Capitulo XXII: ROSAS ROJAS

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Samy Sanch
Al terminar Samy la limpieza, pudo escuchar a Arturo sosteniendo una conversación, al asomarse el chico a la puerta del cuarto de Arturo escuchaba con mayor claridad:

-Ya lo expliqué no soy amante de las rosas.

-Quizás Imaginaron que celebrábamos algo y pusieron las rosas en la mesa.

-Esa discusión fue un mal entendido, sabes cómo son los muchachos.

-No, no soy así.

-Nadie me envío rosas, Ya te lo explique y es la última vez, ya basta mujer.

Samy pudo escuchar algunos sonidos que salían de cuarto de Arturo, al abrir la puerta pudo notar cómo Arturo destrozaba su ramillete de rosas, el cuarto se había llenado de pétalos de rosas.

Samy: Basta ya, ellas no tienen la culpa.

Arturo se detuvo al escuchar la voz firme y fuerte de Samy, respiraba con dificultad por haberse agitado.

Arturo: ¿A ti te gustan las rosas?
Samy: ¿Por que no me gustarían?

Samy se acercó a Arturo y tomó una rosa de sus manos.

Samy: Son hermosas, después de olerlas agregó:
Tienen un olor muy rico, ¿no crees?

Arturo miró fijamente a los ojos de Samy y respondió:

-No se supone que a los hombres le agraden tanto las rosas.

Samy: ¿Quien ha dicho eso?

Arturo no tenía respuesta a esa pregunta así que la busco en los ojos de Samy.

Arturo: Quien envió esas rosas intentó burlarse de mi, pero te juro que...

Samy interrumpió:

-y si no, ¿y si buscaba agradarte?

Arturo: No es usual que un hombre envíe rosas a otro hombre.

Samy: Quizás él problema no son las rosas, si no quien las ha recibido.

Arturo: Señor Sanch, disculpe, pero no tengo que hablar ese tipo de cosas con usted, si ya ha culminado con la limpieza, debe retirarse.

-Tiene razón, ya debo entrar a mi siguiente turno.

Arturo: Le acompaño a la puerta.

Al salir ambos del cuarto, Justo en ese momento llegó el chofer de Arturo al barco.

Samy disfrutó ver la cara de asombro que puso el chofer de Arturo, no esperaba ver a Samy saliendo del cuarto y menos con él, esa habitación es sagrada, ninguno de sus estudiante o empleado ha entrado en el.
Arturo despidió a Samy de la puerta felicitándolo por el gran trabajo de limpieza que había hecho y dándole un apretón de mano acompañado de una propina cerró el servicio de hoy.

Mientas Samy caminaba hacia el acuario pensaba:

Arturo es un hombre seguro, inteligente y muy firme, como es que puede dejarse influenciar por sus estudiantes, como puede ocultar que ama las rosas rojas por miedo a la opinión de los demás, el expresarse libremente sobre lo que le gusta, piensa y desea sería lo que debería hacer, el que sea sensible, tierno y le guste las rosas no lo hace más o menos hombre, eso no lo convierte en gay, pero en vez de eso prefiere fingir, aparentar y unirse a los comentarios discriminatorios y exclusivos que hacen sus iguales, en el fondo ¿pensará Arturo igual que ellos o solo finge al igual que con las rosas? Esa será mi próxima tarea, quiero lograr que Arturo me muestre sus sentimientos, aunque no sea si será tan fácil, pero el siguiente paso de mi plan será ese y si me va como hoy creo que terminaré logrando mi objetivo más pronto de lo que pensaba.

Continuará...

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