Montaña Rusa

VOCES

Y cuando su clase termino y por ser la última clase fue corriendo hasta su torre, cerrando la puerta como si la vida se le fuera en ello, ella jamás fue de las que hacía ese tipo de cosas, pero se sentía tan traviesa...
Desde ayer la visita a madrugada entendió que aun había esperanza en el, en un futuro juntos, ella lucharía por él hasta que no hubiera más que hacer, siempre por el.
Lo amaba para siempre, no se iba a dar por vencida por un mal intento, los muggles solían dar oportunidad a cada instante, creyendo en cuentos de que cambiarían algo, pero el era diferente, él era severus Snape y no un joven sin que hacer.
Y se rio, mientras caminaba hasta el baño, cerrando la puerta con seguro y abriendo la llave de la tina, agregando especies y sales, se daría un baño, lo necesitaba después de todo lo vivido, aun así, fue genial.
La amaba, ella lo sentía, en su mirar, era demasiado terco para admitirlo, pero una vez que ella ganara lo tendría para ella, tendrían un para siempre, tal vez no había podido lograr borrar a Lily Evans de su corazón, eran amigos después de todo, pero si al menos hacía que dejara de amarla, eso sería suficiente, aceptaría cualquier cosa, solo de él.
¿Podían juzgarla? Joder, claro que si, pero el amor es complicado y cuando una persona te toca de esa manera el corazón, tienes dos opciones, hacer que te ame más o dejarlo para amar a alguien más.
Ella tomaría la iniciativa, lo haría perder la cabeza por ella, le llenaría de pensamientos hasta que la idea de un para siempre se plantará en su cabeza.
Y eso había logrado, al menos por este día.

Cuando su el agua cubrió su cuerpo se relajó, el agua estaba fría, justo como le gustaba, el ambiente olía a vainilla y duraznos, la combinación perfecta y sonrió, como hace mucho no lo hacía, cierto era que se sentía extraña, pero joder, las niñas también podemos ser extrovertidas.

Aun faltaba camino por recorrer, si su corazón la había rechazado como dueña, buscaría en su cabeza y en su cuerpo, lo haría doblegarse ante ella para amarla tanto como jamás se hubiera visto, no por venganza, ni siquiera por rencor, era el amor, ese amor tan malditamente tóxico que te hace perder la cabeza, eso era ella.
Lucharía por él con todas sus fuerzas hasta que ya no tuviera y aun después de eso, lo seguiría amando aun después de no hacerlo, el amor es complicado y duele, pero cuando abres la puerta, necesitas dejar que el aire entre y purifique el ambiente, para así, volver a llenarte de aire y de amor, sanar de una vez por todas.

La ducha se sentía increíble, hasta que escucho un ruido en la parte de abajo, en la sala común, nadie más podía estar en esa torre más que el, nadie más podría quitar sus barreras de seguridad.
Y decidió jugar una vez más, salió desnuda, el agua corría por su cuerpo y cabello, bajo cada escalón como si llegar fuera una tortura o una salvación y cuando lo hizo.

-Joderrrr Ginnyyyyyyy.

-Ahhhhhhhhhh!!!!!

-Que mierda míone!

-Estaba esperando a alguien más.

-Severus?

Ginny weasley era una de las pocas personas que sabía de su relación con el susodicho, era un código entre ellas, nada de secretos ni temores.

-así, he jugado una bromita y estoy esperando la revancha.

-Pues valla broma.

-Ahora largo largo, necesito privacidad ginny.

-Claro que no, no nos hemos visto en 3 semanas mione, casi ni recordaba tu fea cara.

-Oyeee...

-Que? Acaso soy mentirosa?

-En mi opinión creo que si señorita Weasley.

-Severus.- dijeron al unísono, solo para darse cuenta que él acababa de entrar a la sala común.

-Tal vez no sea prefecto de Gryfindor, pero creo que es contra las normas estas... situaciones.- y con un movimiento de varita, hermione quedó cubierta por una bata de baño.

-Tiene razón señor, me largo.

-Pensé que diría eso.- y él le abrió la puerta, cerrándola casi al instante de alejar la cabellera roja.

-Hola.

-Solo dirás hola? Joder nena casi muero allí a fuera.

-Fue una broma, tampoco te exaltes tanto.

-Eres insoportable.

-Y tu tan arrogante.

Se iban acercando a cada insulto, hasta que la tomó de la cintura y la beso, era un beso acelerado, estaba lleno de traición y de rencor por lo vivido antes, pero también estaba lleno de amor y sobre todo y más importante, estaba lleno de promesas y para siempres.
Y cuando sintió sus manos desabrochando el nudo de la bata, lo hecho de la habitación, justo al momento de que esta fue abierta, solo para verla rabiar como un niño pequeño y susurrar maldiciones por lo bajo mientras se iba por el pasillo, severus era de esos hombres que necesitaban ser puestos a prueba cada día, que sintieran que jamás habían ganado el premio....