Dormí tranquila, sin esperar un mensaje o llamada de Sam. Mamá se levantó muy temprano fue donde su amiga, la sra. Feli vive más o menos retirado de donde estamos nosotras, insistí en que fuera, mamá ha estado muy pendiente de mi, así que fue sin más.
Me quedé despierta después de que mamá salió, fui por café ya se sentía el frío. Escogí mi tasa favorita, color azul, me senté mirando como la brisa hacía caer las hojas de los árboles. Mientras que vi a alguien bajar de un vehículo¿Qué? ¿Es Sam? No no no no
Miré mi fachada y valla que estaba desordenada, Sam golpeó tres veces la puerta
¿Qué hago?¿qué hago?
-ya voy-dije sin mas solté mi cabello y no pude hacer mucho con el pijama puesto
Abrí delicadamente la puerta, dejé mi cabeza afuera y el cuerpo dentro de la casa, Sam miró extraño
-¿qué..... qué haces aquí? -pregunté tímida
- vine a verte, ¿estás ocupada?
Sí
-no, lo que pasa es que...
- no te preocupes, conozco todo de ti
Sam intentó mirar hacia adentro, al parecer sabía como vestía. Abrí por completo la puerta, él miraba atento a todo lo que había en casa, luego volteó a mirarme, y comentó
-buen pijama
Me sonrojé, jamás pensé que me iba a ver así, pero espera... él me ha visto peor aún... esa vez que me quedé en su casa...
Estuve con tu ropa
Tapé mi boca en segundos al recordar aquél momento.
-¿te encuentras bien?
-no, digo sí, ven toma asiento-lo dirigí hacia el living, mantenía la mirada en todo lo que había en casa
-¿quieres algo de beber?
-¿y tú que estás bebiendo? ¿Algún trago?
-¿qué? Son las 10 de la mañana- respondí con la taza en mano
-¿ya no bebes? ¿Estás en abstinencia? Porque tengo varios recuerdos de ti en estado de ebri...
Me acerqué rápidamente hacia él y tapé su boca con mi mano derecha, estaba en cuclillas, Sam me miraba atentamente, era un momento entre sus ojos y los míos. Extrañaba su mirada, veía todo de él atraves de sus ojos. Cuando sentí levemente unas gotas de agua en mis calcetas, me di cuenta de que estaba a punto de voltear mi tasa
-¿oh? Lo siento - enderecé la tasa y saqué mi mano de él, pero Sam tomó mi mano rápido y con la otra tomó la tasa y la acomodó en la mesa. Volteó a mirarme y me abrazó
-te extrañé, te extrañé mucho
Fue un momento en el que mis recuerdos con él, retomaran y se posicionaran en el hipocampo nuevamente. Sonreí.
Preparé un café para él, mientras que se acomodó en el living, dejó su abrigo y encendió la TV. Me dirigí hacía él, le entregué su tasa y me acomodé a su lado. Quedamos en silencio por unos minutos, Sam se notaba tranquilo mientras que yo, no podía dejar mis nervios. Era extraño lo que sentía, pero a la vez me daba tranquilidad de que estuviera junto a mi.
- mamá no está, puede que llegue en unas horas
- lo sé, ya hablé con ella
-¿qué? ¿Hablaste con mi mamá?- lo miré desconcertado
Él asintió
Empecé a titubear
Sam me miró fijamente
- la encontré saliendo de acá y la llevé donde su amiga y conversamos un poco
¿Qué? ¿Mamá está loca?
- entonces... entonces mamá ya sabe de ti
Asintió nuevamente y se acomodó. Puso su cabeza en mi hombro
-manejé mucho, tengo sueño
No quise moverme, sentirlo cerca me agradaba.
*
Pasaron unas horas, Sam durmió como un bebé. Ni si quiera me sintió cuando me levanté, tomé una ducha y me alisté. Era la hora de almuerzo y pues, debía ir a comprar ya que no había mucha oferta en mi refrigerador. Llegando al living, vi a Sam durmiendo quise acercarme a él, se veía tan tierno de esa manera.
Hasta que abrió sus ojos-¿tanto te gusto?
Quise levantarme pero Sam tomó mi mano, y me acercó levemente hacia él, quedamos a unos centímetros juntos. Me fue imposible no sonrojarme
-te ves linda así
-tenemos que ir de compras
Me levanté rápidamente y tomé las llaves de la casa y esperé a Sam que se levantara.
Él se puso su abrigo y avanzó hacia la puerta.
Dejé cerrado, Sam insistió en que fuéramos en su auto, pero rayos.. era muy llamativo para un lugar así. Así que decidí que fuéramos caminando aunque hacía mucho frío- creo que la mejor opción era venir en mi auto
lo miré molesta
- tranquila, tranquila- dijo en su defensa
Junté mis manos y Sam tomó una de ella y la entrelaza con la de él
Quise soltarme pero él no lo hizo. Su mano era cálida ya no la tenía helada. Pero la otra sí, así que cambió de mano. Seguimos caminando hasta dar con el puesto de verduras. Compramos y seguimos mirando por los locales.
- a todo esto, ¿cómo es que llegaste hasta aquí?
Sam me guiñó un ojo
- ¿Gus te dijo?
Él asintió
-ssssh
-¿qué? ¿No te gustó que viniera?
- sí, pero él es mi amigo y no me dijo nada
- yo también soy su amigo-levantó sus cejas en dos movimientos
Sonreí pero miré hacia otro lado.
Llegamos a la tienda y compramos lo que necesitábamos.
De camino a casa, Sam quería que le contara parte de mi lugar de crianza, mientras avanzábamos le conté parte de mi infancia.
Él sólo sonreía