POV's Narrador
El sol se levantaba perezosamente desde el saliente mientras que sus rayos apenas alcanzaban la ventanas superiores de altos edificios de la ciudad, por suerte las ventanas de la oficina del oficial Midoriya tenían las persianas abajo, en el lugar solo se podía describir como un verdadero desastre, montones de papeles que se encontraban por todos lados que salieron de Dios sabe dónde y a dos hombres acomodándose como pudieran en el desastre de oficina que tenía el peliverde.
Un rubio se encontraba recostado de manera incomoda pero eficiente sobre el escritorio del policía, soñando mientras que su ropa era desastre, de manera muy sospechosa, mientras que el peliverde se encontraba roncando ligeramente sobre su silla a un costado de el escritorio, con sus extremidades sueltas con cierto nivel de despreocupación en su postura.
~Knock Knock~
Se escuchó la puerta ser tocada con cierta sutileza que fue oídos sordos para los dos cansado hombres.
~¡Knock Knock!~
Volvió a tocar, apenas un ligero ruido.
~¡Knock Knock Knock Knock Knock Knock Knock!~
Esta vez el peliverde abrí los ojos debido al incesante ruido que provenía afuera de su oficina, cuando abrió la puerta miro con el ceño fruncido y mirada cansada al causante de su sueño interrumpido, un hilo de saliva le corría por la comisura izquierda de su labio y su cabello parecía más alborotado que de costumbre, se le presentó ante su compañero ocasional de patrullaje.
—¿Qué?— Respondió de mala gana mientras se acomodaba en el marco de su puerta.
—Buenos días, Midoriya. ¡Buenos días, Kaburagi! ¿Cómo amaneciste? Pareces haber dormido bien. Oh, gracias por tu amable observación yo esto de marav-...—
—No estoy de humor para tus cosas en este momento, Kaburagi— Interrumpió el más bajo con el ceño fruncido y una mala cara, se giró mientras rodaba los ojos y regreso al interior de su oficina cerrando la puerta de un azote pero está fue detenida.
—En serio eres un amor cuando estás de buenas— Respondió él de pelo naranja entrando a la fuerza en la oficina del más bajo, mientras forcejeaba con el pecoso, una voz ronca y según las palabras de él intruso, "sexy" hablo con un todo cansado y a la vez entrecortado.
—¿Que mierda esta pasando? No ven que trato de dormír, me duele el puto cuerpo por no descansar en toda la noche— Dijo el rubio levantando la mitad de su cuerpo y observando a un par de jóvenes adultos pelear como muchachos de preparatoria que se detuvieron de inmediato al ver al Pro héroe.
La figura de aquel rubio era algo extraordinario y se podía visualizar aquella figura debido a que el mismo se quitó la camisa posiblemente por el calor que se estaba produciendo debido a las ventanas cerradas y el aire apagando, para muchas mujeres y unos cuantos hombres era la envidia del cuerpo deseado, la voz que tenía al recién levantarse le daba un toque mayor e irresistible que hizo a ambos oficiales erizarles la piel.
Los dos oficiales se disculparon y salieron en silencio de la oficina, cerrando la puerta tras su despedida. El silencio reinó entre ellos, ninguno dijo palabra alguna pero de una manera casi automática, los jóvenes caminaron hacia la cafetera apartada del sitio del peliverde para tomar el líquido amargo.
Ambos tomaron su café a su gustó, el silencio pareció convertirse de gélido a un silencio habitual que entre compañeros, eso relajo los nervios de Midoriya que pudo tomar de manera tranquila y suave su café, azucarado con tres cucharadas, crema y un poco de canela.
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Una vida NO tan común y corriente
Diversos¿Que pasaría si Bakugo nunca hubiera lanzado la libreta de Midoriya? Pasa si todo lo que una vez arreglaste, nunca lo hayas podido hacer, las desiciones siempre cambian el futuro de las personas. Que pasa si tú futuro de pronto cambia por haber ele...