𝟎𝟎𝟒.𝟏.

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— ¿A este raro qué le pasa?—pregunta SeongHwa apenas el par entra al departamento en un silencio sepulcral, MinGi con ganas de hacer arder Troya y HongJoong más perdido que un nene en un parque de atracciones al mediodía—. No importa siempre pone esa cara cuando ve una prenda costosa que sabe que no va a comprar porque no le gusta gastar tanto.

SeongHwa suspira mientras regresa a la cocina a seguir robándole pedazos de carne asada que prepara WooYoung. MinGi mira al suelo, sintiéndose un tanto frustrado por darse cuenta de que hay muchas cosas que ignora o desconoce de su líder, la envidia naciéndole en su pecho al notar que por más que se esfuerce en querer conocer aún más a su líder y compañero, SeongHwa siempre estará uno o dos pasos adelantados.

— ¿Y ahora que tienes, eh? ¿No te gustó ese lugar de hamburguesas que te recomendé?—le pregunta YunHo viendo como su mejor amigo se desploma en el banquillo que tienen en la entrada del hogar. Se arrodilla a su altura y aplasta sus mejillas sintiendo su tristeza emanar de sus poros—. No lograste avanzar con HongJoong hyung, ¿cierto?—susurra.

El que MinGi muerda sus labios por sobre su agarre le indica que no. YunHo aprovecha la posición en la que está y no duda en abrazarlo, siente como su alma gemela tiembla en sus brazos y controla su respiración para no llorar en frente de los miembros por vergüenza. Le duele el corazón de solo verlo así y empieza a arrepentirse de haberle dado esperanzas a su preciosa princesa para que se animara a confesar sus sentimientos que tenía guardados desde hace años.

— ¿Quieres que duerma contigo hoy y que JongHo nos cante de esas baladas que tanto te gustan?—vuelve a preguntarle después de minutos en silencio, agradece que ninguno de los miembros los haya interrumpido. Asume que evitan romper su burbuja de intimidad para evitar una lluvia de reproches por parte del rapero. MinGi asiente y lo ayuda a terminar de quitarle sus botas, viendo con ternura sus medias de princesas.

Le coloca las pantuflas de gatitos y se dirigen hacia los dormitorios entre suaves susurros de cariño y abrazos reconfortantes. Porque sí, los abrazos de YunHo siempre eran los mejores de entre todos, suaves, cálidos y reconfortantes, nunca había segundas intenciones en sus abrazos.

HongJoong mira atento a la tan cotidiana escena entre ambos, sin saber cómo sentirse exactamente. A veces los veía y deseaba poder ser así de cariñoso con alguien que no lo quisiera por ser un ídolo o por su cuenta bancaria. Quería algo lindo, desinteresado y estable.

Que lo quisieran aún en los días en los que él no quiera ni verse al espejo, que le recuerden lo lindo que es aunque tenga un grano del tamaño de una montaña en el rostro; que se veía increíblemente guapo sin maquillaje. Que le dijeran que es muy talentoso, que no necesita recibir la aprobación de nadie cuando terminaba de componer una canción, porque siempre son geniales y no debe adaptarse al estándar de los demás. Quería todo eso y más...

Había conocido gente que, en varias ocasiones, le insinuaron la buena pareja que hace con SeongHwa, las millones de cosas que tenían en común y la excelente química que había en ellos cuando se juntaban y todo eso, pero él no lo veía de esa manera. No romántica al menos. Si, admite que son un dúo increíble pero SeongHwa no era capaz de brindarle con exactitud lo que buscaba en una pareja.

Ni siquiera él sabe con exactitud lo que busca en una pareja.

O tal vez, solo debía acudir a su madre y que ella le presentara a las hijas de sus amigas, esperando que con algo suerte encontrara a la chica ideal y se casaran, y tuvieran hijos así dejaría de escuchar los reproches de su progenitora por estar cerca de los treinta y no haberle dado ni un solo nieto, o llevar a conocer a su futura nuera o nuero, posiblemente.

— ¿Por qué traes esa cara?

Parpadea y mira a SeongHwa muy cerca de su rostro, el par de mejores amigos había desaparecido entre los pasillos hacía rato. Se sonroja al ver como el mayor mira detenidamente sus facciones en busca de algo, y pronto se da cuenta de que se quedó mirando sus labios por un buen rato.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐓𝐎 𝐇𝐎𝐍𝐆 𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆 || 𝐊. 𝐇𝐎𝐍𝐆𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora