Tom no me dejó ir a la habitación. Justo me iba a despedir de él cuando me detuvo.
Sus palabras me crearon bastante curiosidad, no sabía qué tenía en mente ahora. Y a decir verdad, yo tampoco estaba tan cansado como para negarme.
Tan sólo le seguí. Me llevó fuera de casa. Cada vez tenía más curiosidad. Tom no dijo nada más en el camino. Pensé que saldríamos a la calle, pero el de trenzas caminó hasta el jardín.
Una vez allí se giró para verme con una sonrisa.
-Espero que no tengas demasiado sueño, es una buena noche para estar aquí fuera.- se sentó en el césped.
La verdad es que la temperatura era agradable. No hacía calor ya que había una muy suave brisa. La noche era tranquila. Las estrellas adornaban el cielo con esos pequeños puntos de luz, ni siquiera había nubes.
Imité su acción y me senté junto a él.
-He pensado que ahora que estas aquí tenemos que aprovechar esto.- Tom apoyó uno de sus brazos sobre una de sus rodillas y sus ojos se quedaron observando el firmamento. - Cuando te vayas no vamos a poder repetir este momento.
Esbocé una sonrisa, era un detalle muy bonito que quisiera pasar este momento conmigo, un momento de tranquilidad después de todas las risas y alboroto de antes. Sin embargo, mi sonrisa se tornó triste con su último comentario. Sabía que cuando llegara el momento de irme me iba a dar pena.
-Pero a lo mejor no te libras de mí.- me eché hacia atrás, apoyándome sobre mis manos. Le miré mientras hablé, pero luego observé el cielo, soltando un pequeño suspiro. Me sentía muy relajado.- ¿Sabes? En mi realidad la luna es roja.
-¿Roja?
-Sí, pero me gusta más esta, relaja mucho. El rojo agobia.
-Pues a mí me gustaría que fuera roja. Sería tan raro y tan guay.- rió levemente.
-Para ti es algo inusual, por eso te llama la atención. Pero créeme, esta es mucho más bonita.
De pronto escuché unas voces en mi cabeza.
Sin pensarlo dos veces entré en mi estado de comunicación telepática, haciendo que mis ojos se volvieran completamente blancos y que mis pupilas desaparecieran.
Escuché la voz de Tom que ahora sonaba lejana, pero no logré descifrar qué dijo ya que las voces de Gustav y Georg sonaron por encima de la suya.
-¡Biiiiiiiill!- habló Georg.
-¿Estás ahí?- continuó Gustav.
-Sí, chicos, aquí estoy, ¿qué pasa?
No volví a escuchar la voz de Tom, lo que me hizo pensar que se dio cuenta de que ahora mismo no estaba con él y que estaba hablando con mis amigos. Debería haberle avisado al menos...
-Alguien estaba dormido...- Sí, se me notaba muy tranquilo y relajado pero Georg no acertó.
-Siento decirte que te equivocas.
-Tenemos buenas noticias.- canturreó Gus en un tono que me hizo gracia.
-Adivina.- se adelantó Georg.
-No sé, decídmelo.- no me apetecía empezar a adivinar. Quería que fueran directos.
-No, tienes que adivinar.- insistió el mismo.
-Georg, no empieces con esas tonterías.- le regañó Gus.
-¡Así es más divertido!- se quejó.
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Hey You - Toll
Fanfiction¿Qué pasaría si dos caras de la misma moneda se juntan? Dos soñadores con un mismo destino, sobrevivir unidos y poder salvar lo que una vez ambos tanto amaron. Crueles realidades, cada una diferente y más horrible. Solo tienen una salvación, no deja...