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9:00 Am
Era una fresca y tranquila mañana de clases en la Academia Kamome, las cuales habían dado inicio hace apenas unos días.
Amane observaba a su profesor dar la clase más no estaba prestando la más mínima atención a lo que decía.
—Amane.
Llamó a su nombre más no recibió respuesta por parte del chico quién ahora veía fijamente la ventana.
—¡Yugi Amane!
—¡S...Si!
Él joven se puso de pie y observó a su maestro quien lo había sacado de su trance.
—La clase ha terminado, puedes salir a receso.
Le dijo mientras empezaba a recoger las cosas del escritorio Amane por su parte miró a su alrededor dándose cuenta de que era el único que había quedado en el salón, a parte del maestro. Rápidamente guardó sus cosas y se aproximó a la salida antes de que su hermano decidiera venir a buscarlo de nuevo.
—Trata de prestar mas atención la próxima.
Le sugirió al menor mientras tomaba sus cosas y se aproximaba igualmente a la puerta.
—Lo haré... Tsuchigomori-sensei.
Dicho eso término de salir mientras era observado por su maestro.
—Que remedio- él pelinegro suspiró pesadamente y terminó de salir del salón intentando no pensar en aquel chico lleno de golpes y vendas.
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—No está aquí...
Murmuró pesadamente al llegar a la azotea, habían decidido reunirse ahí cada que salían al receso ya que por ciertos problemas su hermano había sido trasladado a otro salón.
Amane bajo rápidamente de la azotea, si su hermano no estaba ahí ya sabía dónde encontrarlo y eso era lo que le preocupaba.
Al llegar dió tres toques a la puerta de la enfermería recibiendo un "adelante" en respuesta. Al abrir la puerta lo que imaginaba se había hecho realidad.
—¡Amane!
Su hermano al verlo se levantó de la camilla y fue a abrazarlo pero Amane lo detuvo tomándolo con cuidado por los hombros.
—¿Que sucedió... está vez?
Preguntó observando las nuevas heridas que su hermano tenía en el rostro y los brazos.
—Pues ya sabés, lo mismo de siempre.
Respondió con normalidad sonriendole al mayor quién no dejaba de observarlo con preocupación.
