Capítulo 9

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8:30 AM

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8:30 AM

¿Has escuchado este rumor?

Se dice que hay un estudiante de la división de escuelas intermedias del salón A-4 que puede ver a fantasmas que rondan por esta Academia... así que es mejor que no te le acerques ya que si lo haces tú vida nunca volverá a ser como antes.

Era un rumor muy extraño que había empezado a circular hace dos semanas atrás. No se sabía quién lo había comenzado ni quién era el estudiante a quién se referían en dicho relato.

Sin importar de sí era real o no preocupaba de gran manera a Yugi Amane pues su hermano pertenecía a ese salón. Temía que fuera él menor, tenían suficiente que soportar ya como para tener que lidiar con ese tipo de cosas.

En el receso o a la salida intentaría averiguar más detalles al respecto. Mientras tanto, prestaría la mayor atención que le fuera posible a la clase de Tsuchigomori antes de que le hicieran un llamado de atención por segunda vez esa mañana.

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La mañana había transcurrido con normalidad y a pesar de que había "perdido" su almuerzo aún tenía la esperanza de que su hermano tuviera el de él. Sabía que este no le negaría un poco de comida lo que le preocupaba era decirle que no tenía la propia.

Abrió la puerta que daba salida a la azotea del edificio buscando con la mirada a su gemelo y a la chica de cabellos granates.

En el lugar solo logró ver su a hermano. Corrió a donde esté se encontraba. Su pasó se fue haciendo más lento al notar que él menor no estaba bien.

—¿Tsukasa?

Él nombrado giró su cabeza lentamente al escuchar la voz de su hermano. No parecía haberse sorprendido por la silenciosa llegada del mayor.

—¡Ah! ¡Amane!— Se levantó del suelo dispuesto a abrazarlo.

—¿¡Que sucedió!?

Amane lo tomo con cuidado por los hombros. Él menor tenía una herida en su labio inferior que sangraba, varios golpes en los brazos y unas marcas moradas en el cuello... habían intentado asfixiarlo.

—Lo de siempre— Respondió sonriendo para luego tomar la mano del mayor y acariciarla con suavidad —Me alegro que tú estés bien, Amane... pero ayúdame ¿si?

Amane se sorprendió un poco al notar lo vulnerable que su hermano se veía en esos momentos. La culpa se clavaba como una daga en su corazón ¿Por que tenía que ser tan débil? No era capaz de proteger a su hermano... ni siquiera era capaz de protegerse a sí mismo.

Recuerdos del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora