Festival.

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Lo siguiente que supo Juan es que había llegado a la segunda prueba, que tenía muchos puntos y que nadie quería hacer equipo con él.

— Que cruel — Tenía 10,000 puntos y por eso nadie quería estar en el mismo equipo que él, todos irían tras él y lo más probable era que no pudiera mantener los puntos.

Incluso Bakugo tenía equipo y él había terminado en cuarto lugar, Juan estaba desanimado y le mentava la madre a cada persona que le negaba estar en su equipo. Todos hacían equipo con gente que conocían, era algo bastante lógico.

— Así que tú eres el Metamorfogo — Juan dió un brinco hacia atrás cuando un peli-morado se acercó a hablarle, lo había tomado de sopresa.

— No chingues, no te me aparezcas así wey — Observo con detenimiento al tipo que estaba frente a él, no se le hacía conocido pero le daba un presentimiento extraño — Sí, así me conocen en la escuela, ¿No podían ser más originales? No sé wey, hasta Katsy es más creativo y me dice Alebrije.

— ¿Entonces prefieres que te llame Alebrije?

— ¿Qué? ¡Obvio que no. Yo no me parezco en lo más mínimo a un Alebrije! — Alzó los brazos frustrado — A todo esto, ¿Qué necesitas? No me digas que quieres que formé parte de tu equipo.

— No te digo.

— Jajaja, mamoncito.

— ¿Cómo te llamas? — El chico parecía ansioso, aúnque su aspecto era relajado e incluso desinteresado.

— Quetzali y agradecería que dejes de intentar entrar en mi cabeza, ¿Hitoshi-San? Mejor dime qué quieres tenerme en tu equipo — Juan sonrió, paso su brazo por detrás de su nuca y comenzó a caminar.

Después de charlar por varios minutos tuvieron que disculparse con el resto del equipo o bueno Juan obligó a su nuevo amigo a hacerlo para que pudieran tener el equipo completo.

Lamentablemente los otros chicos no tomaron nada bien eso y los dejaron.

Juan tuvo que hablar con la héroe a cargo para poder usar un duplicado de ambos y poder completar al equipo, por suerte la profesora estuvo de acuerdo.

— Te doy un consejito carnal, si quieres hacer amigos no deberías de controlarlos de esa manera — Juan trataba de crear un duplicado del otro chico sin tener ganas de desmayarse.

— No busco amigo — Contesto seco.

— ¡Pues te chingas porque ya me tienes a mi! — Su cabello cambio repentinamente a un naranja muy brilloso. Desde la discusión con Todoroki hasta ahora su cabello había sido completamente negro.

— ¿Te habían dicho que eres fastidioso?

— Solo sesenta veces en mi casita, carnal.

La chicharra sonó, Juan había logrado a duras penas los dos duplicados, mientras Hitoshi planíficaba el plan que usarían para mantener la venda en toda la “pelea”.

Tal y como esperaron todo se lanzaron hacía ello, con excepción del equipo de Izuku, eran amigos y no tenía intenciones de pelear contra Juan.

Juan tenía la torpe costumbre de agradecer a todos los héroes que había conocido a lo largo de su vida a pesar de que no pudieran escucharlo. Cómo en estos momentos que agradecía a la novia de Metalcoop, porque podía crear un campo al rededor de si cabeza cada de que tenían la intención de lanzarse por la venda y no podían evitarlo.

Con ayuda de Hitoshi habían robado algunas cintas y así tener algún soporte en el caso de que les robaran la venda.

Juan tuvo que taparse el rostro al ver que su campo era destrozado por diminutas agujas, casi pierden las vendas sino fuera por el fuego que soltó de su boca.

— ¿Estás bien, Hitoshi? — Bajo la vista para ver al chico asentir.

— ¿Qué a sido eso? — Estaban en la parte más alejada del campo, solos, no había nadie junto a ellos.

El clon de Hitoshi se agachó a tiempo para evitar que una mano les robara la venda.

— Vaya, son más rápido de lo que esperábamos — Un equipo apareció frente a ellos, como si siempre hubieran estado ahí y ninguno de los dos quisiera notarlo.

La chica de arriba tenía el cabello delgado y plateado, se movía de una forma poco casual y parecía más rígido que los demás.

Tras ella había dos tipo idénticos, y delante solo una chica con cabello blanco y ojos transparentes.

— Y decías que no servían de nada los clones — Literalmente ignoro a la chico y comenzó una discusión con su amigo.

El equipo que tenían enfrente mantuvo una mirada muy fría y molesta.

— ¡Dejen de discutir, ¿No ven qué vamos a quitarles los puntos?! — Grito exaltado uno de los tipos de atrás.

— Es obvio que no van a lograr eso, les quedan tres minutos y es imposible que hagan eso — Reto Hitoshi, como si fuera lo más lógico.

— ¡Tampoco seas tan mamón! Deja que los niños tengan ilusiones — Juan golpeó con suavidad la nuca del chico, luego su cabello cambio a uno azul un poco opaco.

Los desconocidos se vieron ofendidos, después atacaron.

Parece que la chica que estaba a la cabeza podía mover y zafar su cabello en simples y filosas agujas, las cuales atacaron a los chicos sin esperar a que reaccionarán.

Uno de los jóvenes podía extender su manos a una distancia increíble.

La chica de enfrente podía volverlos invisibles y el último joven los movía de un lugar a otro de una manera rápida, como si pudiera teletransportarse.

Fue sencillo destrozar los campos de fuerza de Juan, nunca los había usado para algo muy fuerte, tampoco se había tomado la molestia de saber si las agujas podían atravesar el campo. Digo vamos, quién se detiene a ver su una aguja puede atravesar o no algo, todo el mundo tiene mejores cosas que hacer.

Para Juan era difícil saber dónde podían estar, eran invisibles y nunca se habían enfrentado a algo así.

Con la velocidad no tenía problemas, doña Maggie acostumbraba entrenarlo usando eso. La elasticidad tampoco le causaba inconveniente, su abuela solía usar algo similar para golpearlo cuando se portaba mal de niño.

El tiempo terminó.

— ¡Ay te amo! — Grito mientras los clones desaparecían y se lanzaba a abrazar el cuello de Hitoshi.

En el último momento, mientras Juan peleaba contra las manos del chico y trataba de evitar que les robaran la venda, Hitoshi discutía con la cabeza del equipo, logrando que cayera bajo su Quirk y logrando que entregarán sus vendas recolectadas.

— No me vuelvas a hablar — Hitoshi trataba de zafarse del abrazo del más alto, Juan besaba la mejilla del chico con mucha emoción mientras lo alagaba y gritaba que era la mejor persona que había conocido o simplemente le decía a cada persona que pasa que él, Hitoshi, sería el mejor héroe del universo.

Hitoshi trataba de no sonrojarse al verse envuelto en tan vergonzosa situación.







Festival Parte tres.

MÉXICO en la U.A (Kirishima × Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora