Capitulo XIV: LA TRAVESIA

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Samy no sabía lo que hacía, pero lo que sí sabía es que trataría de no quedarle mal a su amiga y seguir sus instrucciones. Después de ver cómo Deli se retiraba de la cocina hacer entrega de sus dos ordenes de 16 minutos, Samy tomó la suya y emprendió rápidamente su entrega, si corría con suerte en 6 minutos estaría de vuelta.

Dando pasos largos Samy no podía evitar pensar cómo sería ese primer encuentro frente a frente con su obsesión y justamente en 3 minutos estaba según la factura justo en la dirección de Arturo y ahí al borde el muelle estaba el barco, era elegante, con suficiente espacio, abanderado y muy bien identificado. Samy sin perder tiempo se acercó al barco haciéndose miles de preguntas sobre la razón de Arturo encontrarse en ese barco.

Al subir las escaleras Samy observaba una puerta citada en esa misma dirección, al terminar de recorrer el último peldaño se detuvo mientras miraba fijamente esa puerta.  
La puerta se abre y sale una intensa luz blanca que no le permite identificar ese rostro, después de dos pasos Samy consiguió acercarse más y si, era el, ahí estaba el apuesto Arturo Alcimos, en ropa interior negra, con un cuerpo tonificado, bronceado y acabado de humectar, acomodando su lacio y rubio cabello.

-Al fin nos encontramos Samy Sanch, deseaba tanto este encuentro, ¿te piensas quedar ahí? trae tus fabulosas caderas hasta mi y deja que te acaricie.

Samy, era anunciado por el muy evidente sonido de las maderas que causaban sus pisadas, se fue acercando hacia la aparente puerta principal del barco, cuando de repente se abre por sí sola.

-Saludo, ¿puedo ayudarle en algo? Era aquel chico que acompañaba a Arturo el día anterior en el restaurante.

Sorprendido Samy desprevenidamente y regresando de aquella simple ilusión, tras tartamudear un poco y tratar de buscar la respuesta a esa pregunta, Samy pregunta:

-¿El señor Arturo Alcimos?

Samy descubre que Arturo se encontraba Justo detrás de él sentado en un escritorio, sin ver su rostro fácilmente podía reconocer ese hermoso pelaje rubio que había visto por mucho tiempo en otras ocasiones, pero el galán llevaba puesto unas bocinas en sus oídos, así que será muy difícil que notara que Samy estaba ahí a menos que ese chico de la puerta le avisara.

-¿Si? Respondió aquel chico a Samy.

Samy: Traigo una orden del Ingredientes Restaurant.

Pero Samy recordó lo desagradable que era aquel chico, no pudo evitar pensar en aquel momento en el restaurante cuando se burlaba de aquel accidente y le llamó torpe, supo de inmediato que no avisaría a Arturo de su presencia.

Extendiendo su mano derecha, aquel chico la puso en frente a Samy en espera de que le entregara su orden.

Tras unos segundos de Samy pensar en otra opción, no tuvo más alternativa que entregar ese pedido. Samy estuvo muy cerca de encontrarse frente a frente con Arturo, sin embargo una vez más el chofer de Arturo estaba ahí para arruinarlo.

Haciendo entrega:
-Toma el pago de la orden, guarda el cambio, así podrás ahorrar para unos lentes. El chofer cerró el comentario cerrando la puerta frente a Samy.

Samy: ¿Por que siempre tiene que ser tan odioso?
Recordando Samy que llevaba prisa inmediatamente se desplazó con gran velocidad hacia el restaurante, al estar a corta distancia del lugar mientras se traslada al mirar el tránsito descubre que Justo a su lado en el carril izquierdo camino al restaurante también iba la propietaria al lado del conductor, justo en eso momento ella voltea su mirada hacia el lugar que se encontraba Samy, pero un gigantesco camión interrumpe su mirada evitando que Samy sea descubierto. Al haber pasado el camión la propietaria busca con su mirada a Samy pero no logra encontrarlo.

Creo haber visto mi conserje, llena de dudas comenta la propietaria. Pero lo que no sabía era que su conserje estaba detrás de un bote de basura oculto. Samy mira al cristal de una tienda y descubre a través de este que el auto donde se trasladaba su jefa se encontraba en el mismo lugar y al mirar a su derecha nota que el tránsito no estaba avanzando y sus minutos para llegar al restaurante se agotaban.

Samy: ¿Ahora que hago? Piensa, piensa, al tiempo que golpeaba la parte trasera de su cabeza.

El chico estaba atrapado, sin embargo justo en ese momento pasaron dos hombres llevando en sus manos una puerta en dirección al restaurante, Samy aprovechó para ocultarse detrás de la puerta y seguir avanzando juntos y al mirar a través del cristal que llevaba la puerta pudo notar que junto con él también avanzaba aquel auto del que él se ocultaba, el tránsito estaba mejorando, lo cual no era ventaja para Samy. Samy ya se acercaba el lugar y junto con él su jefa, así que tenía que avanzar.

La propietaria del Ingredientes restaurant, era una mujer muy cautelosa y confiaba mucho en sus instintos, así que no perdió ni un segundo más para confirmar y llamó al restaurante:

-Saludo, habla Lucia, ¿El Conserge está en el restaurante?, creí verlo a tres cuadras del restaurante.
La Anita, que respondió la llamada no pudo evitar pensar:
-Juro que te mataré Samy Sanch si no entras por esa puerta Justo ahora.

Anita: Un segundo señora, ya se lo busco.

La Anita mantuvo el teléfono justo en sus oídos sin dejar de repetir en su cabeza:

-Llega, Llega, Llega.

La Anita se puso muy pálida, iniciaron a sudarle las manos y espero justo un minuto, cuando ya se había dado por vencida:

-Señora, tengo algo que contarle...

De repente esa voz agitada detrás de La Anita:
-Ya estoy aquí, Samy acababa de llegar.

La Anita: tengo que contarle que Samy ha dejado los baños muy bien higienizados, ha hecho un buen trabajo de limpieza, ya lo vera, ahora se lo pasó.

Lucia: Ok, solo quería confirmar que estuvieras ahí,  me pareció ver alguien muy parecido a ti, continua con tus labores.

La Anita: Samy Sanch, estás en problemas, vamos arriba.

La Anita y su amigo se trasladaron a su lugar favorito del restaurante para almorzar.

La Anita: ¿Que te paso? ¿Por que tardaste tanto? Casi nos descubren.

Samy: Ya lo sé Cue, perdón, el regresar hasta aquí fue toda una travesía.

La Anita: Espero que haya validó la pena y que te hayas podido encontrar con ese galán.

Samy contó a su amiga todo lo ocurrido,
Cerro agregando:

Lo último que tuve que hacer para poder avanzar en el camino y llegar hasta aquí sin que doña Lucia me viera fue robar una gorra.

Samy recordó lo ocurrido:

Ok, aquí voy, juro que lo devolveré. Al pasar por una esquina, el chico robó una gorra de un exhibidor y una revista de la mano de un promotor que las distribuía, fue quitándose su camisa aprovechando que llevaba una camiseta debajo y al llegar a un tumulto de personas cubrió su rostro con la revista y su cabeza con la gorra se escabulló y corrió rápidamente dejando detrás el auto, ingreso por la parte trasera del restaurante y después de atravesar algunas puertas estaba por fin detrás de su amiga "ya estoy aquí"

La Anita a carcajadas respondió:

-La verdad que fue una gran travesía, te perdono, espero que el tercer intento salga mejor, ya pensaremos en algo.

Samy: Cue, creo que ya me doy por vencido.
La Anita: Tan fácil se la vas a poner al chofercito ese, pues no, lucharemos por nuestro galán hasta el último minuto.

-Ahora vamos debajo, es hora de seguir trabajando.

Continuará...

INGREDIENTES-El restauranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora