¿Neta me lo juras?

6.8K 680 490
                                    

Nuevo día, nuevo intento de seguir nuestros sueños.

En aquella bonita vecindad la luz del sol entraba con cuidado por las ventanas del segundo piso, despertando a nuestro cariñoso protagonistas. Mentira. Con un gruñido molesto cerro con fuerza la cortina y siguió con su tranquilo sueño en el que le entregaban el puesto del mejor héroe latino y una medalla por ser el más joven.

Un fuerte grito se escuchó en la sala, causando que cayera de su catre y rodará por el piso con su cobija del poderocisimo tigre, azotando contra la puerta y abriéndola de golpe para poder ir hasta el lugar de los hechos, encontrando a una de sus hermanas llorando, a la otra gritando, a su abuela cocinando y a su madre tratando de peinarse.

- No es ni quince de septiembre y ya están dando el grito de dolores - Dijo resignado.

Sus pequeñas hermanas corrieron hasta él empezando a gritar lo que le había hecho la otra.

Suspiro agobiado antes de tomar asiento en el sillón.

- ¿Dejarán de hacer berrinche? - Pregunto al ver el rostro indignado de las pequeñas - Bien, ¿Qué chuchas paso?

- ¡María me a roto la liga!

- ¡Mentira, se rompió sóla, Lupita es una mentirosa!

Y empezando de nuevo.

Tomo a la mayor por los hombros y desató su coleta derecha, tomo el peine y realizó una coleta en alto.

- ¿Feliz? - Dijo. Su cabello ahora era café oscuro.

- ¡Sí! - Y corrió por su desayuno a la cocina.

María Tonalli y Guadalupe Citlaly son las hermanas de Juan, María es la mayor por cinco minutos y Guadalupe es la menor debido a esa diferencia de tiempo. Aún no les a llegado el Quirk así que no podría decírselos, ambas tienen el cabello castaño de un lado y verde oscuro del otro, sus ojos son amarillos y su piel es un poco morena, ambas tienen cuatro años.

Se levantó un poco más calmado y se acercó a su madre dándole un beso en la mejilla derecha.

- Buenos días

- Buenos días, cariño - Respondió con calma - Gracias por calamar a las niñas, tu abuela y yo estábamos ocupadas.

Asintió con desdén antes de entrar a la cocina y tomar asiento en medio de las gemelas.

- ¡Buenos días, abuela! - Grito pues la anciana tenía a todo volumen la radio escuchando los descuentos de doña lucha.

- Buenos días, mocoso - Respondió dejando el plato de huevos frente a él - ¡Alejandra, o vienes a tragar o no tragas por el resto de la semana! - Le grito a su hija.

Alejandra Gabriela es la madre de Juan, tiene veintisiete años, su cabello es completamente rojo, sus ojos son café y su piel es apiñonada, su Quirk le permite realizar cosas relacionadas con la magia negra y trabaja como doctora en un hospital gracias a esto.

Su abuela por otra parte se llama María Guadalupe, tiene sesenta y dos años pero parece de veinticinco, sus ojos son color café igual que su cabello, su piel es morena y su Quirk le permite convertirse en leyendas.

La mujer llegó a regaña dientes a sentarse, se le hacía tarde para llegar a su trabajo y no tenía el tiempo suficiente para comer.

- A lo mejor doña Maggie quiere llevarte a trabajar - Trato de calmar a su madre.

Está le miro furiosa y termino por guardar silencio.

El desayuno fue adornado por las ofertas de doña lucha que eran anunciadas por la radio. Juan tomo el periódico y empezo a leerlo.

- ¡Miren Metalcoop atrapó al Chapo... Otra vez! - Dijo con emoción Guadalupe, quién veían la primera página del periódico.

- ¡Juan también va a salir en el periódico un día de estos! - Menciono María.

- Al menos que sea porque le sirve tacos a Metalcoop, lo dudo.

- Mamá - Dijo entre dientes Alejandra.

- ¿Qué? Digo la verdad, no le sirve de nada ser tan listo y tener un buen Quirk si su preparatoria está cerrada todo el ciclo escolar. Debería empezar a pensar otra manera de ingresar a la Universidad de héroes.

Juan cerró el periódico pensativo. Era verdad, la escuela llevaba cerrada desde inicios de ciclo y no podía estudiar nada, nada que no viniera en sus libros de texto, pero no le era suficiente.

Terminando el desayuno fue de vuelta a su cuarto a tratar de dormir, su abuela había ido a dejar a sus hermanas y su madre a trabajar.

Se puso a pensar de manera sería antes de caer dormido, era viernes y los viernes no trabajaba con doña Maggie.

• • •

Estaba con la mirada y el pensamiento fijo en la televisión, la cual emitía el nuevo capítulo de la Rosa de Guadalupe y para que mentir estaba tan interesante que ni siquiera reprendió a sus hermanas por no estar haciendo la tarea, su abuela incluso había dejado de hacer la cena para ir a ver.

La puerta se abrió de golpe dejando ver a su madre con una enorme sonrisa y el cabello desordenado, no le dieron una importancia necesaria así que siguieron viendo el capítulo, hasta que su madre se paró frene al televisor recibiendo reclamos.

- ¡Con una chingada lo que faltaba! - Reclamaron los tres a la vez.

La mujer les ignoro.

- ¡Tengo una importante noticia, les va a encantar!

De nueva manera fue ignorada, los cuatro estaban a cada uno de sus costados para poder ver la televisión, molesta dió un golpe en el piso causando que la señal de cable en toda la colonia se viniera abajo.

- ¡A la cocina, ahora! - Resignados fueron hasta el lugar y tomaron asiento mientras la anciana servía con calma algo de atole para cada uno - Como estaba diciendo antes de que fuera ignorada por culpa de ese programa...

- ¡Es más que un programa ama, estaban por revelar que pasó con Flor después de que sus padres murieran y su abuela la corriera de la casa porque era una sin Quirk! - Grito María.

- ¡Estoy segura de que la vieja termina moribunda y Flor es una exelente enfermera que la tiene que cuidar! - Le siguió Guadalupe.

- Niñas, niñas - Llamo la anciana, Alejandra le miro agradecida y se preparó para continuar - Es obvio que la anciana termina en el hospital, es más apuesto mi receta de chocolate a qué la nieta esa mamona que tanto quiere ni siquiera se toma la molestia de ir a verla.

- ¡Mamá! - Grito indignada y todos callaron - Como estaba diciendo - Fulminó a todos con la mirada - En el trabajo me han dado un buen aumento de sueldo y puesto, me han pedido que vaya al extranjero para poder trabajar en un buen hospital lejos de aquí... ¿Y adivinen qué?

- ¿Qué? - Dijeron con aburrimiento, los cuatro pensaban en que pasaría después.

- ¡Acepte ir al hospital de Japón, nos iremos para haya en estás semanas! - Por primera vez en toda la plática, los cuatro prestaron atención - ¡Podrás hacer el examen para la U.A, mijo!

- ¡Será un héroe! - Gritaron las pequeñas.

- ¡Ay mi dios, esto es un milagro! - La anciana hacia ademanes de querer tener un paro cardíaco.

Juan quedó en shock.

- ¡Iremos a Japón! - Grito María mientras brincaba en su silla.

- ¡No fue una maldita perdida de tiempo esas clases de idiomas!- Le seguía su gemela - ¡Voy a conocer al maestro de las tortugas ninja!

- Si no se lo han comido...

- No sean estupidas, esas están en New York - Dijo su madre.

- ¿Neta me lo juras? - Susurro antes de caer desmayado.

MÉXICO en la U.A (Kirishima × Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora