Prólogo
Hace mucho tiempo, todos los pueblos mantenían contacto con los dioses. En cada región un grupo distinto de dioses se encargaba de proveer a los pueblos bajo su dominio, y a cambio, las personas les rendían tributo con rezos y ofrendas. Un día, algunos pueblos empezaron a querer más poder y territorios, comenzando una guerra para invadir a los pueblos de sus alrededores.
Los dioses trataron de impedir tal catástrofe, pero la ambición había cegado a los humanos, dándoles la espalda a sus protectores. Pronto la guerra causó la desaparición de pueblos y la creación de grandes naciones, los humanos dejaron de rezar y creer, las generaciones siguientes empezaron a olvidar. Los dioses de todo el mundo perecían lentamente, llegando a desaparecer cuando el último creyente moría.
El mundo avanzó, pero no todo estaba perdido. En un pequeño lugar oculto por grandes árboles, olvidado por el tiempo, existía una comunidad. Allí se había creado un pueblo conformado por los pocos sobrevivientes de aquella guerra. Personas de distintos pueblos se unieron y sobrevivieron juntas. Los dioses que aún eran recordados viajaron hacía el pueblo al escuchar los distintos rezos.
La comunidad aun creía, los dioses allí reunidos decidieron proteger al pueblo y a su gente. Las generaciones pasaron, el pueblo próspero y aun creía a diferencia del resto del mundo. Los dioses en recompensa por la fidelidad del pueblo le dieron a éste algunos regalos.
Le dieron dos cosas: Uno, más de una vida. Los humanos podían reencarnar, pero toda la vida anterior era olvidada. Los dioses le dieron la gracia a su pueblo de recordar cada cosa de su vida anterior, como si esta nunca hubiera terminado. Las mentes de los aldeanos tenían una edad mayor que sus cuerpos físicos. Algunos alcanzaban hasta los mil años. En el momento en que el humano quería dejar de reencarnar, los dioses se lo concedían y su alma descansaba en paz. Al mismo tiempo, los dioses creaban una nueva alma para el pueblo.
La segunda cosa que los dioses le dieron al pueblo fue las almas gemelas.
Cada persona dentro del pueblo encontraba a su otra mitad sin problema alguno. La felicidad era alcanzada dentro de la comunidad, lo que causo que se honrara con más vehemencia a los dioses.
Así habían pasado siglos, y el pueblo de Karmaland prosperaba aun en la actualidad.
¡Hola! Si llegaron hasta aquí se los agradezco y espero que les haya gustado lo poco que leyeron.
El prólogo sólo es una pequeña forma de explicar un poco como se manejan las cosas dentro de la historia. En este AU no hay monstruos ni nada de eso, los chicos viven una vida "normal" en Karmaland, con una que otra cosita mágica a causa de los dioses.
Como se lee en la sinopsis, este es el primer libro de una trilogía, el primero es Luzuplay y los otros dos ya verán. xD
Quiero decir que es mi primer fic de Karmaland y espero no hacer tanto ooc en los personajes, también que la historia les guste.
Pronto el primer capítulo, hasta entonces, nos leemos.~
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It has to be you (Fate series 1: LuzuPlay)
FanfictionLuzu estaba viviendo una segunda vida sin su alma gemela, resignado después de tanto tiempo, siguió haciendo su vida en el tranquilo pueblo de Karmaland. Pero la llegada de un grupo de forasteros al pueblo termina con su tranquilidad, más cuando des...