Capítulo 11

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*Las partes en cursiva son recuerdos

Capítulo 11

Luzu salió de su junta semanal con el consejo, la cual había terminado de manera satisfactoria contra todo pronóstico. Hablaron sobre las mejoras para el pueblo, la ceremonia oficial de Rubius para darlo a conocer al pueblo como sacerdote y otras pequeñas cosas, además de cancelar oficialmente la búsqueda de Fargan. Eso no le había gustado a Alexby, pero no podían seguir gastando recursos humanos en ello, ya habían pasado más de dos meses, era una misión perdida.

Dos meses... Eso era casi el mismo tiempo que Auron se había mudado al pueblo. Su relación estaba fluyendo muy bien, cada día conocía algo nuevo de su pareja, llegaron al punto donde Auron ya se quedaba a dormir en su casa. El más joven se llevaba de maravilla con Manolo, parecía que le gustaban mucho los animales, por eso ese día le tenía una sorpresa. Se verían para cenar en su casa una vez más, por lo cual sería el momento indicado para darle su regalo.

Entre trabajo y más trabajo, el tiempo pasó volando, al mirar el reloj se dio cuenta de que ya era hora de regresar a casa y preparar algo para Auron. Tomó sus cosas y salió de la oficina, en el camino se encontró con su nueva secretaria, Mónica. La pelinegra hizo una inclinación de cabeza como despedida. Desde que había nacido su pequeño hijo, Mónica había aceptado dejar su trabajo como guardia y tener un empleo más tranquilo para poder estar con su hijo. Aunque la llamaba su secretaria, Mónica parecía más su guardaespaldas personal, sin duda no podía dejar de hacer ese tipo de cosas, era una guerrera natural. A pesar de que en esos tiempos era casi imposible que ocurriera una guerra, Luzu no quería arriesgar a Mónica por si llegaba a ocurrir algo, no quería que el pequeño Raulito pasara su primera vida sin una madre.

Raulito era una nueva alma, después de la transición del anterior sacerdote al descanso eterno, los dioses habían dado un alma nueva al hijo que crecía en el interior de la mujer, el pueblo estaba emocionado por tener una nueva personita con ellos después de años. Aunque Auron era el más emocionado, especialmente cuando Adán y Mónica decidieron ponerle su nombre al niño. Luzu nunca espero que Auron amara tanto a los niños, pero debió sospecharlo por como cuidaba a su pequeño sobrino. En fin, Auron en ese momento debía estar con Adán y el pequeño Raúl, por lo cual tendría tiempo para preparar todo.

Una vez llegó a su casa, saludo a Manolo, quien lo recibió alegre. No espero para poner manos a la obra, moviéndose de un lado a otro por su cocina, Luzu preparaba platillos que se veían más que deliciosos. Terminando de poner los últimos detalles corrió a tomar una ducha y arreglarse un poco. Ya era costumbre cenar con Auron, pero aun quería verse lo suficiente bien para su novio.

El reloj marcó las 8 p.m y poco después el timbre sonó. Luzu se vio una última vez en el espejo, llevaba un suéter delgado negro junto a unos jeans oscuros y unos tenis cómodos, casual pero aún tenía un aire elegante; su cabello estaba un poco mojado aun, así que lo mantuvo como habitualmente lo llevaba. Bajó las escaleras y corrió a la puerta para encontrarse con un sonriente Auron quien llevaba un suéter blanco y unos jeans algo desgastados.

―Joder, Luzu, deberías avisarme cuando es una cena especial para no aparecer vestido como un vagabundo ―se quejó el hombre mientras le entregaba una botella de vino al castaño. Luzu se hizo a un lado para dejarlo pasar.

Auron saludo a Manolo mientras dejaba sus cosas en el lugar de siempre, Auron ya parecía moverse con naturalidad en su hogar, como si ya lo conociera de pies a cabeza, cosa que no era mentira. Manolo seguía al más pequeño de un lado a otro, el cerdo también parecía totalmente cómodo con la presencia de Auron.

La cena fue servida, ambos comieron y platicaron de su día, últimamente los aldeanos se acercaban con más facilidad a Auron para una que otra consulta, aunque era por cosas pequeñas, el hombre se sentía feliz de poder ser de ayuda en el pueblo. Cuando los platos se vaciaron y ambos estaban satisfechos, Luzu pensó que era momento de entregar su regalo.

It has to be you (Fate series 1: LuzuPlay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora