Taehyung...
Furia. Ira. Era todo lo que sentía. Estaba empapado de pies a cabeza, con mis pesadas botas llenas de arena por dentro y por fuera y mi adorada chaqueta de cuero negra arruinada por la sal y el agua de mar. No tenía idea de dónde estaba; mucho menos entendía cómo había llegado allí. Sólo tenía mi enojo y lo único que quedaba era la emoción, la razón había desaparecido y no hay nada más estúpido que estar furioso por algo que no se recuerda.
Querí ir a un sitio donde pudiese olvidar. Quería ir a una isla para mi solo, en donde cualquier cosa pudiera pasar y yo pudiera ser algo más que el hijo de un ebrio o el aprendiz de un cocinero. No quería recordar los largos inviernos de mi país y todos los chismes de mi aldea. Quería vivir en un lugar donde los días fueran largos y el sol brillante, donde pudiese tocar mi saxofón a cualquier hora. Quería ver el mar azul y dejar de ser una basura humana. Lo deseé con tanta fuerza que algo hizo que viniera a estas Islas.
Me quité la chaqueta y gruñí. Hacía demasiado calor para tenerla puesta. Luego me tiré sobre la arena mojada. Estaba agotado, como si hubiera nadado kilómetros y kilómetros sin parar. Tal vez así había sido, pero no podía recordarlo. Acostado en la arena y todavía con los puños apretados y mis nudillos blancos, cerré los ojos. Pareció como si lo hubiera hecho durante horas, o tal vez fueron unos cuantos minutos, el caso es que cuando los abrí había alguien observándome.
-¿Estás muerto? -preguntó una chica que con curiosidad se inclinaba para ver mi cara mejor.
¡Qué buena pregunta! Me senté y la miré. Seguía muy enojado y no pude evitar ser grosero con aquella extraña.
-Si estuviera muerto, no podría moverme, mucho menos hablarte.
Se sentó frente a mí sin preguntar más y me observó como un animalito curioso. Eso parecía con su cabello todo alborotado y su cara mugrosa; sin embargo, había algo atípico en ella, algo perturbador y al mismo tiempo extraaordinario: sus ojos.
-Va a llover -anunció de manera repentina.
Ella tenía razón; después de una gran tormenta de estrellas, grandes nubarrones se habían formado de la nada y en lo único que podía pensar era en que no tenía idea de en dónde estaba o adónde ir.
-Puedes quedarte en mi casa -sugirió ella.
Con el tiempo comprendería que Y/N tenía la extraña habilidad de adivinar lo que la gente estaba pensando o a punto de decir.
Esa noche pude haberme quedado tirado en la arena a la orilla del mar, dándole vueltas a mi rabia, pero, en lugar de eso, elegí seguirla sin protestar o decir una sola palabra en todo el camino. Más tarde vendría el problema de mi memoria, que se desvanecía poco a poco, miles de preguntas acerca del lugar donde de repente aparecí y una vida que jamás imaginé. Pero, por el momento, todo eso no importaba; estaba sano, salvo y seco junto a ella. Misteriodamente toda la furia que sentía desapareció en ese instante.
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Este capítulo es super corto! Y el siguiente también así que hoy serán dos capítulos seguidos!
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Mi Dragon (Kim Taehyung)
FantasiUna romántica historia, bastante mítica he de decir. Saltos en el tiempo, recordando aquellos momentos felices antes de que todo desapareciera... Muchos se preguntarán ¿Qué soy? pues ni yo misma lo sabía. Hasta el día de hoy sigo agradecida con él y...