La magia de París

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La magia de París

(Sanae Nakazawa)

Había decidido que mi primera parada seria la ciudad luz, tenía un asunto pendiente y conociendo al amable y considerado de Taro Misaki rechazaría a Tsubasa por mi causa. Debo aclarar con ellos lo que pasó y precisar que toda la culpa lo tiene el capitán de la selección japonesa.

Nadie le obligó pedirme matrimonio, me ilusionó pero en el fondo yo sabía sobre sus sentimientos. Cuando me llama para preguntar como estaba, siempre me pedía perdón por su comportamiento.

No puedo negarlo, me dolía y me destrozaba aquella decisión que había tomado. Dejar al amor de tu vida ser feliz, por ese motivo pasé unos días en el calor de mi familia en Japón. Ellos respetaron nuestro acuerdo y al pasar los días me hacían bromas, según ellos yo encontraría mi destinado en uno de los viajes que realizaría.

Las calles parisinas eran muy alegres; parejas tomadas de la mano mientras observan la luna, grupos de amigos riendo hasta quedar sin respiración, algunos caminaban más tranquilos ya que sus horarios de trabajo habían concluido. Estaba envuelta en la magia de esta ciudad hasta que el chofer me indicó que había llegado a mi destino, gracias a mi buena amiga Yayoi que logró conseguir la dirección de Misaki.

Bajé del taxi y vi a Tsubasa parado frente a la puerta de su compañero de oro; nunca lo había visto con esa actitud, aquel hombre que siempre proyecta confianza y seguridad ahora está hecho un manojo de nervios tratando de tocar la puerta.

-te demoras demasiado- comenté hastiada y toque la puerta con fuerza, Tsubasa me miraba sorprendido- espero que traigas condón, aunque vi una farmacia a una cuadra-

El sonrojo en las mejillas de mi ex marido hizo que se estremezca mi corazón pero recordé el motivo de su comportamiento. Tsubasa estaba por replicar lo que le había dicho pero fuimos interrumpidos por el castaño número 11 de la selección. Nos miraba asombrados pero de inmediato nos regaló esa cálida sonrisa, invitándonos a su hogar; quería culminar esta visita lo más pronto posible. Cuando me disponía hablar, Tsubasa me interrumpió.

-Sanae, sé que me faltará toda una vida para rogarte tu perdón pero a pesar que ya no seamos esposos, siempre te consideré una gran amiga. Perdón por lastimarte tanto y muchas gracias por darme una oportunidad para estar con la persona que amo- Tsubasa hizo una reverencia, suspiré tratando en ese acto contener las lágrimas- y perdón Taro por tratar de ignorar mis sentimientos hacia ti- Tsubasa se acercó hacia Misaki y le acarició su mejilla con mucha ternura

-qué?- Taro, pobrecito seguro tanta información en un momento colapsó, Tsubasa a veces no tiene tacto.

-Disculpas aceptadas, Tsubasa. Y no te preocupes por mi Taro, yo estaré bien y encontraré a mi persona destinada como ustedes lo hicieron. Sé que tienes un gran corazón y antepones los sentimientos de otros pero esta vez sean felices- me acerqué hacia el castaño y le di un beso en su mejilla, Tsubasa frunció el ceño- ya no me mires así, no seas celoso. Además les dejo a solas para que conversen- con una sonrisa pícara salí corriendo de aquel lugar.

Decidí caminar tratando de despejar mi mente, hasta que la vi a lo lejos. Sin pensarlo dos veces me acerqué, con una sonrisa le dije mi nombre y le invité a tomar un café. Solo deseaba nunca separarme de esta persona, como pudo Tsubasa estar tanto tiempo alejado de su destinado.

-claro que acepto la invitación- acomodó sus cabellos, se notaba que está nerviosa- me llamo Azumi Hayakawa, mucho gusto. Creo que Misaki tendrá que esperar por estos papeles-me enseñó un sobre

-querida, en estos momentos Misaki no va atender a nadie, está muy ocupado- comenté ante su mirada llena de curiosidad. Tendría una tarde muy amena.

El dueto dorado- tsubasakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora