#Perú #Day6 #Cajamarca

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Llegamos a una silenciosa Cajamarca a eso de las 4:30 AM. el viaje para todos había sido placentero, único y divertido. Tuvimos suerte. Decidimos ir hasta el Hostel caminando, según Google maps no estaba lejos. Así que caminamos en la madrugada un alemán (iraní), un peruano y una argentina, escuchando música y negandonos a toda propuesta de los taxistas que querían llevarnos. Llegamos al Hostel, nos atendió Herbert el dueño, pero con la mala suerte de que el Hostel al que íbamos no era ese resulta que Chakra Runa en Cajamarca tiene dos locales, uno que fue al que caímos y otro cerca del centro, a nosotros nos tocaba el del centro nos confundimos. Nos llamó un taxi y así fue como llegamos al Hostel a las 5. Dormí hasta las 7:30, y fue como si hubiese dormido toda la noche. Pero me sentía tan cansada y apestosa que soñé que me bañaba. Claro habíamos pasado un día en Piura después de viajar desde Máncora, y después viajamos acá. Así que lo primero que hice al despertar fue correr al baño a darme una ducha. Ya puedo decir que se cómo se usan las duchas raras de acá (es muy fácil la inútil era yo). Después de ese baño, fui a la cocina, Carlos el encargado (un chico de Brasil) me ofreció un té y nos pusimos a conversar, me cayó muy bien, demasiado simpático, tenía mucha alegría en cada expresion que compartía. Al rato bajaron los chicos y decidimos salir a desayunar afuera, teníamos hambre. Cajamarca de día es hermosa, me recordó un poco a Cusco, cielo azul, clima serrano, alguna llovizna intermitente durante el día, pero más calma y lenta en su ritmo. Llena de iglesias muy hermosas con arquitectura un poco barroca no podía dejar de mirar para arriba los balcones y las cúpulas de las catedrales. Encontramos un café a mitad de camino a la plaza de armas que ofrecía un desayuno bastante completo por 6 soles, lo amé. Encontramos un café a mitad de camino a la plaza de armas que ofrecía un desayuno bastante completo por 6 soles, lo amé. El café era riquísimo, nos dieron jugó y pan con mermelada. Con la panza llena decidimos ir hasta la terminal, yo necesitaba llegar a Lima el 21, porque tendría que empezar a regresar a Argentina lo antes posible. Así que nuevamente usando Google maps la erramos. Resulta que la terminal de Cajamarca que figura en Google maps ya no está más allí, el sitio quedaba bastante lejos, así que tomamos una moto torito y fuimos hasta la terminal. Allí Nima decidió partir conmigo rumbo a Lima el día siguiente, quería continuar su viaje desde ahí, le pareció una buena idea, y esto es lo genial de cuando se arma una comunidad de viajeros que conocés en el paso por tus destinos: hay una energía particular, instintiva diría yo, que te conecta con ciertos personajes en el camino y entonces cuando te das cuenta emprendes el camino con gente que te ayuda, te cuida las cosas, con quién compartir ciertas etapas del viaje. Julio quería quedarse para los carnavales de Cajamarca del sábado, así que ahí quedó decidido, el siguiente día sería el último día juntos, quién sabe cuándo nos volveremos a ver, prometimos que intentaríamos vernos una vez al año ya sea yo yendo a Perú o el viniendo a Argentina.
Tomamos una combi hasta el centro histórico, recorrimos la plaza de armas que es hermosa! Se pronto empezó a llover así que nos refugiamos bajo un árbol muy bien cuidado y bonito me sorprendió mucho cuando me di cuenta que ese árbol se parecía mucho, muchísimo al aguaribay. Desde ahí emprendimos el camino al mirador de Cajamarca, subiendo muchas escaleras se llega a un hermoso paseo circular con jardines alrededor y muchos perros callejeros súper amigables que posan para las fotos. Después de eso, decidimos que por la hora nos convenía ir a Los Baños del Inca, un complejo de aguas termales que quedaba bastante cerca en combi. Los museos los haríamos al día siguiente y por la mañana antes del tomar el colectivo a Lima. Volvimos al hostel a buscar algunas cosas, y el dueño nos sugirió que en lugar de ir solo a los baños del Inca podíamos ir hasta Polloc y ver una iglesia única emplazada en medio de las montañas. No tienen idea de lo hermosa que es, con un estilo tipo Bizantino el lugar se supera paso a paso, fue construida con donaciones destinadas a la congregación de Don Bosco y sacerdotes italianos le enseñaron ala población a trabajar la madera y el cerámico. Después de recorrerla, tomamos otra combi hasta los Baños del Inca. El complejo no es lo que esperaba, pensaba que iban a ser como las de Fiambalá, pero aún así es muy bonito. Pagamos 20 soles por una familiar, y estuvimos 40 minutos disfrutando de las aguas termales, en un lugar que también han sabido usar los incas en su momento. Regresamos a Cajamarca cerca de las 8 de la noche, relajados pero con hambre así que buscamos un lugar donde comer pollito a la brasa.
Mucho más tarde decidimos salir a tomar unas cervezas, compramos unas pilsen y las tomamos en una linda peatonal. De pronto escúchanos a unos artistas Callejeros al frente, así que compramos otras y nos fuimos hasta allá. Lo que pasó después es una sucesión de hechos que no recuerdo muy bien, pero cómo siempre precavida llevo poco conmigo encima cuando salgo y si no me siento bien me voy. Así fue como terminamos los tres en un bar junto a una pareja Limeña, Carlos el chico de Brasil (que trabaja en el Hostel) y un amigo de él que no me daba mucha confianza. Cerca de las 2:30 sentí que había llegado a mi límite, estaba cansada y medio borracha, así que decidí volver al Hostel a dormir. Nima se ofreció a acompañarme para que no caminé sola de noche medio borracha por la ciudad (estábamos a cuatro cuadras, pero por si acaso) Julio se quedó. Llegué al Hostel, y en algún momento me dormí.

Una Vuelta por LatinoaméricaWhere stories live. Discover now