Montaña Rusa

SER

-Has llegado 5 minutos tarde, pero no me sorprende, la puntualidad jamás fue lo tuyo, o no? nena?

El apodo estaba fuera de lugar, lo sabía, pero aun después de este tiempo aun me ponía a temblar.

-Lo siento profesor.

-He estado pensando en ti y creo que lo nuestro no termino bien.

-No hubo un nuestro, solo fue mío.

-Estaba ahí cariño, cada segundo.

-Desearía que no.

-Lo se, pero así es, estuve, en cada momento, cada caricia y en cada beso.

-No busques hacerme sentir mal.

-No lo hago, realmente me sentía ahí.

-Al menos por un minuto, hasta que recordaste que no era ella.

-Jamas lo serías, no podrías.

-Lo se, al contrario de ella, yo amo a quien me ama y no busco a quien amar.

-Y eso te hace libre.

-Y también idiota.

-Sigamos con esto, vuelve a mi, otra vez

-No estoy interesada en seguir con este juego Severus, él jugar a amarnos y luego dejarnos, no me hace bien.

-Pero tu en verdad me amas, cual es el problema?

-Que tu no me amas, que jamás lo hiciste ¿Que se siente Severus, que se siente hacer lo mismo que hizo Lily Evans?

Y el silencio reino en la habitación, no necesitaban más, las palabras fueron cortas y duras, tal como lo fue su relación.
No hacía falta explicaciones, ni si quiera palabras, el amor no se explica, solo se siente, ellos eran conscientes.
Pero luego llagaba la duda de nuevo, el dolor y la angustia, el amor aun se sentía, pero no era el mismo, jamás lo sería.
¿Alguna vez han sentido morir? De esas veces que no puedes respirar y la mente se te cierra.
Eso fue justo lo qué pasó aquel día, cuando a las 11:03 pm él me confesó que aun la amaba "siempre" había dicho.
Y dolía, dolía como el maldito infierno, me había ilusionado, me había hecho elevarme del suelo y llegar al cielo, para después, sin aviso ni paracaídas, me tiro, me hizo mierda, me humillo y sobajo.
Al ser la persona amada todo duele más, volver al pasado y recordarlo era un tormento, pero el castigo era lento, habían pasado 20 minutos desde la última palabra y él no dejaba de mirarme, sabía lo que hacía, pero no lo dejaría, ni una vez más entrar a mi mente, doblegarme a su voluntad y ceder en todo lo que pide.
Lo amaba, aun lo hacía, pero no podía perdonarlo, no podía olvidar todo lo que me hizo sentir, no quería hacerlo, era en contra de todo lo que creo.
Pero ya no tenia 16 años, ya no estaba en vuelta en la nube del amor, ya no estaba con él y ya no creía en el, el amor ahí estaba, pero diferente, dolido y resentido, de lo que pudo ser y no fue.
Y volvíamos al mismo lugar.

-Perdóname.

-Y por que exactamente? Por no sentir lo mismo que yo? O solo por ilusionarme para meterte entre mis piernas?

-Nena yo...

-Tu nada, no me interesa nada, eres mi profesor, no tengo tiempo para esta mierda severus.

-Pero te quiero.

-Y yo te amo, siempre.

-No puedes obligar a alguien a amarte.

-Lo se, pero tampoco puedes obligar a alguien a perdonarte.

-Nena, yo en verdad, yo solo, fueron palabras.

-Duras y verdaderas.

-Me mata verte así, saberte así por mi, no lo merezco.

-Lo se, pero para a mi es así, mereces todas las lagrimas del mundo, mereces que te llore para siempre y luego que te deje.

-Has dejado de amarme ya cariño?

-Tal vez jamás logre dejar de hacerlo.

-Acéptame una vez más.

-Eres muy mayor para un amor de mentira y yo muy joven para caer dos veces del mismo puente.

-Eso piensas de mi? En un puente.

-Eres duro y frío, tal como el mármol, a tu ver solo existe el blanco y el negro, al igual que los puentes no se sabe si vas o vienes.

-Yo pienso en ti como en un libro viejo, conservador y seductor.

-Severus, tal vez me veas como un libro, pero en verdad soy como un árbol cariño, puedo durar de un mismo tamaño varios años, pero después, cuando me corten, volveré a crecer, diferente esta vez, te amare hasta que ya no lo haga y ese día cariño, ese día volveré a crecer, lejos de ti y de tu pasto, lejos de tu territorio y cariño, otro disfrutará mi sombra.

-Es una amenaza?

-Es un juramento de amor, desde aquí, hasta ese día.