Capitulo XVI: LA VISITA

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Al llegar a casa, después de Samy saludar la abuela y jugar un poco con sus mascotas, el chico se sentó en la mesa para cenar y recordarle que era su día libre.

Samy; Abuela, mañana vendrá mi amiga Anita, haré comida para ella.
Abuela: ¿La chica simpática que te visito aquella vez?
Samy: Si, a esa que envías saludo, también viene un compañero del trabajo, usa trenzas y aretes, pero es un buen chico.
Samy recordaba que la abuela era un poco tradicional y que no acostumbraba a recibir muchas visitas en casa.
Abuela: Que bueno Samy que traigas amigos a casa, así no estás tan solo hijo.
Samy: Gracias abuela, ahora iré a dormir, descansa.
Abuela: Tu también hijo, lo necesitas.

Entre la alarma, Nico y pita, se encargaron de recordar a Samy que tenía visita, al chico intentar ponerse de pie, una vez más el colchón se fue al piso.

Grito la abuela desde su habitación:
-Samy, ¿Estás bien?
Samy: Si abuela.
Abuela: Ese colchón.

Samy se puso de pie, después de poner el colchón en su base, disfrutó del hermoso amanecer a través de su ventana, acomodándose en ella tomó papel y lápiz, era un perfecto escenario para escribir.

Ayer fue un buen día, muchas cosas pasaron, unas buenas, otras no tan buenas, fui delivery, conocí el barco donde esta mi galán, una vez más vi ese odioso chofer, pase una travesía para regresar al restaurante, robe un gorro, estuve muy cerca de dirigirme a Arturo, conocí un chico y estoy a solo horas de comprobar si a Deli le gustan los chicos.

Cada día es una aventura, aveces como el túnel que te sube, te baja y te mueve de un lado a otro, no sabes si habrá curvas, no sabes si habrá turbulencia, aveces eso lo hace divertido, pero aveces tengo miedo a ser lastimado por esas sorpresas, no se si podría reponerme aunque así lo diga, pero lo que si espero es que algún día la aventura termine ayudándome a descubrir mi norte y mostrándome un felices para siempre en un cuento diferente.

Samy Sánch.

Samy firmó su escrito y cerrando su cuaderno se preparó para poner en orden la casa, alimentar sus animales e iniciar a avanzar los ingredientes de su comida mientras sus amigos llegan.

Samy abrió la puerta principal de la casa para que Deli pudiera identificarla.

A las 9:45, Deli  estaba en casa:

Samy: Hey.
Delis: Hola.
Samy: Pasa, Llegaste con facilidad al parecer.
Delis: Si, soy bueno con las direcciones y tu casa es tal como la describiste, además pude verte a distancia.
Deli se acercó a su compañero y frotando el pelo de Samy con su mano izquierda abrazó el chico con la derecha y saludo:
-¿Como estás?

Samy correspondió al saludo:
-Bien, espero que tu también.

Deli: Si, pues feliz de que me hayan invitado a tu casa, era ya tiempo, ¿Y vives solo?
Samy: No, con mi abuela, más tarde la conocerás.
Deli: ¿Y no me vas a mostrar tu casa?
Samy: Es pequeña pero, ah, si, te la mostrare.

A Samy le interesaba un poco la idea, quizás Deli quería más privacidad.

Samy: Esta es mi habitación, mi mascota Nico.
Deli: ¿Es una cacatúa?
Samy: Así es, mi perra Pita,
Deli: ¿Y esos dibujos los haces tu?
Samy: Así es
Deli estaba sorprendido con el gran talento de Samy.
Deli: ¿Y esa chica tan hermosa de la fotografía?
Samy: Ah, es mi madre.
Deli: ¿Donde está?
Samy: En algún lugar del mundo.
-Es hermosa, agregó Deli una vez más con mirada pícara.

Después de Deli explorar un poco en el cuarto de Samy se dirigió hacia la cama de Samy para sentarse.
Samy: No te vallas a...
El sonido causado por la caída del colchón interrumpió a Samy.
Deli no podía evitar reír a carcajadas y Samy también se unió y se sentó a su lado.

Deli se hecho en la cama y Samy le acompañó, cuando se encontraban los dos juntos, Deli pregunta:

-¿Y cuántas personas has entrado aquí?
Samy pensó:
¿Por que se refiere a personas, como si supiera?
-A nadie, respondió Samy.
Deli se puso de lado, de una manera en que podía ver la cara de Samy, mientras apoyaba su cabeza en su mano derecha.
Deli: ¿No me digas que eres virgen a los 19 años?
Samy no podía evitar sentirse nervioso por la posición en la que se encontraba con Deli y a donde iba la conversación, pero en el fondo le gustaba.

Samy: Asi es, soy un poco tímido e inseguro para eso.
Hay que ayudarte con eso, agregó Deli echándole una sonrisa pícara.

Samy: ¿Y cómo me vas ayudar con eso?
Deli: Te voy a entrenar, ¿Cada que tiempo te masturbas?
A Samy se le subieron los colores al rostro, era la primera vez que hablaba de ese tema con alguien.

Samy: No, no lo hago muy a menudo, casi no tengo tiempo para eso.
Deli: Saca tu pene.
Samy dudoso y sorprendido buscando confirmar lo que había escuchado: -¿Que?
Deli: Lo primero que debes hacer es conocer tu cuerpo y saber dónde está tu placer.
Déjame ayudarte, Deli desabrocho el pantalón de su compañero, y bajo su ropa interior, Samy no tenía mucha ereccion, por lo tenso que se sentía:

-Yo también lo voy hacer para que te relajes, Deli quito su camiseta, desabrocho también su pantalón y bajo su ropa interior.
Samy miró su cuerpo de arriba hasta bajo:

-Mm si que es grande lo que sentí, se ve muy rico, vamos muy bien.

Samy tuvo una ereccion, mientras se tocaba, lo que Deli no sabía es que no fue por su apoyo, si no por los pensamientos de Samy al ver su cuerpo y el tamaño de su pene.

Mientras Samy y Deli se masturbaban, los gemidos iniciaron a escucharse, se sentían más en confianza, la tensión desaparecía Samy mira a Deli a los ojos buscando contacto visual e intentando provocar el paso a un siguiente nivel, es cuando una voz a distancia interrumpe tan intenso momento.
-Sam...

Rápidamente Samy salto de la cama y acomodo sus partes en su pantalón, mientras Samy notaba que Deli se acomodaba con calma y tranquilidad, como si no le importara que descubrieran lo que pasaba.

-Abuela, hola, la voz insistía.

Samy se acercó a los dibujos exhibidos en su cuarto e intentó fingir que los mostraba a Deli, mientras la voz se escuchaba más cerca:

-Hola, familia.
Samy: Estamos aquí.

La puerta del cuarto de Samy se abrió, era La Anita que acababa de llegar, los chicos se habían dejado llevar del momento y no tomaron en cuenta el tiempo que había transcurrido.

Samy: Hola cue.
Anita: Hola travieso, ¿Iniciaron la fiesta sin mi?

Continuará...

INGREDIENTES-El restauranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora