Capitulo XLIII: DE VUELTA.

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Sábado
6:15pm

Samy se quedó sin habla, sus manos y su rostro humedecieron, su corazón se aceleró, su mirada buscaba a su alrededor apoyo, pero todos en la sala se encontraban en shock.

-Tu debes ser Samy, agregó su madre.
Samy: Disculpen, se retiró de la habitación.
Alejandro lo siguió.

Después de alejarse un poco del lugar, Samy se detuvo.
Alejandro: Samy.
Samy: Que? Grito con rabia.
-Lo siento.
Después de 1 minuto de silencio, Samy apoyo su cabeza en el pecho de Alejandro y lloró con gran dolor.
Alejandro sin encontrar nada que decir, lo consoló a través de caricias en su cabeza.

Samy regresó a la habitación 207 acompañado de Alejandro.

Ya era momento de retirarse, las visitas habían concluido.

Samy se dirigió a su madre con gran intriga: -¿Quien le aviso?.
-Me llamaron del seguro, encontraron mi número en la base de datos, respondió la madre.

Samy recordó que aún debía pasar por ese lugar.
-Puedes irte, me quedaré con ella, comentó su madre.
Samy: No, eres casi una extraña para ella, yo me quedaré, tu vete.
Joel: Samy...
Samy: No, no quieras corregir en una noche lo que en años no hiciste.
Anita: Samy.
Samy: Gracias por haber venido muchachos ya pueden irse.
Alejandro: Samy acompáñame 1 minuto fuera por favor.
Samy: No me iré.
Alejandro: Y yo dije que me acompañes.

Los chicos se despidieron de la abuela y salieron de la habitación 207.
Alejandro se apartó con Samy, después de una conversación, logró convencerlo de que se fuera.
Samy y Alejandro regresaron para despedirse de la abuela y luego fueron por los chicos, después de dejarlos en casa, alimentar las mascotas de Samy y recoger algunas cosas, Alejandro y Samy pasaron la noche en casa de Alejandro.
Después de un baño, una rica cena y un calmante para la migraña, Samy cayo rendido, había sido un día muy agotador para ambos.

Domingo
9:00am

Después de haber agradado Alejandro a Samy con un variado desayuno, los chicos se prepararon y partieron al hospital.

Alejandro llevo té para la abuela y algunos alimentos para la madre de Samy.

Después de Samy haber pasado por el departamento de seguro para proporcionar algunos datos, presentar documentos y reclamar por haber llamado a su madre, se trasladó hasta la habitación 207.

Samy, Alejandro y la madre de Samy pasaron el día junto a la abuela, después de ver cómo curaban la herida de la abuela, indicaban su tratamiento y asignaban dietas los médicos, le dieron el alta.

Todos se trasladaron juntos a casa.

Al llegar, acomodaron la abuela en su cuarto.

Samy preparó cena para todos en casa, más tarde Alejandro se despidió y partió a casa.

Después de haber acomodado Samy el cuarto para su madre, ella agradeció.
-Gracias por la cena, estaba muy rica.
-Y por preparar el cuarto para mi.
Samy: No creo que tenga muchas opciones.
-Samy, perdón por...
-Otro día, no es el momento, interrumpió Samy.
-Estoy muy cansado, me iré a la cama.
-Vale.

En un minuto la vida te muestra que la rutina es importante, que aunque te aburres de ella, puede servir para decirte que algo pasa, la mascota que siempre está donde acostumbra se ha movido, aquel saludo que no recibes de aquella persona que siempre te espera, aquella voz que escuchas cada mañana se ha hecho ausente, ve y busca que es, algo pasa.
El pensar en la posibilidad de que aquella persona que tanto amas, que ha estado ahí para ti y que esperas que este por mucho tiempo para verte cumplir tus sueños y celebrarlo contigo ya no esté, sientes que no te quedará nada más, que ya no vale la pena soñar y que tu vida cambiara a partir de ese momento, pero el tenerla ahí un poco más, te recuerda que debes apresurarte y aferrarte a vivir y compartir cada minuto de la vida.

No permitas que el dolor por la ausencia de alguien afecte tus días, tu compañía, las razones para celebrar, tu personalidad y tu entorno, solo importa los que están a tu lado y celebran contigo cada razón, ayudándote a ser diferente y apoyándote en cada necesidad.

Samy Sanch.

INGREDIENTES-El restauranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora