Capítulo 3

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—Ya volvimos Oneesan

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—Ya volvimos Oneesan.

El mayor de los Yugi anuncio su llegada observando a la chica quien los esperaba sentada en la banca.

—Aquí tienes Oneesan.

Oni le ofreció una de las bebidas que había comprado, estaba contento de haber comprado tanto ahora esperaba que fuera suficiente para todos.

—Gra... cias a ambos...

Ella tomo la botella entre sus manos observando, aún, con curiosidad a ambos niños.

—No te preocupes, parecías un poco lamentable...

Comento Yugi observándola con lástima. Ambos infantes tomaron asiento en la banca, Oni junto a Amane y él junto a ella.

Después de que Amane mencionará el relato lleno de mentiras que la chica le había contado, cada palabra iba directo a la conciencia de la ojos magenta por haberlos engañado.

—Pobre Oneesan, pasaste por cosas muy malas...

Las palabras del oji carmesí solo hacían más dolorosas la heridas en su conciencia puesto que podía notar la mirada llena de tristeza y preocupación con la que él la miraba por su parte Amane agarró una de las tantas cosas que habían, la abrió, tomo los palillos en su mano y comenzó a comer de los fideos deteniéndose para comentar algo.

—Tus tobillos son realmente gruesos Oneesan.

—A... Amane-kun no creo que... eso debe decirse le a una señorita.

Murmuró Oni algo apenado por la situación.

—Mis tobillos no son gruesos...

Contestó ella con una expresión fría y sería en su rostro.

—Luces tan lamentable y...

—Mis tobillos no son gruesos.

Volvió a repetir interrumpiendo las palabras del menor.

—Tal vez no sirva de mucho pero para mi eres muy linda Oneesan.

—Si hubiera sido yo, te trataría mucho mejor.

Las palabras de los pequeños habían provocado que vagos recuerdos aparecieran en su mente junto con una incógnita.

—Por cierto ¿Cuales son sus nombres?

Recuerdos del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora