmura Park, viendo como su pequeño retoño lo miraba mal durante unos segundos para después volver a mirar el atardecer, sentada en el techo del hogar—. Sé que tal vez ahora estés dolida, pero créeme cuando te digo que pase lo mismo cuando tenía más o menos tu edad, pero en ese tiempo la reacción de mis padres fue peor a la de tu madre...

—Ah, ¿sí? ¿Esta tan asustada que me prohíbe ir siquiera hasta la esquina de la manzana? Por favor...—la incredulidad brotaba sin filtro de su boca, se remueve inquieta en su lugar al sentir una punzada entre las costillas.

— ¿Quieres oír una historia lacrimógena?—cambia de tema para quitarle la mueca de disgusto a su hija, aunque todavía doliese hablar de ello espero a que ella le diera un asentimiento para comenzar—, todo comenzó cuando tenía tu edad más o menos, a mí me encantaba todo lo referido a la música desde bailar con mis dos pies izquierdos hasta componerla, en ese entonces toda mi familia estaba formada de ingenieros, empresarios y médicos así que ya sabrás a que querían que me dedicara—el tono empleado en la última frase, es un incentivo para que ella asintiera en busca de oír más de aquello.

»Cuando llego el momento en donde comenzaron a presionarme para decidir fue cuando se enteraron de que yo audicionaba a escondidas durante mis ratos libres, solía ir de agencia en agencia buscando la oportunidad que yo creía que tenía que ser mía si o si...

— ¿Y qué es lo que te dijeron?—su interrogativa lo hace sonreír.

—Que era un verdadero estúpido y un inmaduro que se creía que las sabia todas, esa tarde salía del casting cuando me encontré a mi padre en una esquina y no había tenido ni tiempo para esconderme o darme vuelta cuando se dio cuenta de los formularios que te hacen llenar en mano, me llevo a rastras a casa y ambos me regañaron como si hubiese cometido un crimen terrible.

— ¿Y qué hiciste después?

—Hui de casa. Estaba enojado cuando tome esa decisión y me di cuenta de eso estando muy lejos de ellos, creí que hacia lo correcto que ellos solo querían detenerme porque creían que la música no era una carrera real sino más bien una tontería que te meten en la cabeza las publicidades—sonríe con melancolía ante los recuerdos de su adolescencia cuando siente la pequeña mano de Sophie posarse por encima de la suya.

— ¿Y qué tiene que ver lo que me acabas de contar con lo que paso hoy? Entiendo que quieras aconsejarme de alguna manera y te lo agradezco pero no sería capaz de huir de casa sabiendo que mama es capaz de mover cielo y tierra hasta encontrarme—, KiHong la ve levantarse con cuidado del tejado para caminar hasta la ventana con cautela, y suspira con pesar al darse cuenta de que las charlas paternales no son lo suyo.

—Si no terminas de irte, es porque sabes que la historia no termina ahí—exclama con una sonrisa triunfante al escucharla refunfuñar minutos después, apoya su espalda sobre el tejado para admirar aquella noche saturada en estrellas y resopla—. Había regresado después de dos años, cuando la compañía me dio vacaciones y...ellos solo volvieron a rechazarme, me dijeron "mira quien decidió regresar con la cola entre las piernas" y otras cosas más que decidí olvidar por lo hirientes que eran, no sé si eran conscientes de todo el daño que me hacían pero tampoco me había quedado a averiguarlo. Había sido así hasta que ellos me buscaron en el día de mi debut, tres años después.

— ¿Y los perdonaste?

—Después de todo eran mi familia y sabía que no podría aguantar aquel mundillo sin ninguna clase de "pilar" que me sostenga así que si, los perdone.

— ¿Qué es lo que llegaría a pasar si me aceptaran y tuviera que irme?

—Si decides irte, tu madre no te hablara más pero si crees que quedarte aquí es la mejor opción que allá fuera, yo dejare de hablarte—mira de reojo hacia donde ella está y ve como el shock se adueña de su persona, claramente eso la tomó por sorpresa—. Si esto es lo que verdaderamente quieres hacer entonces hazlo, ya no debes permitir que alguien te frene con negatividad porque si permites que alguien lo haga pasaras el resto de tu vida creyendo que debes hacer lo que los demás te digan y no lo que tu corazón te dice. Sal y haz música Soo, ve y comete el mundo, enséñale a los demás que pueden ser capaces de todo lo que se proponga a pesar de los obstáculos...

—Pe-pero, ¿y mama?

—No te preocupes, de eso me encargare yo— termina de hablar y le regala a su princesa una sonrisa de las más sinceras, y abre los brazos para que ella no dude en volver a salir por la ventana y abrazarlo—. No te preocupes por nada, tú solo ve a donde quieras ir y vive al máximo.

¿Por qué no te conocí antes?—le pregunta entre lágrimas y mocos.

Porque las personas llegan en el momento en donde más las necesitamos, en algunas ocasiones son nuestros salvavidas y en otras nosotros debemos serlo—la aprieta entre sus brazos y mira al cielo intentando retener las lágrimas— así como yo soy un salvavidas para ti, tú debes serlo para alguien más.

Después de unos minutos en donde solo el silencio reino en ese ambiente de amor paternal, Sophie decide romper el abrazo y hacerle una última pregunta a su padre.

— ¿Quieres acompañarme a la embajada mañana por la tarde?

—Creí que nunca me lo pedirías—sonríe emocionado.

—No es como si tuviera más opciones ¿sabes?

Y era en ese silencio, tan cálido y cómodo, en el que ella se dio cuenta de que a pesar de todo lo malo que representara irse a otro país, siempre tendría el apoyo por parte de su padrastro al que siempre quiso como si fuera el único y verdadero padre que Sophie quería en su vida.

Si, las cosas serían duras de ahora en adelante pero contaba con su padre. 

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐓𝐎 𝐇𝐎𝐍𝐆 𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆 || 𝐊. 𝐇𝐎𝐍𝐆𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora