El dueto dorado- tsubasaki

Lágrimas y papeles

Lágrimas y papeles

(Elle Sid Pierre)

Reí al ver las portadas de los diarios, anunciando mi supuesto compromiso con Misaki. Él me había llamado algo nervioso sobre este tema y le prometí que aclararíamos este mal entendido. Aunque para ser sinceros me gustaría demasiado que fuese realidad, pero nunca fui lo suficiente valiente para declararle mis sentimientos.

Recuerdo la única vez que intenté declararme a Misaki, había ido a su país con el objetivo de ganar el mundial juvenil pero no logramos conseguir la copa para mi amada Francia. Si no podía obtener el triunfo en el deporte que tanto amo esperaba que la persona que amo me aceptara.

Fue algo doloroso para Misaki no poder participar todos los partidos por su lesión pero en la final él fue la clave de la victoria para su país. Tsubasa había adquirido una fuerza increíble y mostraba su máximo potencial al jugar con su pareja dorada.

Estaba buscándole por los asientos del estadio y lo encontré mirando concentrado al terreno de juego, el viento mecía sus cabellos castaños. Me senté a su lado también admirando el tranquilo paisaje de esa noche, las estrellas resplandecían y el silencio no era incómodo.

-felicidades por tu triunfo, aunque deberías estar en tu habitación descansando por tu lesión- comenté al preocuparme por su pierna, una sonrisa adornó sus labios

-prefiero estar aquí, aunque sea un momento- susurró con algo de melancolía.

Una conversación nos llamó la atención, no entendía del todo lo que estaban hablando aquella pareja ya que mi japonés es básico y lo único que atiné fue mirar a mi amigo japonés. Me rompió el corazón ver sus lágrimas rodar por sus mejillas.

-Pero sabes, yo siempre... siempre te he amado- estaba escuchando la confesión de Tsubasa hacia una joven con rasgos nipones, la mano de Misaki tomó la mía y fue tanta la fuerza que ya me estaba incomodando- ¿te gustaría estar siempre a mi lado, apoyándome? – mostrando el anillo de compromiso hacia la joven

La joven en medio de lágrimas aceptó la confesión del capitán japonés. Mientras la reciente pareja consolidaba su relación con un beso, Misaki estaba derrumbándose en medio del llanto entre mis brazos. Era obvio que él lo amaba y pensaba que sería correspondido. Metí mi mano en el bolsillo de mi saco y sentí la carta que le iba a dar a mí ser amado.

No podía entregar aquel papel que estaba impreso por palabras salidas de mi corazón, lo estreché más entre mis brazos mientras acariciaba sus cabellos castaños.

-Sanae solo puede hacer feliz a Tsubasa- susurró con todo el dolor de su alma, mi camisa ya estaba empapada por sus lágrimas- sabía que nunca tendría oportunidad alguna

Aquel momento fue la única vez que lo vi llorar, juré en ese momento que no quería verlo sufrir nunca más. Pero Tsubasa, me lo estas poniendo difícil.

(Sanae Ozora)

Tsubasa desapareció toda la tarde y llegó casi a la medianoche; traté de llamarle a su celular, tenía el corazón en la boca por culpa de la angustia pero al parecer no le importaba. Ahora me mira fijamente, sabía que tarde o temprano tenía que hacer esto.

-toma Tsubasa- le entregué varios papeles, mi esposo me miraba extrañado- quiero que lo leas y lo firmes. No podemos seguir ignorando que no soy tu destinada.

-Sanae, esto es...- le interrumpí, no quería escuchar de sus labios aquella palabra

-quiero el divorcio-comenté con seguridad, sin prestar atención a las lágrimas que brotaban de mis ojos.