|| Subasta ||

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Sonríe feliz luego de haber pasado todo el día con la tarde en clases, por fin terminó no más univerdad. Tendré todo lo que me propuse de pensarlo me entraba una emoción única.

Llegué a la parada del autobús, hoy cocinaria algo para mi abuelo y para mí en modo de celebración de terminar, Kimchi con sopa miso por estar pensando no percate que había dos persona a mis costados, no le tome importancia al fin y al cabo era una parada de autobús vi mi bus que me llevaba a casa.

Luego de unos minutos llegué al paradero, al bajar pensé que ir al supermercado que estaba de camino. Aquella calle siempre paraba solitaria, ya había acostumbrado a caminar por ella mientras caminaba sentía alguien siguiendome era un hombre, con cuidado camine no debía asustarme.

- Joven RyeoWook

Me asuste que supiera mi nombre con cuidado lo mire, solo retrocedí unos paso.

- ¿Como sabe mi nombre?

- Oh es que tengo un trabajo con usted

Eso me sonó muy extraño, retrocedí mas apuntó de correr cuando me choque con alguien, me queje por el golpe en mi nariz.

Alze mi mirada mire aun hombre musculoso, con una sonrisa poco agradable en unos minutos me tenía sujetado con fuerza yo forcejeaba.

- Sueltame, bastardo Sueltame

- Eso era algo imposible, ya que tu vales mucho

El hombre dijo mi nombre tenía un pañuelo en la mano, me moví más se lo que era eso. Ese hombre me puso ese pañuelo en mis fosas nasales y antes de perder la conciencia escuché algo bajo.

"Tenemos la mercadería en mano"

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Me moví un poco, sentí una punzada en mi cabeza dolió horrible, escuchaba murmullos de voces se me dificultaba abrir los ojos.

Jade un poco sentir un calor algo extraño en mi cuerpo.

- Hmh

Apenas puede hacer un ruido mi boca la sentía seca, me obligue abrir los ojos la luz no era de mucha ayuda, luego de minutos me acontumbre.

- Oh nuestro omega especial acaba de despertar

Vi un hombre acercarse a mi no pasaba más de los 50 años, sentí un escalofrío ante sus palabras.

- ¿Donde estoy? ¿Quiénes son ustedes?

Mencioné bajo aún se me dificultaba hablar, me moví un poco sentir un dolor atravesar mi cuerpo era como estar en mi celo entonces empecé oler el aire mi aroma.

- Perfecto nuestro omega empezó a sacar su aroma. Vales mucho dinero niño nos harás muy rico

Senti un miedo estos hombres eran traficantes de omegas, mierda por qué me pasa esto a mi.

Me moví más sintiendo más dolor en mi cuerpo.

- Sueltemen bastado!

Grite no me importaba nadie me tendría, nadie me venderia. Odiaba mi cuerpo sentía la debilidad odiaba ser omega

- Es inútil niño el acelerador de celo, te hará doler sacar tu aroma para muchos alfas te huelan y se pongan locos por ti, solo uno será ganador de ti para follarte.

Rio con fuerza ese hombre, mis lágrimas comenzaron a salir por la impotencia de la situación esto era lo que los omegas sirven para que se lo follen y procear.

Negué no me dajaria no entraré a ese lado tan sumiso de un omega, sentí que me cargaban para luego dejarme en un cuarto.

- Sueltemen les pagare lo que quieran.

- Lo que nos darías, es poco a lo que vales omega. Se obediente y queda tranquilo

Me moví en mi lugar sentía mis muslos húmedo odiaba eso, eso señalaba la necesidad que desea de un alfa para aliviará mi celo.

- Es una lastima que sea beta, seguro tu olor debe ser delicioso y ver humedad en tus piernas

Me dio asco como acarico mis piernas desnuda, las moví con molestia para luego ver un bulto entre sus pantalones.

- Lastima vales más virgen.

Iba a contestarle cuando sentí que el piso se movía, mire una luz fuerte que me dirigía a él un olor me atravesó haciendome gemir eran feromonas de alfas muchos.

- Señores nuestro omega especial a llegado.

Senti una náuseas horribles, al ver tantos alfas¿Como existia personas así? había un olor agradable negué eso no podría ser posible.

- Antes ustedes un omega de los Young de Japón.

Se escucho voces sorprendidos ante lo que dijo, apreté los dientes estos malditos sabía de familia y mi origen.

- Esa clase de omegas desaparecieron pero antes sus ojos tenemos uno, es de un linaje rango A es un omega que procreara cachorros fuertes. Es único en su clase.

El estomago se me revolvió antes la idea de procrear cachorros de alfas, mi olor se había inteficado más escuchaba gruñidos.

- Empezaremos con la subaste desde 1000 dolores, empezemos con la oferta.

Me movía no esto no me podría pasar, odiaba la poca fuerza que tenía cuando estaba en celo. Escuchaba todas oferta hasta que ese sujeto grito.

- Vendido! 50,0000 millones de dólares al señor Black, que disfrute su compra!

Senti que alguien me cargaba me movió no dejaría que pasara esto.

- Sueltame maldito, no iré con estúpido alfa. Bajame

- No deseo sus quejas.

Esa voz hizo estremecer mi cuerpo, fui tirado en el piso de ese auto, luego sentí otra vez ese maldito pañuelo en mi nariz antes de caer en la oscuridad esa voz me hizo sentir tranquilo.

- Vámonos de aquí, al hotel.

Comprando Un OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora