El Quinto Dragón. Parte 2

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Y/N...

Cuando recobré el conocimiento era humana otra vez. Lo último que recuerdo era haber visto al Quinto Dragón. ¡Era majestuoso! Era azul medianoche, tal y como las leyendas describían a Jin. Al abrir los ojos por completo vi sangre por todos lados. "¿Mi sangre?", me pregunté. Me sentía fatal y por instinto miré hacia la torre, en busca de Taehyung, sin encontrarlo. En su lugar encontré a SaRang y desde allí las cosas empezaron a no tener ningún sentido. SaRang lloraba y gritaba. Algo había pasado. ¿Qué era lo que gritaba? Gritaba el nombre de Taehyung una y otra vez. ¿En dónde estaba él? Sentí pánico de no saber. Inspecioné el lugar rápidamente y me encontré a mis amigos que, como yo, se recuperaban de las heridas, y a un río de cadáveres del ejército imperial. ¿Dónde estaba Taehyung? Seguí caminando por el campo de batalla y, de entre el respandor del fuego que se extendía, dintinguí una figura enorme e inmóvil. Era un dragón, el dragón majestuoso que me había salvado la vida y quien habíamos estado buscando todo este tiempo.

Empujada por una fuerza invisible, me acerqué a él. Su respiración estaba por apagarse, se estaba muriendo y sus ojos de mar entreabiertos se despedían de mí. Temblé y sentí una tristeza aguda que me cortaba por dentro al encontrarme con su mirada azul; parecía tan conocida. Fueron sus ojos y esa tristeza lo que me impulsó a tocarlo. Entonces lo supe. El contacto con su piel, su aroma y su mirada me lo dijeron; no podía ser nadie más. Lo reconocí tal y como él lo había hecho conmigo apenas tres semanas atrás. Era Tae.

-¿Tae? -lo llamé despacio y el Quinto había cerrado sus ojos para siempre-. ¡Tae! ¡No, por favor! ¡Taehyung! ¡No eres tú, no eres tú!

Un par de brazos o tal vez tres pares me sostenían y me alejaban de él. Yo gritaba, pataleaba y peleaba contra mis cadenas de carne y hueso. Los brazos me hablaban, pero para mí estaban muy lejos.

-Tranquila, tranquila...

-Todo está bien, tú estás a salvo...

-Y/N, suéltalo, tienes que dejarlo ir.

Había logrado liberarme de los brazos de mis amigos y ahora me aferraba fuertemente al cuerpo de dragón de Tae. Todo era borroso y lejano; no sabía si sollozaba o gritaba o si estaba en silencio. Hundí mi cara en su largo cuello y el su piel aún tibia. Su corazón todavía latía. Su corazón seguía vivo.

Me levanté deprisa y comencé a buscar entre la sangre y la piel del dragón hasta que encontré una espada de esmeralda. Tomé el empuñado entre mis manos nerviosas y tiré de ella para sacarla del cuerpo de Taehyung. La herida le había abierto el pecho; yo aventé  el arma a un lado, lo más lejos que pude y comencé mi tarea, la cual fue el peor de mis castigos. Sollozaba y temblaba sin control, escuchaba mis propios gritos como si estuviera fuera y dentro de mí al mismo tiempo. La sangre de Taehyung salpicó el vestido blanco que traía puesto y hasta mi propia piel; mis manos estaban llenas de sus entrañas y tuve que hundir mis brazos hasta los hombros dentro de su pecho para poder sacar la legendaria piedra preciosa que hacía las veces de corazón de un dragón.

No la encontré.

Dentro de mi mejor amigo no había una joya, sino un corazón humano.

-Por supuesto, por supuesto -lloré enloquecida mientras sostenía el corazón vivo de Taehyung en mis manos-. Por eso el Quinto es tan especial, sólo él podía tener un corazón humano.

El aire dejó de existir y ya no quería respirar más.

¡Qué irónico era todo aquello! La locura amenazaba con entrar en mi cabeza de tan sólo pensar que en esa ocasión tomar una decisión egoísta era la mejor opción para todos. Si yo hubiera... si yo hubiera... si yo hubiera, sí, ojalá hubiera huido con Tae lejos, sin importarme un bledo dónde diablos estaba el Quinto Dragón, no estaría éste sin vida tumbado al lado de una muralla. Había matado a la persona que más amaba en el mundo... 

Mi Dragon (Kim Taehyung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora