Humanidades.

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Primera parte.

La semana se diluyó lentamente, junto a la banalidad de profesores haciendo cosas de profesores, y estudiantes teniendo problemas de adolescentes. Al final del horario, todos esperaban con ansias las suaves caricias de un fin de semana libre.

Libre de estudiantes, profesores y apuntes.

Aunque, la sección e, antes de disfrutar de las caricias prometidas al final de la semana, debe enfrentar la última clase, donde uno de los estudiantes siempre ejecutaba, lo que algunos profesores y alumnos denominaban como:

Una obra dramática; y la clase de religión era el mejor teatro.

-Fue gracias al arca de Noel y la piedad de Dios que nuestra humanidad y las especies tenemos otra oportunidad.- El profesor Brown dibujaba un muy feo intento de animales encima de una banana.

Ah espera, es un barco.

-¿Pero, acaso no fue Dios el responsable del diluvio?- argumentó Daniel desde su asiento, mientras leía algún libro genérico de autoayuda-. Imagina que estoy conduciendo un autobús. Mi deseo es atropellar a todos, así que les digo ¡Cuidado! y conduzco hacia ellos a máxima velocidad. El arca son sus reflejos, y Dios, soy yo.

Y sube el telón, los artistas entran en acción.

-Daniel, cierra ese libro, por favor- el chico hizo caso, porque su poca autoestima no le alentaba a ser un rebelde sin causa-. ¿A qué intentas llegar?

-Oh, me faltó Noel. Noel sería las personas a las que les dije mi plan, y por ello estaban un poco más apartados de la dirección del autobús, observando serenamente.

-Eso es muy... sádico, Daniel.-Brown limpió el pizarrón, borrando su obra de arte.

-Eso, profesor, es un sinónimo de la historia planteada.

Todos los estudiantes quedaban expectantes. Para ellos, una extraña manera de comenzar el fin de semana. Poco a poco, los cestionamientos sobre la idea extraña y fascinante de la existencia de Dios eran más frecuentes. Brown miraba a Daniel con sus ojos cansado. No trabajaba toda la semana con mocosos insoportables para que al final, un joven lo haga dudar sobre su fe.

Y no lo hacía dudar, solo estaba muy cansado al final de la jornada, y por ende, no lograba pensar en contra argumentos.

-Dios... Dios- Brown respiró aliviado, y disfrutando un poco del silencio, prosiguió-. La naturaleza y Dios siempre actúan de maneras muy extrañas, por ejemplo.

Y tomando su tiza dibujó la imagen de una mancha larga, con extrañas extremidades a sus costados.

-Esto es una persona. Cuando un hombre quiere tener un hijo, la naturaleza, o mejor dicho, su cuerpo, le puede quitar esta facultad si fuma, bebe alcohol, no come bien, y no se cuida. Lo vuelve estéril.- Trazó una línea a la mitad de su dibujo-. Ocurre porque la naturaleza, con su lenguaje especial, le está indicando a Dios que ese ser no es acto para producir vida. Lo mismo ocurre con la mujer.

-¿Y ello que relación tiene con mi ejemplo, o el arca?- Daniel no tenía la menor idea de la veracidad de esas palabras.

-Que Dios sabe cómo hace las cosas, y que nuestras mentes limitadas no son capaces de comprender esos mecanismos.

Al salir las últimas líneas de los labios del señor con bigote, finalizó la obra. En este teatro, los aplausos eran mudos. Todos estaban expectantes, en silencio.

Miraba por la ventana, y me caí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora