Capítulo 1

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Capítulo 1

La alarma empezó a sonar despertando al castaño. El día estaba iniciando en el pueblo de Karmaland, se escuchaba al pueblo comenzando sus actividades diarias y él ya iba un poco tarde a su trabajo, aunque siendo el alcalde del pueblo podía darse ciertos privilegios. Los demás no tenían que enterarse, pensó.

Borja Luzuriaga, más conocido como Luzu, o más reciente, como el alcalde; era un hombre alto, castaño y delgado que llevaba viviendo en el mágico pueblo de Karmaland desde que tenía memoria, y vaya que era mucha. Su mente tenía una edad de 300 años aproximadamente, mientras su cuerpo físico tenía sólo 34 años.

El hombre se miró al espejo para terminar de alistarse, cuando estuvo listo se despidió de su mascota, un cerdo llamado Manolo, quien lo vio y sólo hizo un oing como despedida. Salió de su casa, la cual se encontraba en la cima de un pequeño monte, y caminó con calma hacía el centro del pueblo. Antes de llegar a la alcaldía, el castaño desvió su trayectoria, dirigiéndose a la iglesia del pueblo para hacer sus rezos diarios a los dioses.

Ya en la iglesia, mientras decía sus rezos, Luzu no pudo evitar recordar el sueño que había tenido antes de despertar. Aunque, más que sueño, era un recuerdo de hace unas cuantas vidas.

Una bella mujer de largo cabello rubio lo miraba con un infinito amor, y en su pecho, él sentía lo mismo. La chica de cabello rubio le ofreció su mano al castaño y éste aprovecho para envolverla en sus brazos. La chica soltó una pequeña risa y rodeó con sus brazos el cuello del hombre.

Lana, no sabes que tan grande es mi amor por ti, te amo, te amo tanto.

Y yo a ti, Luzu, te amo con cada parte de mí ser.

Luzu le devolvió la sonrisa a la rubia y se acercó lentamente para juntar sus labios.

―¡Luzu! ―El grito despertó al castaño de sus recuerdos, delante de él se encontraba su mejor amigo―. Vaya, por fin despiertas, llevo tratando de llamar tu atención varios minutos.

―Lo siento, Vegettita, mi conexión con los dioses es muy fuerte y estaba absortó en sus palabras ―Luzu rió mientras se levantaba del banco.

―Claro, si tu conexión es tan fuerte debiste ser el cura, no el alcalde ―dijo el de cabello negro. Aunque parecía una broma, Luzu sabía que el chico estaba preocupado por ese tema.

―Uh, desde que nuestro anterior cura decidió no reencarnar más necesitamos a alguien nuevo.

―Sí, mi amigo, no podemos estar tanto tiempo sin una conexión con los dioses, eso nos podría poner en peligro ―Luzu lo sabía, pero hasta ahora ningún otra persona dentro del pueblo había sido elegida por los dioses, algo que debió suceder hace meses. Él como alcalde sentía el deber de solucionarlo, pero no sabía que pasaba.

El de ojos morados pudo distinguir la creciente preocupación del otro, sintiéndose mal por angustiarlo más. ―Tranquilo, Luzu. Algo grande deben tener preparados los dioses para tardar tanto. Tengamos fe.

Y Luzu la tenía, después de todo, aun después de que ella no regresó.

―Debo ir a la alcaldía, voy tarde para empezar con el papeleo de hoy. Nos vemos después, Vegetta. Salúdame a Willy ―dijo Luzu mientras se alejaba hacía la puerta de la iglesia dejando a Vegetta atrás, quien lo miraba con una clara preocupación, algo común desde hace años.

La mañana del alcalde continuó entre papeles y tinta, también con alguno que otro aldeano que llegaba a él esperando encontrar solución a sus problemas. Un día normal en Karmaland, como siempre.

―¡Luzu, tenemos un problema! ―La puerta de su oficina fue abierta de golpe por un alterado Alexby, el jefe de policía del pueblo―. ¡Hay intrusos en el pueblo!

Luzu miraba a Alexby como si le hubiera crecido otra cabeza. ―Alex, amo tus bromas, pero hoy estoy algo ocupado para ellas ―el alcalde volvió su vista hacía los papeles en su manos.

―No es una broma ―el policía se acercó con nerviosismo al castaño―. Es verdad que hay intrusos en el pueblo, Luzu. Ellos pudieron traspasar la barrera.

El mayor miró los ojos de Alexby para distinguir el engaño en su mirada, pero la preocupación en sus ojos era real. Luzu se levantó de golpe y dejó caer los papeles. Le indicó al menor que lo llevará con ellos inmediatamente y le explicará mejor la situación.

―Mangel y Lolito estaban haciendo guardia en los alrededores del bosque, antes de llegar a la barrera ―la voz de Alex temblaba mientras hablaba―. No tuve tiempo de informarme del cómo los encontraron, ni si fueron atacados por ellos, corrí aquí en cuanto ambos llegaron con los tres intrusos. Los habían esposado, ahora están en la estación de policía, dentro de una celda. Vegetta y Willy deben estar siendo informados por Mangel.

Alexby tomó una gran respiración cuando termino de hablar. Luzu lo seguía de cerca aun si creer que algo así estuviera pasando. Karmaland era impenetrable, los dioses mantenían una barrera a los alrededores del pueblo para que éste fuera invisible ante los demás humanos y los alejara. Sólo un karmaliense podía atravesarla.

Una migraña empezaba a formarse en su cabeza, nunca espero que esas cosas pasaran cuando estuviera al mando del pueblo, casi parecía que los dioses lo odiaban.

Cuando puso un pie en el primer escalón de la entrada a la estación de policía se detuvo. Lo había sentido, algo dentro de su pecho. Era inconfundible, había sido de nuevo ese tirón en su pecho. ―Luzu, ¿estás bien? ―El más pequeño miraba con preocupación a su amigo al verlo detenerse de manera abrupta. Soltó un pequeño gritó cuando el gran cuerpo del alcalde de Karmaland lo empujó al pasar corriendo a su lado. ―¡Luzu?

Pero éste no escuchaba nada ya. El tirón en su pecho lo dirigía a las celdas del lugar, no podía equivocarse, debía ser ella, pero ¿por qué sería llamada intrusa? Todos la conocían, al menos que estuviera disfrazada. Claro, debía ser eso, por eso ella pudo atravesar la barrera. Ella había vuelto a él, pensó con alegría el castaño.

―Alcalde, aquí... ―pero Lolito fue ignorado, Luzu abrió la puerta de la celda sin pensarlo y abrazó el cuerpo donde el lazo terminaba.

―¡Lana! ―Gritó. Al separarse, unos sorprendidos ojos marrones le devolvían la mirada.

―Hey, amigo, ¿qué carajos? ―La voz gruesa le preguntó.

Y la calmada vida en Karmaland empezaba tambalearse.

¡Primer capítulo! Me alegró mucho ver el apoyo a la historia y que les gustara

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¡Primer capítulo! Me alegró mucho ver el apoyo a la historia y que les gustara. Por ello aquí está el inicio de esta bella(?) historia. 

¿Muy corto? Así lo siento también. xD

No mentiré, en este momento estoy ya a mitad del tercer capítulo, pero no quiero subir todo tan rápido, así que en uno días subiré el segundo capítulo. Esperenlo. 

En verdad espero que les haya gustado el primer capítulo y  me hace muy feliz leer sus comentarios sobre la historia, me anima mucho para seguir publicando. 

Nos leemos en unos días. 

It has to be you (Fate series 1: LuzuPlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora