Su confusión me resulta hasta cierto punto divertida. Olivia siempre ha sido una chica muy expresiva y ahora mismo me mira como si fuese una niña pequeña a la que le acaban de confesar que Papá Noel son los padres. Está entre desconcertada y horrorizada. Me mira de arriba a abajo y sus grandes ojos verdes delineados de negro se abren de par en par por el asombro. Ha palidecido dos tonos, pero sigue estando fabulosa, con un precioso traje pantalón verde que resalta el color claro de sus ojos y su cabello recogido con horquillas a cada lado de su cara, enmarcándole las facciones. Para mí siempre va a ser la chica más bonita del mundo y no puedo verla de otra forma.
En un breve lapso de tiempo en el que nos quedamos mirándonos mutuamente, el ruido de un teléfono móvil empieza a sonar interrumpiendo el silencio que se había generado a este lado del amplio pasillo de las oficinas. La chica pelirroja que me entregó los papeles del contrato hace un rato y que dice llamarse Grace, desbloquea su teléfono, nos hace un pequeño gesto de disculpa con la mano y sostiene con la otra el teléfono pegado a su oreja para atender la llamada. Se da la vuelta y se aleja unos pasos de nosotros, dándonos algo de privacidad a Olivia y a mí. Vuelvo a mirar a Oli, le sonrío y abro la boca para decirle algo, pero ella se me adelanta:
—¿Qué haces aquí? —Me lanza la pregunta casi como un disparo mientras asimila mi presencia aquí.
Por el tono susurrante que ha empleado, entiendo que no quiere que la pelirroja se entere de nuestra conversación. Me mira con recelo y se cruza de brazos esperando una respuesta por mi parte.
¿Cómo que qué hago aquí? ¿Todavía me lo pregunta?
Miro de reojo a la pelirroja que sigue hablando por teléfono a unos pasos de distancia de nosotros dos y, después, vuelvo a posar mis ojos en Olivia. Cuando veo que está a punto de perder la paciencia por mi silencio, digo:
—¿Te sorprende?
—¡Contéstame! —me exige con una severidad clara y contundente.
La miro con el ceño fruncido, porque ahora luce molesta. Muy molesta. Sinceramente, no me esperaba esta reacción por su parte. ¿Por qué parece estar tan irritada conmigo? ¿Qué he hecho mal ahora?
—¿Por qué me hablas así? —pregunto en un susurro.
Ella gira la cabeza un segundo para mirar a Grace que sigue con los suyo y vuelve a mirarme con sus penetrantes ojos verdes.
—Porque quiero que me des una buena explicación, Tyler —susurra también.
Suspiro.
Ella aprieta los labios.
Respiro.
Ella me observa con rabia.
Tomo aire y le contesto lo evidente:
—A partir de hoy trabajo aquí.
Me lanza una mirada como un latigazo violento y yo me quedo más confuso de lo que ya estaba.
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Vuelve a mi camino
Romance(LIBRO 3) Han pasado cinco años desde que Tyler, el primer amor de Olivia Dallas, se subió a un coche y despareció literalmente de su vida, esfumándose como si jamás hubiese existido. Todo sucedió de forma tan repentina, que a ella no le dio tiempo...