Y/N...
Puerto Jeju no había cambiado en nada; las casas y los negocios seguían en el mismo lugar, el mercado de los pescadores tenía el mismo aroma, incluso en las noches, cuando estaba desierto. Recorrimos el camino a casa, como si viniéramos del pueblo después de haber paseado un par de horas y no unos años. Me dio miedo siquiera pensar en la mansión blanca y en lo que había pasado la noche en que todo comenzó para mí. Por un momento deseé regresar el tiempo, quería volver a tener 15 años, volver a vivir sin complicaciones ni deberes que cumplir. Taehyung me tomó de la mano y caminó hasta la puerta, mientras los demás esperaban atrás respetuosamente. ¿Estaría adentro la abuela? Tenía miedo de lo que pudiera encontrar o no; quería que ella estuviese aún en esa casa.
La puerta se abrió y lo primero que vi fue la vieja mecedora de madera junto a la ventana que se movía despacio hacias atrás y adelante; allí, una anciana de cabello plateado se materializó.
-Sabía que algún día ambos regresarían -dijo la abuela-, sólo por eso espere.
Algo en esa casa no estaba bien. Me tomó un segundo notarlo; viví allí más de dos años, esa casa era el único pasado que tenía y algo no encajaba en ese lugar. Adentro estaba abandonado, como si llevara años sin tocarse; las ventanas, excepto una, estaban cerradas y olía a tierra y humedad. Lo único que permanecía igual era mi abuela, su pelo gris, sus ojos negros llenos de arrugas, sus manos tibias y su sonrisa sin dientes que la hacía tan especial. La abracé; la había extrañado tanto, ella y Tae eran mi única familia.
-Abuela, yo... -quise explicarle, pero ella no me dejó.
La abuela puso un dedo sobre sus labios, ordenándome que callara y yo obedecí.
-Ya lo sé, sé dónde has estado; desde el día en que te conocí supe que eras un dragón -me dijo y acarició mi mejilla con su mano tibia-. Y supe adónde habías ido porque mi propia hija fue al mismo lugar.
Con la emoción de ver a mi abuela, me había olvidado por completo de mi pista y de Y/N (la hija de mi abuela). Alguna vez hasta llegué a pensar que era un invento de la abuela. Ahora, ese fantasma que veía en el espejo de vez en cuando, aparecía de nuevo y en esta ocasión sabía que tenía algo muy importante que decirme.
-Tengo una última historia que contarte, Y/N -dijo, y yo me senté en el suelo, como lo hice tantas veces-. Es acerca de mi hija, el último dragón.
La abuela sabía donde había estado yo todo ese tiempo porque su hija había pasado por lo mismo. En su adolescencia, Y/N se convirtió en dragón y, como yo, fue a las Islas del Norte a que le enseñaran cómo controlar todo su poder. No obstante, cuando regresó tuvo una historia muy pero muy diferente a la mía. En ese entonces no había más seres como nosotros ni misiones que cumplir; ella estaba sola y, cuando su enseñanza en el norte terminó, no le quedó más remedio que regresar a casa. A los 18 era la mujer mas bella de todo Seoul; allí vivían la abuela y ella. Durante algún tiempo se dedicó a rechazar a cuanto hombre se le puso enfrente. Tanta atención la hizo arrogante y parecía divertirse con cada declaración amorosa que rechazaba y cada pretendiente nuevo que se presentaba a su puerta. Su madre siempre le advirtió que no debía comportarse así, que en el amor había que ser humildes y tratar a los demás de modo amable, porque nunca se sabía si algún día estaríamos en esa situación.
-No te preocupes, mamá, eso jamás me pasará -solía repetir riendo con aires de superioridad.
Le pasaría y más pronto de lo que ella pensaba.
-Nunca supe quién fue el hombre del que se enamoró -dijo la abuela-, pero ese hombre la volvió loca.
Tal vez era porque no podía tenerlo, porque le pertenecía a otra mujer o porque sabía que él no la amaba. Se obsesionó con él; no comía ni dormía, se volvió un espíritu furibundo que vagaba por la ciudad y hasta su belleza, su más preciado tesoro, se apagó de repente.
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Mi Dragon (Kim Taehyung)
FantasiUna romántica historia, bastante mítica he de decir. Saltos en el tiempo, recordando aquellos momentos felices antes de que todo desapareciera... Muchos se preguntarán ¿Qué soy? pues ni yo misma lo sabía. Hasta el día de hoy sigo agradecida con él y...